Guije.com División territorial en «Historia de Trinidad» en Ciudades, Pueblos y Lugares de Cuba


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Apéndice 1
Apéndice 2
Apéndice 3
Apéndice 4
Apéndice 5
Apéndice 6
Apéndice 7
Apéndice 8



El Municipio de Trinidad
“Historia de Trinidad”
“Parte Primera”
“Capítulo II”
“De la división territorial de Trinidad.”
Ciudades, Pueblos y Lugares de Cuba

“Sumario: Zonas naturales en que se divide Trinidad. -Extensión de ellas. -Límites jurisdiccionales en 1850. -División en 1827 del Departamento central. -Real Cédula de 1607. Descontento que originó. -La Orden de la Audiencia de 1621. -Dependencia de Trinidad en 1566. -División de Cuba en 1828 La provincia de Trinidad. -Su extensión. -Comandancia Militar. -Alcalde de mar. -Celador del río Táyaba. -Policía sanitaria sobre las aguas del Táyaba en 1753. -Barrios de Trinidad en 1868. -Los barrios después de esta fecha.


“En el informe del agrimensor D. Bernardo Orri, a que se hace referencia en otra parte se divide Trinidad en once zonas para su mejor estudio; y no es ocioso el conocer como se encontraba dividido el término municipal en 1886 y su variación en cuanto a zonas azucareras y otros cultivos.


“La "Zona Primera" encerraba el casco de la ciudad y los terrenos que pueden llamarse adyacentes, conocidos por "Antiguo partido pedáneo del Táyaba, con sus cuartones nombrados: Quemado Feo, San Juan de Letrán y Santa Rosa. Sus terrenos, en la generalidad, corresponden a la 2a. y 3a. clase, entre los cuales los hay baldíos; cultivándose en ellos forraje, frutos menores e industria del carbón, aunque en su mayoría, los terrenos se dedican a la crianza de ganado vacuno.


“En esa zona se encontraban enclavados los ingenios de laborar azúcar: Papayal, San José de Abajo, Cacaibán y el demolido Loma del Puerto con muchos sitios de labor y caña para vender a Santa Elena. Fertilizan la Zona los ríos Táyaba, San Juan y Caballero, con los arroyos Papayal, Manacal, Cacaibán, Cabarnao, Vicunia y Magua. Los caminos dirigidos al valle de San Luis y la distancia más lejana de la Zona a la ciudad, tienen unos diez kilómetros.


“La "Zona Segunda" encerraba el poblado de Casilda, puerto de mar y cabecera, con los cuartones Peralta, Masío y Manatí. Los terrenos son de primera clase, particularmente, en el cuartón Manatí; algunos, de segunda, y los de tercera, en su mayor parte, baldíos, con abundancia de playas, manglares y arenales. Cultivos principales: la caña de azúcar y frutos menores, con abundancia de pastos, principalmente, la pitilla para ceba de ganado. Hay escasez de agua, existiendo algunas lagunas naturales y artificiales y pozos salobres. Limita esta Zona el río Manatí, cultivándose en sus márgenes, llamadas vegas, frutos menores; y abundan los crustáceos. En esta Zona había un ingenio de laborar azúcar nombrado Araca-lznaga, que conducía sus frutos a Casilda por la vía fluvial del Manatí, distante treinta y seis kilómetros de dicho puerto. Demolidos están los ingenios Las Cañas, Destiladeros y las Delicias, dedicados a la cría de ganado vacuno y los caminos son bastante llanos y pantanosos. La mayor distancia de esta Zona a la cabecera es de unos diez y ocho kilómetros.


“La "Zona Tercera" la constituye el barrio de Río de Ay, compuesto de los cuartones del Río de Ay, Algaba, Linones y pueblos del Condado y Mayaguara. Los terrenos son generalmente, de segunda clase. Existen pocos de primera y, algunos, de tercera. Los cultivos principales: la caña de azúcar, con algunos terrenos dedicados a la crianza y ceba de ganado vacuno, Las Vegas, dedicados a cultivos mentores y, en la parte alta, terrenos baldíos, con abundancia de pitilla y yuraguana.


“Se forman las aguadas con el caudaloso río Agabama, el de Ay y el de Caburní, y los arroyos, Muerto, Cayajaca, Mayaguara y Vijabo. Bosques con maderas de construcción. En esta Zona estaban enclavados los ingenios de laborar azúcar nombrados: Santa Elena, Magua, Buena Vista, San Alejo de Manaca, San José de la Cruz, Las Bocas, Monserrate de Algaba, Sirena del Valle y Güinía de Soto; demolidos: los titulados Sacra Familia, Araca-Marín, San Isidro, Manaca Armenteros y Corojal. La mayor distancia a la cabecera se calcula en treinta kilómetros.


“Antiguamente, Río de Ay y San Francisco formaban un solo barrio; pero, en el año 1837 fue dividido en dos el Partido: el de Río de Ay y, a la nueva parte se le llamó S. Francisco, según aprobación del Capitán General D. Miguel Tacón, de 23 de enero de dicho año.


“La "Zona Cuarta" es esa parte llamada San Francisco, con los cuartones o sitierías de: Virama, Vegueta, Cayo de Mayaguara y San Francisco. Los terrenos son, generalmente, montañosos, considerándose los mejores de segunda clase, y, la mayor parte, de tercera. La industria principal es la crianza y ceba de ganado vacuno. Unico ingenio de laborar azúcar entonces: el San Pablo de Algaba. Demolidos: el Caridad y el San Francisco. Algunos sitios de labor y vegas. En los montes hay bastantes maderas de construcción. Fertilizan esta zona los ríos Caracusey, Unimazo y el San Francisco y algunos arroyos, entre ellos, la Culebra. La distancia mayor a la cabecera se calcula en treinta y dos kilómetros.


“La "Zona Quinta" es Caracusey, con terrenos de primera clase los bañados por el río Caracusey, dedicados a la caña de azúcar y cultivos menores; en lo general, los otros terrenos son de segunda y tercera clase, dedicados a la crianza y ceba de ganado vacuno. En esta Zona está el caserío Caracusey cuyos habitantes se dedican principalmente a ocupaciones agrícolas de los ingenios.


“El río Caracusey riega la mayor parte de esta Zona y tiene de afluentes: el Quemado Unimazo y, en algunas partes, el Agabama. En esta Zona estaban enclavados los ingenios Guáimaro y Cañamabo, y demolidos, el Santa Isabel y el Quemado. Esas dos fábricas de azúcar aprovechaban la vía fluvial del río Manatí, cuyo embarcadero dista del puerto de Casilda como cuarenta kilómetros, para el transporte de sus frutos. La distancia a la cabecera está calculada en veinte y un kilómetros.


“La "Zona Sexta" nombrada San Pedro, la constituye el área y caserío del mismo nombre, considerándose sus terrenos de segun­da y tercera clase y alguna pequeña parte bañada por los ríos Manatí e Iguanajo, como de primera; en los de tercera clase, hay una gran ciénaga de manglares, arenales y lagunas salobres. Corta población y esterilidades del terreno por escasez de agua potable, extensas sabanas cubiertas de pitilla y corojo, de cuyo árbol se extrae la materia textil llamada pita; así como con la pulpa se alimenta el ganado en la estación de la seca; también abunda mucho el cangrejo. El límite lo constituyen el río Iguanojo y sus afluentes, Río Hondo y Hondito; con los arroyos Tabla o Mainicú y Yaguaramas, secos la mayor parte del año. Enclavado en la Zona estaba el Ingenio de laborar azúcar Mainicú de Palmarejo, y el demolido, Palmarito; encontrándose completamente demolidos Goatzacualco, Yaguaramas, Mainicú y Santa Rita, en terrenos dedicados a fomento de ganado vacuno. Se aprovecha para el transporte de frutos la vía fluvial del Manatí y los esteros Gamborro y Brujas, y se calcula la mayor distancia de esta en treinta y dos kilómetros.


“La "Zona Séptima" constituida por San Sebastián del Asno o Jumento, después, Fomento; la "Zona Octava" constituida por el barrio de Jíquimas, con sus cuartones Sipiabo, Jíquimas y Sopimpa; y la "Zona Novena", constituida por el barrio de Güinía de Miranda, con sus cuartones Mabujina y Vegueta, fueron segregados del Término Municipal de Trinidad, por Decreto-Ley del Consejo de Estado después del 12 de agosto de 1923.


“La "Zona Décima" dedicada al barrio de Guaniquical, con el caserío de Polo-Viejo y cuartones nombrados Aguacate, Guayabo y Potrerillo. En esta Zona, como se observa, están comprendidos los barrios de Guaniquical y Aguacate con terrenos de segunda y tercera clase, dedicados a la crianza de ganado vacuno y de cerda, a frutos menores y al cultivo del café. Atravesada por los ríos Cabagán, Río del Negro, Purial, Ay, Guanayara, Signanea y Jibacoa, con innumerables arroyos; se calcula la distancia de Polo-Viejo a la cabecera en cuarenta y seis kilómetros.


“Al hacerse la división, Polo-Viejo quedo con una superficie, aproximada de doscientos treinta y cinco kilómetros, diez y nueve hectáreas y diez y seis áreas: y Aguacate, distante de la cabecera unos veinte y cinco kilómetros, con superficie, aproximada, de ciento cuarenta y dos kilómetros treinta y tres hectáreas y sesenta áreas. En el barrio de Aguacate está la hacienda Jibacoa que fue patrimonio municipal y enajenada, sin necesidad, en condiciones que no se han cumplido por la parte adquirente. Tiene capacidad de cuatrocientas cincuenta y tres caballerías y doscientos treinta y nueve cordeles.


“La "Zona Undécima" está constituida por el barrio de Cabagán con el caserío Guanayara y los cuartones Camarones, Yaguanabo, La Cinco y Muñoz. Son terrenos quebrados de segunda y tercera clase; hay crianza de ganado vacuno y de cerda, montes con buenas maderas de construcción. En esta Zona estaban los ejidos de la ciudad, dedicados, en su mayor parte a cultivos menores e industria del carbón y los fertilizan los ríos Cañas, Camarones, Guanayara, Cabagán, San Juan, Muñoz, Río Hondo y Yaguanabo, con infinidad de arroyos. La distancia mayor a la cabecera es de cuarenta kilómetros.


“En unas anotaciones de la propia Memoria, el agrimensor Orri hizo constar que en enero de 1899, los ingenios de Trinidad estaban reducidos al Central Trinidad y al Ingenio Guáimaro; que éste tenía una producción de ochocientas a mil toneladas y, que el Central podía producir más de seis mil toneladas, contando con buenos aparatos y algunos kilómetros de vía férrea para la conducción de las cañas de las colonias, Aleaba, Bocas y Manaca-­Iznaga; y que también conducían caña, parte en carretas tiradas por bueyes, hasta la vía férrea, Buena Vista, Magua Sabanilla y algunas pequeñas colonias, así como San José de la Cruz, Araca-­Alomá y Araca-Marín, por carretera. Según las Ordenanzas Municipales de 1904 en vigor, el término de Trinidad quedó limitado en esta forma:


“Lado Oeste. -Una línea recta que, partiendo de la boca del río San Juan termina en el valle de la Siguanea y pasando por la loma llamada del Alcalde, determina el límite con Cienfuegos. En este punto, se halla el pilar de Siguanea. El límite data desde que se promulgó la Real Orden de 20 de Junio de 1839; disposición en toda época incumplida con detrimento de los intereses de Trinidad, siempre abandonados.


“Lado Norte. -Desde el Pilar de Siguanca parte una línea quebrada u ondulante que sigue los cerros de Gálvez y de los Negros y Lomas de San Rafael yendo, después a buscar el nacimiento del río Mabujina hasta su unión con el Agabama, partiendo de este punto una línea hacia el Norte, hasta el Sur de San Miguel en que se encuentran las divisorias de Placetas y Santa Clara. Desde este punto, hasta encontrar la línea divisoria de Placetas y Sancti Spíritus, limita con Placetas; limitación que ha sufrido cambio al constituirse el municipio de Fomento.


“Lado Este. -Desde la unión de estas tres líneas parte una a todo lo largo del camino de Sancti Spíritus a Nazareno hasta "Las Pozas", desde donde el camino sigue a Gavilanes, determina la división con Sancti Spíritus, siguiendo, después, todo el curso del Río Iguanojo hasta el mar.


“Lado Sur. -Todo el litoral, desde la desembocadura del río Iguanojo hasta la del río San Juan.


“Por el art. 2 de las citadas Ordenanzas Municipales, el Ayuntamiento debió nombrar una comisión a los efectos de determinar exactamente los límites del termino, de acuerdo con los Ayuntamientos colindantes, y trazar un plano completo; pero no se ha efectuado la obra, y el plano del término de Trinidad, con excepción de algunos trabajos efectuados por la Jefatura de Obras Públicas, es el levantado por el Dr. José María Urquiola hace casi un siglo, de cuyo plano se han verificado innumerables reproducciones.


“En cuanto a la delimitación de Trinidad, pueden citarse algunos datos curiosos que no se pueden omitir porque demuestran la extensión e importancia que tuvo nuestra región.


“En 16 de septiembre de 1678 tuvo efecto la fijación de los límites de los territorios de Remedios y Sancti Spíritus, y por ella, se verá que el Jumento, después, Fomento, correspondió a Sancti Spíritus. Como dentro del Partido de Jumento se encontraba Güinía de Miranda ocurrió que, en 1850, se levantaron Actas sobre límites jurisdiccionales, firmándolas el Gobernador de la Provincia de Trinidad (28 de enero), Don Juan Herrera Dávila y el Regidor Alférez Real, Don Justo Germán Cantero; el Fiel Ejecutor, Don José María Urquiola, y el Síndico, Don Camilo Marín, con los agrimensores, Don Rafael Febles y Don José Manuel Irarragori, por parte de Trinidad; y, por la de Remedios, firmaron : los Regidores Don Bernardo Laredo y Don Antonio María Ruiz, el Síndico Don Francisco P. Vigil y los Agrimensores, Don Agustín Infiesta y Don Andrés del Río.


“El deslinde se hizo "partiendo de donde el círculo del Jumento toca al río Guaracabulla; de este punto, buscando los linderos que existen entre Remedios y Sancti Spíritus, siendo de Trinidad, por la parte del Jumento, los puntos conocidos del Caguasal, El Ñame y Aguadita; y, desde aquí, siguiendo la vereda de las Auras hasta la Loma de Cupeye, y de aquí, por otra llamada del Palmarito, hasta el nacimiento del río de Calabazas, una distancia de tres cuartos de legua".


“En 1827, Cuba fue dividida en tres Departamentos: Occidental (con la capital en la Habana), Central (Trinidad por capital), y Oriental (Santiago).


“La primitiva división territorial de Cuba fue hecha en 1607 con dos jurisdicciones: la de la Habana y la de Santiago de Cuba. La capital residía, en la primera; y, militarmente, dependía, también de la Habana, la segunda. Ambas jurisdicciones estaban sometidas a la Audiencia de Santo Domingo. Trinidad dependía de la Habana; y refiere el ilustre historiador de Remedios, Dr. José M. Fortún, que Remedios quedó excluido de ambas divisiones y, hasta 1621, no fue, agregado a la demarcación de la Habana.


“Esa división de 1607 (Real Cédula de 8 de octubre) originó disidencias porque, los alcaldes de las Villas de Trinidad, Sancti Spíritus y San Juan de los Remedios pretendieron gobernarse independientemente, dando lugar a que el Capitán General hiciese reclamaciones a la Audiencia, la que, en cumplimiento de la Orden del año 1621, mandó reconociesen al Gobierno de la Habana hasta que su Majestad determinase. El Rey aprobó el auto y dispuso que se agregase a la Habana, además, la jurisdicción ordinaria de Puerto Príncipe, que en 1827, quedó dependiente de Trinidad, al ser esta ciudad la cabecera de la provincia de su nombre.


“Según aparece de las Actas Capitulares del Ayuntamiento de la Habana (Colección de documentos para la Historia de Cuba, dirigida, con verdadera idoneidad, por el Dr. Emilio Roig de Leuchsenring), resulta que, en Cabildo de agosto de 1566, el "Gobernador García Osorio, recibió juramento con solemnidad y las fianzas requeridas, a Juan Illanes, al cual tiene nombrado para su Teniente en la villa de Sancti Spíritus y la sabana de Trinidad, designando el dicho Juan de Illanes copio fiadores a Francisco Dávalos e Alonso de Rojas"; apareciendo, después, en veinte días del dicho mes de agosto del propio año, que los fiadores constituyeron la fianza ante Francisco Pérez de Borroto, "escribano público e del Cabildo", aunque refiriéndose solamente a su gestión en las villas de Sancti Spíritus y Trinidad.


“Estas divisiones territoriales han tenido distintos nombres, llamándose Cuatro Villas; otras veces, se habla de la ciudad de Trinidad y las tres Villas; después, Cinco Villas; y ha subsistido el nombre de las Villas, hasta reconocerlo así, la Constitución de 1940, al dar este nombre a la provincia de Santa Clara.


“En las noticias de la hacienda Santo Domingo, que fue, jurisdicción de Santa Clara, después incorporada a Sagua, aparece que, en marzo 26 de 1819 se encargó al Gobernador de Trinidad que tome posesión de la hacienda; que con noticias que adquiera del arrendatario, Don Mariano Cepero, designe el lugar a propósito para una población; que informe si alguna parte de la hacienda podrá permutarse por otra inmediata a la costa, y si se encontraran, en aquella jurisdicción, pobladores suficientes para dos leguas de la misma hacienda dársele a cada uno dos caballerías de tierra por canon moderado.


“En 31 de diciembre de 1828 se promulgó la nueva división de la Isla de Cuba en provincias marítimas y subdivisiones de éstas: los distritos. Las provincias en que se dividió la Isla fueron cinco: Habana, Trinidad, San Juan de los Remedios, Nuevitas y Santiago de Cuba.


“La provincia de Trinidad comprendía la parte de costa situada entre la Punta Don Cristóbal y el estero de Junco, o lo que es lo mismo, entre los meridianos 71º 29' y 75º 34', señalando sus límites interiores o hacia el N. la derecha del Camino Real que conduce de Matanzas a Villa Clara, Sancti Spíritus. Puerto Príncipe; al 0., la recta que, tomando su origen de la Punta de Don Cristóbal, en la costa Sur, con una inclinación como al NE, viene a encontrarse con el citado Camino Real; y al E., la que, naciendo del estero de Junco con dirección al Norte, termina en el mismo Camino Real, correspondiéndole a esta provincia todos los cayos e islotes comprendidos entre el Canal del Rosario y el paso del Gran Banco de Buena Esperanza, que es lo mismo que los situados entre la recta que distingue o separa los de la Habana y la prolongación hacia el Sur de la que tiene principio en el estero del Junco y que corre por el paso dicho del Gran Banco de Buena Esperanza.


“La provincia de Trinidad quedó dividida en cuatro distritos, a saber: el de Jagua, su cabecera: Fernandina; Trinidad, su cabecera: la capital de la Provincia; Vertientes, su cabecera: el Surgidero de este nombre; Santa Cruz, su cabecera: el Surgidero de dicho nombre. A la Provincia de Trinidad se adscribió también Sancti Spíritus con todo el alcance de sus divisiones.


“La Provincia de Trinidad quedó formada, a los efectos de la Dirección, por un Comandante, con residencia en Trinidad; un segundo, un asesor, un escribano y un cirujano; y, en cuanto al personal del Distrito, sin contar los de Jagua, Vertientes y Santa Cruz, por un "Alcalde de mar" situado en el río Yaguanabo, a cuyo inmediato cargo estaba la parte de costa entre Punta San Juan y el Río Hondo; otro, situado en el río Guanayara para cuidar la parte entre el último citado y el de Guaurabo. Un Subdelegado en puerto Casilda. Un Alcalde de mar en puerto Masío, que cuidará de éste y de la parte de costa hasta el río Tayabacoa. Un Subdelegado en el río Manatí que cuidará de la parte comprendida entre el río Tayabacoa y el río Jatibonico, con un "Alcalde de mar", sujeto a él, que estaría situado en el río Zaza.


“Los Ayuntamientos, además, tenían a su cuidado la vigilancia del río, o sea el más próximo, a la cabecera. Así aparece que, en presupuesto de 1837 del Ayuntamiento de la ciudad de Trinidad, por cierto, muy exiguo, -por ascender los gastos a pesos 5655.51/2, aparece consignado el cargo de Celador del Río, con el sueldo anual de trescientos pesos, que todavía fue reparado por el Tribunal de Cuentas. El Celador del Río tenía a su cuidado la vigilancia del Táyaba, tanto en los lugares destinados a baños públicos, como en las márgenes donde acudían los esclavos o sirvientes a lavar las ropas o utensilios.


“Ese funcionario nombrado "Celador del Río" tenía importantes funciones; y, aunque haciendo una digresión, es oportuno recordar que, en Cabildo de 8 de marzo de 1754, el Procurador General, -que lo era Don Manuel José Tellería- a consecuencia de los informes y denuncias del Celador del Río, "Hizo presente que debe exigirse el cumplimiento del acuerdo del Cabildo de 16 de febrero de 1753, sobre que "se celen las orillas del río, para evitar que se bañen juntos hombres y mujeres"; y que, "los aguadores que se ejercitan en conducirla (el agua) para el abastecimiento de los vecinos, por ahorrar distancias de camino, no pasan a recogerla en el paso del río, en el charco que esa, destinado muy de antecedente para el objeto, sino que bajan a los pasos inmediatos a la Barranca que le dicen del medio, y rehinchan en ellos el botijambre, lo que resulta en perjuicio notable, por las muchas vacías de jabón e inmundicias que, con ellas, se mezclan, de las ropas lavadas y corren de la parte superior del río, en tal modo que, con el tiempo presente de la seca, se esterilizan al corto curso natural, su fecundidad que se manifiesta, como igualmente la mezcla que le ocasiona, pues lo reduce a una nata fétida, de lo que resultan, sin duda, las más extrañas enfermedades y muertes súbitas, lo que, de pocos años, se padece y se experimenta viciada la república, de accidentes contagiosos, y para que tan pernicioso origen quede reparado este mal, que, sin duda, proviene de los lavaderos; certificarán, previamente, los médicos el dictamen que produzcan y se evite todo este mal en tanto se proceda a la obra correspondiente".


“Por cierto, que los Maestros Cirujanos de aquella época informaron, y, por sus documentos se ve que ya había tres médicos nombrados Don Francisco Sirio, Don Tomás Sudrés y Don Julián Delores, vecinos de esta ciudad, -entre otras cosas, ..."que estas enfermedades subsistirán sin duda alguna, y quizás, otras peores, siempre que las lavanderas continúen en lavar en el mismo paraje en que los aguadores cojen el agua".


“Pero, volviendo al asunto de la división territorial de Trinidad, en resumen, diremos que, al constituirse Trinidad en provincia con su capital, -la ciudad de Trinidad- y dependiendo de ella, Sancti Spíritus, Santa Clara, Remedios, Cienfuegos y Puerto Príncipe, la superficie, en millas cuadradas, de toda la provincia ascendía a 14,898, con 176,177 en total la población que encerraba. En cuanto a Trinidad solamente, tenía 550 millas cuadradas de superficie, y de población 9,879 blancos; 5,183 libres de color; y 11,138 esclavos, o sea 26,200 en el distrito, y, en la Cabecera, o sea la ciudad de Trinidad, 6,280 blancos, 4,121 libres de color y 3,549 esclavos, en total 13,950.


“Al estallar el movimiento revolucionario de 1868, el término municipal de Trinidad estaba formado por los Distritos de Cabagán, Casilda, Guaniquical, Guinea (Pueblo Caracusey), Güinía, Jíquimas, Jumento, Palmarejo, Río de Ay, San Francisco, San Pedro y Sipiabo, con población en total de 20,954 habitantes, y, la cabecera, ciu­dad de Trinidad, con 15,655, haciendo un total general de 36,609, de los cuales, había, en la ciudad de Trinidad, 7,003 blancos; negros libres, 5,972 y esclavos, 2,680.”




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Última Revisión: 1 de Mayo del 2005
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