María Aguilar era hija de la provincia de Camagüey, de familia pobre; pero extraordinariamente honrada y de ideales probadamente libertadores. Al estallar la guerra del 95 contaba quince años; pero no obstante su corta edad fue una entusiasta revolucionaria que prestó innumerables servicios a la causa de la redención.
Por sus actividades libertadoras fue presa y en carcelada en la Cárcel de Camagüey y trasladada a la "Casa de las Recogidas" en La Habana, siendo más tarde expulsada del país.
María Aguilar figuró en la famosa cordillera de presas entre las que estaban Concha Agramonte, Angela Malvina Silva, Eva Adán y Gabriela de Varona, las que por su labor revolucionaria fueron condenadas a ser deportadas al presidio de las islas Chafarinas situadas en el Norte del Africa.
Después de inmensas penalidades, las heroicas patriotas se libraron de su infame cautiverio y de salir de su patria, gracias a la intervención del Padre Pedro Muntadas, sacerdote que era profesor del Colegio de las Escuelas Pías de Camagüey, admirado por los cubanos y que gozaba de influencias con las autoridades peninsulares.
Lograda su libertad se internó María Aguilar en el campo de batalla, recibiendo múltiples heridas en distintos combates librados durante la gesta del 95 en diversas regiones del país.
A edad bastante avanzada dejó de existir, quien fuera en vida conspiradora, prisionera, enfermera y combatiente notable, que enriqueciera con su nombre la larga lista de mujeres mambisas de la región prócer de Puerto Príncipe. |