Blanca Rosa Téllez del Castillo nació en Bayamo, provincia de Oriente en 1854.
Tenía 14 años, cuando presencio el heroico incendio de su pueblo natal, ordenado por Carlos Manuel de Céspedes, el “Padre de la Patria”.
Ella ayudó con sus propias manos a la destrucción de su rico hogar, y vio perder sus muebles, ropas, joyas y objetos de arte, con el valor y el estoicismo de los que prefieren morir siendo libres que vivir siendo esclavos.
Casi una niña como era, abrazó la causa de la Revolución de Yara y acompañó a los hombres de su casa a los campos de la redención.
Sufrió miserias con abnegación sublime y siendo hecha prisionera, fue condenada al destierro en la isla de Jamaica.
Cuando la bandera de Yara fue plegada en el Zanjón, ella siguió laborando por la futura guerra de Cuba, y cuando el grito de Baire llamaba a los cubanos al servicio de la Patria, se la vio en primera línea trabajando con denuedo y con valor.
Contrajo matrimonio con el Sr. Rogelio Castillo, patriota como ella, que obtuvo grados, en el Ejercito Libertador, llegando a ser General y más tarde jefe del Estado Mayor del General en Jefe.
Blanca Téllez de Castillo dio a la Revolución cuanto tenía.
Sus bienes materiales, su tranquilidad espiritual, sus energías, sus alegrías y sus tristezas, sus padres y sus hermanos y expuso en fin su preciosa vida en las terribles jornadas que soportó al lado de los soldados que luchaban por obtener una Cuba libre de injerencias extrañas.
La sin par bayamesa se ganó muy merecidamente un puesto de honor, en la Historia de su país, que hoy la reverencia como una de sus patricias mas decididas y abnegadas. |