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Apéndice 1
Apéndice 2
Apéndice 3
Apéndice 4
Apéndice 5
Apéndice 6
Apéndice 7
Apéndice 8



El Municipio de Trinidad
“Historia de Trinidad”
“Parte Octava”
“Capítulo I”
“De los Establecimientos de Enseñanza”
Ciudades, Pueblos y Lugares de Cuba

“Sumario: Las hermanas Ayalas y su escuela. -Allí aprendieron las primeras letras entre otros. Cintra, Vicente de Castro, Armenteros, etc. -El Bachiller Jiménez. -José Morcillo, Clases de Gramática del Convento.--La Sociedad Patriótica.-El maestro Pedro Gallardo.-El Presbítero Franchi. -El profesor de bailes Alva. -La academia de pendolista Mr. Halsey. -La enseñanza elemental en 1839. -Academia de piano y música vocal en 1839. -Clases de Ló­gica y Metafísica en 1841. -Alumnos eminentes. -El profesor José Catara. -Cipriano de Zerquera. -Juana Boisseau y su Academia de música. -El profesor Rubert. -El Colegio San Ignacio de 1851. -Notas de, la Sagra sobre educación popular. -El Colegio de San Juan Nepomuceno. -Sus ingresos y gastos. -El Colegio Santísima Trinidad. -Don José Morte. -Antonio Ortega.-Ana Pomares. -Jo­sefa Urquiola. -Francisco J. de Zerquera. -El Padre G. Amigó. -El Colegio de Segunda Enseñanza "Fernando Hernández Echerri" y su labor brillante. -Estado de la enseñanza en 1942-43. -El parquecito del Convento.


“En los albores del pasado siglo hubo una escuelita de barrio dirigida por las Ayalas, vástagos de una familia rica en virtudes y compuesta de tres hermanas nombradas Catalina, Ana y Cande­laria.


“La escuelita estaba situada en la calle de la Amargura, esquina a San José, parte alta de la población, habitada por las familias más distinguidas y de mayor caudal. Bajo un frondoso mamoncillo, las maestras Ayalas enseñaron las primeras letras a ilustres trinitarios, como José Antonio Cintra, Fernando Echemendía y Muñoz, Vicente A. de Castro, Isidoro Armenteros, Fernando Malibrán...


“Entonces existía escuela de primeras letras y latinidad en el Convento de San Francisco de Asís, que, desde el siglo XVIII había establecido escuelas en su comunidad. Además, en distintos ba­rrios había establecidas escuelitas para enseñar las primeras letras y religión, obligatoria ésta en todos los planteles de enseñanza elemental.


“El primero de julio de 1803 el Ayuntamiento autorizó al Bachiller Andrés C. Jiménez para establecer una escuela pública de primeras letras y en ella enseñar latinidad. En el propio año 1803, en el Cabildo de 30 de septiembre, "se dio lectura a una solicitud acordada de la Real Audiencia y cancillería del Distrito de la queja formulada por Don Felipe Ortiz de que el Sr. Teniente Gobernador y este Ayuntamiento no le habían permitido abrir escuela pública en esta ciudad". El Ayuntamiento negó a Ortiz la apertura de la escuela pública por su insuficiencia y escasa moralidad. ¡Qué falta hace, en muchos casos, tomar ese ejemplo edificante!


“En el convento de S. Francisco se estableció, después, enseñanza superior como se verá más adelante. En 1.824, ("Correo Político, Literario y Mercantil de Trinidad del 19 de agosto") aparece que, en la calle del Almirante Colón, frente a la Cerería, actual calle de Gracias, abre Don José Morcillo esencia pública, y ofrece enseñar a los que gusten primeras letras "aritmética" y "gramática castellana". En anuncio, del propio periódico, 28 de marzo de 1828, hace saber el R. P. Guardián de San Francisco, que "deseando contribuir, por su parte, al restablecimiento de la clase de gramática de su Convento, que tanto tiempo se estuvo cerrada, se ha prestarlo voluntariamente a desempeñar dicha preceptoría, ínterin llega el P. preceptor propietario; y, teniendo dispuesto su apertura en aquel claustro para el día nueve del "procsimo" mes de abril, se anuncia al público para su conocimiento".


“La delegación de la Sociedad Patriótica establecida en esta ciudad cooperó al desenvolvimiento de la enseñanza de manera eficaz. En junta celebrada por dicha sociedad y, presidida por el Gober­nador, Coronel Don Miguel Domínguez de Guebara, el 28 de abril de 1828, actuando de Secretario el inolvidable Don Cristóbal Murtra, aparece lo siguiente:


“"Enseguida se promovió el restablecimiento de la Escuela Pío­Patriótica de educación primaria, vacante por fallecimiento de su preceptor D. Norberto Ortiz, a cuyo cargo estaba y, habiéndose discutido los medios más ventajosos se acordó: que se anuncie al público ofreciéndose, por ahora, al preceptor que quiera presentarse, el usufructo de las casas locales de dicha escuela y cien pesos; con la condición de que los aspirantes estén habilitados de las licencias y demás requisitos necesarios, dirigiendo sus instancias para la sección inmediata de esta diputación por conducto de su Secretario."


“En junta de dicha Sociedad Patriótica celebrada el 3 de mayo de 1828, presidida por el citado Gobernador y por Cristóbal Murtro, como secretario, se dio cuenta de una representación del maes­tro de primeras letras Pedro Gallardo en la que ofrece admitir quince discípulos de la clase de pobres para instruirlos en la doctrina cristiana, leer, escribir y contar medianamente bajo el método de enseñanza mutua, proveyéndoles, solamente, de agua, plumas y tinta por la recompensa asignada en junta de veinte y nueve de abril último. Se admitió, por unanimidad, el ofrecimiento.


“Hay que hacer constar que el Reglamento de la escuela Pío-­Patriotica, lo formó la comisión nombrada, al efecto, por la diputación de la Sociedad Patriótica de esta ciudad y aprobado el 16 de octubre de 1816; lo que demuestra que, desde esa época, atendía la citada institución la educación pública, mereciendo tan bene­mérito Instituto la gratitud de todos los cubanos.


“En el número 500 del "Correo de Trinidad", de 15 de junio de 1828, aparece un aviso del Presbítero José María Franchi sobre la apertura de una escuela pública de primeras letras para el 16 de ese mes, en la calle de la Gloria, en una de las accesorias de Miguel Castiñeyra y ofrecía enseñar a leer, escribir, contar, gramática, castellana y latina, "todo a un precio moderado informando, además, que tiene papel rayado para vender".


“En Cabildo ordinario celebrado en tres de junio de 1833 que presidio al Alcalde ordinario de primera elección, Gobernador po­lítico interino, Pedro Gabriel Sánchez y al que concurrieron los demás señores capitulares que en él aparecen, entre otras cosas, se dispuso lo siguiente:


“"El Sr. Presidente expuso que juzgaba de mucha utilidad e interés al público estimular el progreso de la educación de la juventud y que, por ello, se nombrase un sujeto de literatura, moralidad y conocimientos científicos para que, en calidad de inspector de todas las escuelas y colegios, vigilase a cerca de tan inte­resante objeto; y, persuadidos sus señorías de la utilidad que ha de resultar de dicho nombramiento, acordaron hacerlo en el Sr. D. Ga­briel Suárez del Villar, y que se anunciase al público para cono­cimiento de los preceptos y que se entiendan con dicho Sr. Inspector ".


“En 1836, además de las escuelas de primeras letras, existió, en la calle de la Gloria, frente a la Administración de Rentas Reales, casa de Doña Josefa Quintero, desde las 9 hasta las 12 del día, y por la tarde, de las 3 a las 5, una academia de bailes dirigirla por D. José Alva, bailarín del teatro de esta ciudad que, por moderado precio enseñaba los rigodones, mazurcas y galo franceses; el baile inglés: la gavota, la cachucha y contradanzas españolas; contradanzas francesas y bailes nacionales.


“Jorge W. Halsey, autor del "Pendolista Universal", en 1838 estableció enseñanza en esta ciudad y tuvo aceptación, porque publicó, en 22 de diciembre de dicho año, "da las gracias a este ilustrado público por el patrocinio que le ha dispensado"; y "hace pre­sente que solo puede admitir pupilos hasta el 27 del corriente y que, en la actualidad, pueden verse en su academia muestras de hermosos y elegantes adelantos de sus discípulos en ésta".


“En ese mismo año 1838, D. Lorenzo Tenreyro, Secretario del gremio de Mareantes en esta ciudad, anunció que por renuncia del que la desempeñaba, cualquiera persona habilitada que quiera optar a este cargo se presentará a los Sres. Directores del ramo a instruirse de las obligaciones que debe desempeñar y de los emolumentos que le están asignados al expresado preceptor". En "La Cartera Cubana", dirigida por el eminente trinitario Don Vicente Antonio de Castro, tomo segundo, tercer cuaderno, de marzo del año de 1839, se publica lo siguiente:


“"Las Escuelas principales de Trinidad y Puerto Príncipe, la de Sagua la Grande y alguna de San Juan de los Remedios y Villa Clara observan buenos métodos explicativos de enseñanza, confor­me a lo que se va adelantando en este particular en la Habana. En Trinidad se abrió en 1832 una escuela con título de "Colegio", don­de debía enseñarse, además de los ramos primarios, matemáticas y filosofía. Su director (no se menciona el nombre del mismo) llegó a reunir cincuenta y siete alumnos; más, por el carácter precario y efímero de que se resienten todas las empresas útiles de esta isla, mayormente, las que atañen a educación, no duró mucho tiem­po este instituto, pues se cerró cuando apenas contaba cuatro años de vida, destruyendo las esperanzas que hizo concebir su insta­lación".


“En 1839 estableció Doña Anastasia de Wanworth una "Academia de Niñas", y anunciaba "haber abierto la clase de piano y música vocal, bajo la dirección del muy acreditado profesor, D. Joaquín Peschler y Ruker, miembro de varias sociedades filarmónicas, el cual enseña, a la vez, la parte de armonía, acompañamiento y transportes por el sistema de D. Juan B. Loggier adoptado en las principales capitales de Europa", agregando dicha Directora que "igualmente participa tener abiertas las clases de más principal utilidad para el bello sexo; prometiéndose poder demostrar los adelantos de las señoritas sus alumnas por medio de un examen pú­blico que tendrá lugar oportunamente; y, mientras se verifica, rue­ga la expresada directora a las personas que se interesen en la ilustración general, se sirvan pasar al Instituto, -cuando gusten favorecerlo-, a observar los progresos de las niñas en los siete me­ses transcursos desde su apertura (en el que sólo cuentan tres o cuatro muchas de ellas) pues este es el mejor modo de convencerse de la utilidad de semejantes establecimientos".


“Parece que, con motivo de hablillas ocurridas respecto a la nueva "Academia de Niñas", la, directora aclara que la visita es el mejor medio "de destruir victoriosamente las diatribas y falsos informes que altamente reprueban la moral cristiana, la razón y la decencia, las cuales brillan, al fin, como la luz en las tinieblas".


“En una noticia estadística del puerto de Casilda publicada, en el tomo IX de las Memorias de la Sociedad Patriótica, año 1839, se dice existir, "una escuela de educación primaria debida al apli­cado joven D. José Adolfo Llópiz".


“En el convento de San Francisco de Asís, ya del todo termi­nado, y bendito el 11 de abril de 1813, se estableció, además de la enseñanza elemental, la superior; y, en el año 1841, se celebraron brillantes exámenes de Lógica y Metafísica, bajo la dirección del R. P. Lect. Fr. Rafael José de Torres, Catedrático en Artes, habién­dose impreso (por cierto, muy esmeradamente) unas conclusiones de las materias de examen. Los alumnos examinados fueron estos ilustres trinitarios: José Antonio Fernando Hernández Echerri, Pedro Salabarría, Manuel Hernández Echerri, Nicano Castiñeyra, Juan Ponce, Buenaventura Acebal y Pedro Marín.


“En el año 1845 hubo exámenes públicos en el establecimiento de educación a cargo del inteligente profesor D. José Caruta. El acto fue celebrado en la hermosa sala de la casa del Caballero Re­gidor, D. Carlos de Armenteros, y resultó brillante; entre los alumnos que más sobresalieron en Geografía aparecen: Juan Armenteros, Juan Bautista Spotorno, Juan Cadalzo y Joaquín Sarría.


“En ese año de 1845 también estaba establecida, en la casa perteneciente a la Diputación Patriótica de esta ciudad, una escuela de primeras letras para la enseñanza gratuita de veinte y tres ni­ños pobres, a cargo de Don Cipriano Zerquera. Ya asoma este ape­llido, tan grato en los trinitarios amantes de la cultura, como lum­bre y prez de nuestras escuelas.


“El propio año 1845, invitada por varias personas de esta ciu­dad, se estableció la señorita francesa Juana Boiseau, dedicándose a la enseñanza de la música vocal y a la instrumental de piano. En ese año publicó un aviso el profesor de música D. Francisco Rubert, donde dice que: "agradecido a la buena acogida que ha tenido du­rante los cinco meses que lleva de permanencia en ella (Trinidad), ha determinado permanecer algún tiempo más dedicado a la ense­ñanza del piano, guitarra y canto, todo con el mayor esmero y efi­cacia y por los mejores métodos conocidos, siendo sus precios los más equitativos posibles. Las personas que gusten ocuparlo se ser­virán ocurrir a la fonda del "León de Oro" frente a la Plaza de Carrillo, donde informarán".


“En el dicho año 1845 se estableció en Trinidad un profesor de acordeón que, por cierto, anunció una velada "melodramática", que pudo acabar -según suele decirse- como el rosario de la au­rora, pues se impacientó el público asistente al teatro Brunet la noche de la célebre velada y hubo protestas y gritos, tumulto y vuelo de bastones y sombreros.


“Un Colaborador del "Correo de Trinidad" protestó el tantas veces citado año 1845, contra "quien puso en el "Faro" (se re­fiere al periódico Faro Industrial de la Habana) que el curso de Taquigrafía que va a abrir en la Habana D. Fermín Fernández es el primero que se da en la Isla, asegurándole que, hace más de diez años, que este arte se enseñaba en mi Colegio de aquí (de Trinidad) y que, entre los alumnos llegaron dos a seguir la palabra con soltura y desembarazo después de un curso de once meses, ha­ciendo buenos y legibles caracteres Adviértase que el que ense­ñaba era tierra-adentro; y si pidieran pruebas puede ofrecerlas y darlas para que, otro día, haya un poquito más de cuidado en acordarse que la Habana sola, no es toda la Isla de Cuba".


“En el año 1851 fue establecido en esta ciudad, con el nombre de San Ignacio, un centro de educación, por D. José de Jesús Pra­do, ayudado de profesores inteligentes que establecieron clases de religión y su historia, urbanidad, caligrafía española e inglesa, aritmética, gramática castellana, geografía, cosmografía, teneduría de libros, matemáticas e idioma latino. La lectura se enseñaba por el nuevo método del ilustrado D. José Mariano Vallejo.


“El historiador La Sagra, en 1859, época en que visitó a Trini­dad, escribió sobre la enseñanza y señala el hecho de que, en dicho año había en esta ciudad unos dos mil quinientos menores de edad escolar, de los cuales solamente unos doscientos concurrían a los centros de la enseñanza que estaban establecidos.


“Entre esos centros aparecía el colegio "Santa Teresa de Jesús", a cargo de D. Manuel Hernández Echerri, que tenía tres pro­fesores y dos ayudantes y contaba con ochenta y cuatro alumnos; la escuela pública preparatoria -ya citada- que dirigía Don Cipriano de la Luz Zerquera, con cincuentiséis alumnos y algunos pensionistas; otra escuela a cargo de Don Miguel de Jesús Nicado que contaba cincuentitrés y otra dirigida por Toña Felicia de Cook que tenía, en total, cincuenta niñas.


“Notable era en aquella época el colegio de carácter privado, llamado de los Padres Gutiérrez -Don José de Jesús y Don José María-. Dos hermanas de los mismos también se dedicaban a la enseñanza de niñas.


“Algunos Padres Jesuitas trataron de establecer en esta ciudad un centro de enseñanza superior, pero fracasaron todos sus esfuer­zos y gestiones, por lo cual regresaron a la Habana; más tarde fue­ron a Sancti Spíritus, donde tuvieron mejor acogida y fundaron el colegio que dio excelentes resultados en punto a cultura seria. De allí salieron esos espirituanos que fueron célebres en los anales de las ciencias y de la literatura de la ciudad hermana.


“El principal colegio que pudo establecerse en Trinidad lo fue bajo la iniciativa del Brigadier Don Juan Herrera Dávila, para lo cual se inició una suscripción y tenemos a la vista la nómina de los fundadores ascendente a veinte mil seiscientos cincuenta pesos.


“Tan importante colegio vivió corto tiempo, no obstante su bue­na organización. Los reglamentos fueron aprobados por el Capitán General en 4 de febrero de 1848, aunque, hasta diez años después, no se imprimieron en la Habana. El plantel se dedicó a la ense­ñanza de varones y hembras, bajo la denominación de "San Juan Nepomuceno" y de la "Santísima Trinidad". En 1858 se disolvió la sociedad que los estableciera y pasó la dirección a cargo del matrimonio Lafont pero con una matrícula que no excedía de unos cuarenta alumnos. Así concluyeron esos dos colegios que ha­bían sido abiertos con toda pompa y solemnidad el día primero de octubre de 1848, bajo la dirección, el de varones, de Don Bernardo Costales, y el de niñas, de Doña Felicia Beauvallón.


“De un estado general demostrativo de las operaciones de la sociedad anónima de los colegios de "San Juan Nepomuceno" y la "Santísima Trinidad", desde la fundación hasta 14 de sep­tiembre de 1853, aparece con un activo de $19,418.96 y de pasivo $29,046.50, de lo que resulta una diferencia, en contra, de $9,627.54. Seguramente que esto fue causa de su decadencia y ruina.


“Posteriormente funcionaron otros planteles de enseñanza para educandos de ambos sexos; el de varones de Don Cipriano de la Luz Zerquera, cuya obra continuó de una manera brillantísima su hijo Francisco Javier Zerquera mentor de acrisoladas virtudes y de amor profundo a la enseñanza.


“Existió otro colegio de varones a cargo de D. José Morte y Gonzalvo, aragonés, quién, en esta ciudad y en Cienfuegos, se dedica con justa fama a la enseñanza primaria y superior y fundó en Trinidad una familia meritísima. Otros planteles fueron regentea­dos por D. José Julián Alcalde y D. José Carreras. En Casilda, la escuela del español D. Antonio Ortega es de grata recordación.


“Entre las escuelas de niñas entre 1860 y 1900, son dignos de mención las de Doña Ana Pomares, Doña Eulalia Cabañas, Doña Ana Medinilla y Doña Josefa Urquiola. En esta última fuimos educados nosotros y, antes, en la escuelita de Doña Luisa Andonaegui, donde aprendimos las primeras letras.


“Antes del cambio del régimen español hubo Suenas escuelas en las sociedades de recreo e instrucción "El Fénix", "La Luz", "El Porvenir" y "La Protectora". En la Memoria anual de esta última Sociedad, correspondiente al año 1881, se dice que las escuelas que patrocina, las componen: 81 educandos: 21 en la de niñas, y 60, en la de varones.


“Con el cese de la soberanía española e implantación de los nue­vos métodos de enseñanza y el pago por el gobierno central de esas atenciones, se abrieron amplios horizontes a la escuela pública y se multiplicó el número de maestros y aulas, tanto en la ciudad como en el campo. Estableció el Gobierno norte-americano un Distrito Urbano, en la ciudad, y en la parte rústica, un Distrito Rural, y juntos formaban la Junta Municipal. Por la Ley Escolar de 18 de julio de 1908, se refundió todo este engranaje en un solo Distri­to que manejaba las escuelas del término municipal.


“Respecto a la enseñanza privada, surgieron en la nueva época algunos planteles que disfrutaron corta existencia. Uno de ellos fue el establecido en la calle del Rosario número 38, desde el 15 de noviembre de 1900, con el nombre de "Varela ", siendo sus funda­dores D. Antonio Pomares Marín, D. Antonio Marín Villafuerte y D. Rafael Pomares González quienes daban clases nocturnas para adultos. Allá, por el año de 1902, el elocuente orador y párroco de la Santísima Trinidad, Don Santiago G. Amigó, con profesores trinitarios, fundó el Colegio "San Juan Bautista" en la calle de la Gloria entre Rosario y Desengaño. Al poco tiempo renunció a la dirección, y, el joven profesor Rafael Rodríguez Altunaga se hizo cargo de dicho plantel y lo conservó hasta septiembre de 1904, en eme se ausentó de Trinidad.


“Aparecieron también Academias para enseñanzas especiales, co­mo idioma inglés, dibujo y pintura, mecanografía, música, etc. Ade­más, funcionaron varias Academias preparatorias para exámenes de Maestros públicos. También hubo proyectos para colegios religio­sos, sin cristalizar; algunos importantes, como el del Padre Gonzalo.


“Se estableció luego un buen colegio llamado "Verbo Encarnado", y después, el de "Nuestra Señora del Rosario", que funciona actualmente. Las Iglesias Protestantes, Metodista, y Bautista funda­ron academias que han funcionado con más o menos regularidad.


“El esfuerzo mayor hecho fue el de la constitución de un cole­gio de segunda enseñanza nombrado "FERNANDO HERNANDEZ ECHERRI", incorporado al Instituto de Santa Clara que fue muy bien acogido y prestó grandes beneficios. De sus aulas salieron varios titulares y se fomentó el estudio superior; pero, dicho colegio inaugurado en 1923, bajo la dirección del señor JUAN ENTRALGO Y ZAMBRANO, tuvo dificultades para su continuación. Se sus­pendió su actividad hasta el 24 de febrero de 1927 en que se abrió bajo la dirección del Sr. FRANCISCO MARIN VILLAFUERTE -con carácter honorario. Como en el período anterior, languide­ció y cerró sus puertas por falta de apoyo oficial y por la crisis económica que se iniciaba ya desoladoramente.


“Fue igualmente entusiasta para la enseñanza, en las épocas en que estuvo al frente de la parroquia de esta ciudad, FRAY AMADEO FIOGERE, que sostuvo academias, como así lo hizo también FRAY ALVARO DE MANUEL, con notable aprovechamiento, sobre todo, en las matemáticas. Después abrió un colegio para menores y adultos, con la cooperación de algunos profesores locales, FRAY AURELIANO PRIETO, dándose el doloroso caso de que, a pesar de la gratuidad de los servicios, careció de asistencia tan benéfico instituto.


“Funciona hoy día, auspiciada por las Maestras católicas, una academia de Instrucción Primaria, Religión, Corte y Costura y Bellas Artes en el edificio social de los K. of C.


“Al terminar el curso de 1942 a 1943, el Distrito Escolar de TRINIDAD tenía treinta y cuatro escuelas con ochenticuatro aulas de las que se clasifican como Urbanas, de primera categoría, DIEZ Y SEIS ESCUELAS, con cincuenta y dos aulas. UNA PRIMARIA SUPERIOR, con diez aulas: y TRES kindergartens. El personal se clasifica en: OCHENTIUN MAESTROS DE ENSEÑANZA COMUN TRES MAESTRAS DE KINDERGARTEN, TRES AUXILIARES DE KINDERGARTEN Y ONCE MAESTROS DE ENSEÑAN­ZA SUPERIOR.


“Los alumnos matriculados se clasificaron en la siguiente forma:

V.B.818 V.C.585 Total Varones1,403
H.B.963 H.C.721 Total Hembras1,684
Total1781 1306 3,087

“El promedio de asistencia en el Curso fue como sigue:

V.B.496 V.C.357 Total Varones853
H.B.130 H.C.461 Total Hembras1,081
Total626 818 1,934

“La nómina del Distrito Escolar de TRINIDAD asciende a la suma de NUEVE MIL OCHOCIENTOS SIETE PESOS CON CIN­CUENTA CENTAVOS ($9,807.55) por en concepto de PERSONAL; y CIENTO VEINTE Y SEIS PESOS CON CUARENTA CENTA­VOS ($126.40) por el alquiler de DIEZ Y SEIS casa escuelas, ha­ciendo un total general de NUEVE MIL NOVECIENTOS TREINTA Y TRES PESOS CON NOVENTA Y CINCO CENTAVOS ($9,933.95) cada mes.


“El Centro Escolar No. 1, del "Convento", por encontrarse si­tuado en el lugar que ocupó el de "San Francisco de Asís", es un hermoso edificio moderno, de seis aulas y un Kindergarten con Junta de Educación y Almacén anexo; y el No. 2, "Francisco J. Zerquera"- , (Paula), contiene igualmente seis aulas y un Kin­dergarten, habiendo sido adaptado para ello; y, además, hasta la fecha, ha venido ocupando el propio edificio la Escuela Primaria Superior, desde el año 1937. Dicha Escuela se trasladó en 1943 al edificio que ocupó el antiguo cuartel del Ejército, sito en la calle Cruz Verde esquina a Angarillas, adaptado para tan noble fin gracias a un crédito concedido por el ex-Ministro de Educación. D. Ramón Vasconcelos, de pulcra y acertada actuación.


“Frente al Centro Escolar No. 1 del "Convento", en la plazo­leta que sirvió antaño para campo de juego de pelota de los mu­chachos vecinos, ha levantado el PARQUE PANAMERICANO -"LA ROSA BLANCA"- el Club Rotario de Trinidad, cuya inauguración se verificó el 12 de octubre de 1942. Así consta al frente de dicho parque en un cartel que dice: "ESTE PARQUE HA SIDO ENTREGADO POR EL CLUB ROTARIO DE TRINI­DAD PARA SU CUIDADO Y CONSERVACION A LA AGRUPACION ESCOLAR "LA ROSA BLANCA" CREADA POR IRENE CURBELO GALVEZ CON EL FIN DE INTENSIFICAR EL PANAMERICANISMO ENTRE LOS NIÑOS". Del referido parque, en cuyo centro se levanta un busto del apóstol Martí, cuida asiduamente el Sr. Carlos Zerquera Alomá, Director de cacho Cen­tro Escolar.


“La Escuela Primaria Superior dirigida por la Dra. Carmen Martínez de Lagunillas, y secundada, eficazmente, por el profeso­rado, no ha mucho celebró en el teatro "La Caridad", muy animada fiesta con el fin de entregarles a las alumnas graduadas sus respectivos diplomas. El interesante programa fue desempeñado por las propias alumnas y otras personas que se asociaron a la brillante fiesta de las graduadas.”




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Última Revisión: 1 de Mayo del 2005
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