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El Municipio de Trinidad |
“Historia de Trinidad” |
“Parte Primera” |
“Capítulo V” |
“De las cuevas y sus tradiciones.” |
Ciudades, Pueblos y Lugares de Cuba |
“Sumario: Nombres de las Cuevas. -Un volcán en Trinidad. -Medidas gubernativas. -Exploración de las cuevas por el Dr. Urquiola. -Abundancia de abonos -El guano. |
“Tiene Trinidad un tesoro en esas cavernas que abren sus fauces de piedra en las faldas de la "Vigía" y la "Cantoja". Esas catacumbas naturales están llenas de leyendas y sirvieron; como las de Roma, para ocultar los ritos de los discípulos del triste Nazarene. Cuenta la tradición trinitaria que fueron refugio de los desventurados indios fugitivos, cenáculo del patriotismo, escenario de monstruosidades, y hasta sitios de regodeos amorosos. |
“Entre nuestras cavernas, merecen citarse, al norte, la de "La Virgen", la del "Guamá" o de "Carlos Ayala", por la horripilante memoria de ese destripador criollo; la "Maravillosa" que es en verdad una maravilla: la del Volcán "Jagüey" o de los "Masones" y la del "Fraile". Más al Este hay otra cueva nombrada del Jagüey, que está ligada a la azarosa época de la invasión de los piratas. Y por el final de la calle de Gutiérrez, nos encontramos la cueva de los "Indios", con el trágico hecho de la conquista que la tradición le atribuye. Hay otras varias cavernas, pero son de menor importancia, si bien, todas son interesantes. |
“Personas que nos merecen crédito nos aseguran que, en la cueva de los "Masones" o de "Balmañía", se entraba por el portal de una casa que existió en un lugar nombrado la Colina, y cuya casa fue destruida por un incendio. Además, se nos ha informado que la cueva de la "Virgen" fue cerrada con una reja de hierro por el padre Antonio Gruet Sepúlveda, que estaba al frente de la Iglesia de la Popa, y que se cobraba una pequeña cantidad, con destino al culto a las personas que acudían a visitarla. |
“No sabemos que las cuevas hayan sido debidamente exploradas, con excepción de la del "Volcán", que, según plano que tenemos a la vista, fue medida, el 7 de junio de 1852, por el médico y naturalista, Don José M. Urquiola, Don Rafael Febles, Don Ignacio de Zayas y Don Pedro Manuel Pomares. Consta en la explicación de dicho plano que visitaron las cuevas en ese día, María de los Dolores y Josefa Urquiola, Mercedes González, Antonia Pomares y Andrea Irarragorri, quienes comieron en la del "Frayle", y, por la tarde, subieron a la Vigía. Es de recordar, en esta ocasión, el afán de estudio e investigaciones de nuestros antepasados, según cita el Dr. Emilio Sánchez, y entre ellos, al Dr. José María Urquiola, que hizo, además, una notable descripción de la formación geológica, extensión, dirección, etc., etc., de estas misteriosas grutas. |
“Esa cueva del "Volcán" tomó tal nombre, porque, el 28 de enero de 1837, el Teniente Gobernador, Brigadier Don José Coppinger, publicó un decreto impetrando el auxilio del pueblo para apagar el fuego que subía de la cueva y que, la credulidad general estimó un volcán, hasta que, la comisión técnica, nombrada al efecto, dictaminó que se trataba de alguna combustión de sustancias orgánicas; y así, dominados el fuego y el humo que alarmaron tanto al pacífico vecindario, el propio Gobernador, por otro decreto de 11 de febrero siguiente, dispuso que podían los vecinos volver a los hogares abandonados. |
“Todas las cuevas son dignas de visitarse y admirarse. En esa misma del "Volcán" hay una hermosa laguna y varias límpidas fuentes de agua potable que se conservan siempre a baja temperatura. Pero, la gruta espaciosísima, tal vez, más hermosa que la de Bellamar, es la nombrada la "Maravillosa", con su variedad de estalactitas y estalagmitas que forman caprichosas figuras y que magnífica la imaginación poniendo en ellas infinitas notas simbólicas. La cueva "Maravillosa", vista a la luz de quinientas bujías, parece de plata y ofrece un espectáculo sorprendente. |
“Sin embargo, los trinitarios no dan valor a esas cosas de inestimable belleza. Son como vetas o corrientes de aurífero metal que es necesario explotar por medios hábiles, modernos, de manera que la, atracción sea mayor, uniendo así, los procedimientos científicos al esplendor incomparable de la naturaleza. |
“Bien exploradas las cuevas con sus galerías que, según creencia popular, atraviesan la ciudad; construido, para ir a esas grutas, un camino accesible, limpio, sin peligros; alumbradas con electricidad las inmensas galerías, fueran entonces, las cuevas trinitarias, visitadas por gente andariega que, lo mismo se asoma a una desenterrada vía pompeyana, que curiosea en el castillo de If y se extasía ante la celda del abate Farias. |
“Además, en algunas cuevas de la loma de la Vigía y de le Cantoja abunda el "guano", abono útil que tendría importante mercado después de buena preparación y sin temor a que se agote pronto, pues hay que pensar que en esas cavernas existen infinidad de murciélagos desde mucho antes de los tiempos en que, esos bicharracos inspiraron a Durero su cuadro memorable. |
“Las misteriosas cavernas trinitarias esperan al descubridor y decorador que presente, ante propios y extraños, un nuevo mundo de bellezas ignoradas, donde la fantasía crea templos de arte y columnas que guardan, en la nívea piedra, los arabescos esculpidos por la mano del mismo Dios todopoderoso.” |
Vistas de la ciudad de Trinidad, en la provincia de Las Villas en las Tarjetas Postales |
Vistas de las Cuevas de Bellamar, en la provincia de Matanzas en las Tarjetas Postales |
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