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El Municipio de Trinidad |
“Historia de Trinidad” |
“Apéndice 3” |
“(Véase la Parte Segunda, Capítulo VI)” |
Ciudades, Pueblos y Lugares de Cuba |
“En 1725 aparece una comunicación del Gobernador de la Habana D. Dionisio Martínez de la Vega. En ella vemos que el Ayuntamiento de la ciudad de Trinidad pedía facultad para dar cinco cartas de corso con inhibición de aquella capitanía General, ofreciendo, por esta gracia, fortificar el río Guaurabo y la bahía de Casilda, para que se pudieran defender con veinte y cinco soldados; y que, hechas estas fortificaciones, se encomendasen, perpetuamente, a un oficial de mérito y experiencia a semejanza de Puertobelo; pidiendo, también se les concediera establecer un hospital; que su jurisdicción sea independiente de la de la Habana, y, además, que el Gobierno de la fortificación recaiga en D. Juan Santos y Pazos, con otras diferentes peticiones. |
“El Gobernador informó oponiéndose a esta petición del Ayuntamiento de Trinidad y a ello acompaña dos "plantas'", (van adjuntas) y dice que, informado de personas y oficiales muy capaces en la materia las ha formado; que la ciudad está en la costa del Sur, a ochenta y cinco leguas de la Habana. Que, en el número primero, se ve el río "Agabama", de algún caudal, aunque en su boca sólo tiene cinco palmos; pero que más adentro, pueden navegar canoas y piraguas cuatro leguas distantes del mar; que, a una legua a sotavento, está la ensenada de Massío con unos cayos en su boca y gran restinga peligrosísima, y, por lo mismo, inútil su bahía, capaz de lanchas pequeñas; que, de aquí a Cayo Blanco, hay una y media legua al Sur y media al Sur Oeste, -Cayo Guayos-, con fondos anegadizos y la costa muy sucia. |
“Continúa informando: Que la punta de Casilda está a dos leguas y media de Masío; y, de ella, a la Sierra más próxima, un cuarto de legua que es el ancho de la boca de su bahía, de entrada muy peligrosa: que el río Cuyabo (Guaurabo) dista una y media legua de María Aguilar, cuya boca llaman el "Puerto de la Trinidad" sin mérito para ser puerto por ser un playado de escasa ensenada y sin abrigo. Se agrega: que la población está delineada en la segunda planta, en cuyo término se comprenden colinas dominadas de otras, levantándose, desde B, una montaña al Norte de un cuarto de legua hasta un vértice de tierra muy quebrada y áspera: que por lo dicho, no merece ocupar la atención de S. M. la pretensión del Ayuntamiento, pues no se lograría ningún fin útil en la construcción de fortalezas inútiles por tanto padrastro, y siendo mal punto y corta población, sería un caudal invertido inútil, que si no grava al Estado, lo hace a los pobres vecinos e, indirectamente, a los intereses de S. M. con las otras peticiones que hace. Dice que la inhibición del Gobierno de la Habana no lo aprueba, pues serían nuevos gastos y mayores en el aumento de funcionarios; así como fortificando con sostener un presidio y guarnición oficiales, y que, de ningún modo, debían ayudar con sus bienes porque era interesado, pidiéndose para él, hada menos, que el perpetuo Gobierno de los fuertes: (!) y que tampoco debía atenderse a lo que dijere el Obispo. El Consejo acordó no resolver hasta que no informasen los oficiales reales. |
“(Estos informes aparecen de las Noticias Históricas extractadas por el Capitán de Ingenieros, D. Benito León y Canales, con notas Histórico-Biográficas por el Dr. Manuel Pérez-Beato, Historiador Oficial de la Provincia de la Habana). |
“A pesar del informe contrario a la petición del Ayuntamiento de Trinidad, se accedió, en definitiva, pues los Castillos y demás fortalezas fueron hechos, según consta en las notas que, anteriormente, se han dado a conocer.” |
Vistas de la ciudad de Trinidad, en la provincia de Las Villas en las Tarjetas Postales |
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