Juana de Dios de Varona Vda. de Quesada, vio, la luz primera en la Ciudad de Camagüey.
Fue hermana del bizarro mambí Bernabé de Varona, conocido por “Bembeta”, en la historia de nuestra vida revolucionaria.
Corría el año de 1868, Juana de Varona en compañía de su esposo y de su hermano, partió al campo de batalla, abandonando su hogar y sus comodidades.
En aquellos años de terrible incertidumbre, en aquella década memorable que tantos héroes se inmolaron, Juana de Varona, vio morir a su valiente hermano, víctima de las furias del infame Burriel.
Enlutado su corazón por aquella pérdida irreparable, prosiguió su lucha heroica, con los mismos arrestos de un hombre, hasta perder, destrozado su pecho por las balas enemigas, al compañero de su vida, al padre de sus hijos.
La paz del Zanjón llevó a Juana de Varona a la emigración; desde lejos siguió ayudando la causa noble de sus hermanos, trabajando para ganar el sustento de sus hijos huérfanos, de sus hijos cuyos bienes habían sido confiscados, y trabajando también en los Clubs Revolucionarios de Tampa y Cayo Hueso.
Retorno al suelo natal después de haberse arriado de las fortalezas la bandera de Castilla y con lágrimas en los ojos dio gracias a Dios, por haber podido contemplar ondeando en el Morro la bandera de la estrella solitaria.
Radicó desde entonces en su Camagüey natal, hasta el final de su triste existencia minada por las enfermedades que el trabajo y las privaciones, le habían dado en el destierro.
Juana de Dios Varona perteneció a esa época romántica de la Revolución Cubana, en que se olvidaban amores, hijos, comodidades y hasta la propia salud, por el bienestar y la independencia de la isla. |