Guije.com Historial de las Iglesias en «Historia de Trinidad» en Ciudades, Pueblos y Lugares de Cuba


Historial de las Iglesias a Trinidad, Historia de Trinidad, Las Villas, Cuba


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Historia de Trinidad


El Municipio de Trinidad
“Historia de Trinidad”
“Parte Cuarta”
“Capítulo II”
“Del Historial de las Iglesias hasta 1800”
Ciudades, Pueblos y Lugares de Cuba

“Sumario: Los Padres Franciscanos y su labor educativa. -Comunidad y Hospicio. -La Ermita de la Cruz en la Barranca. -La Ermita de la Popa. -La iglesia de San Francisco de Paula. -Orígenes del Convento de San Francisco de Asís. -Real Cédula de Felipe V de 1730. -Fray Toribio de los Reyes y el Regidor Alférez Real, José García del Corro. -La ermita de Santa Ana. -Ruina y reconstrucción de ella. -La iglesia del Río de Ay.


“La Iglesia Parroquial existió con Vicario y libros de asientos de bautizos desde 1585, como se ha dicho ya. Los Padres Franciscanos tenían, también, desde época primitiva, Comunidad y Hospicio en la calle de Guaurabo, esq. a Gutiérrez, cerca de la Cueva de los Indios. Al pie de la Barranca del Río existió una rústica choza, al lado, una piedra o pilar con una Cruz, que colocó, en los primeros tiempos de la colonización, un Fraile trinitario de nacimiento, llamado Nazario, dando origen esto a la Ermita de la Cruz de la Piedad. La Ermita (llamada en un principio, de la Caridad) Nuestra Señora de la Candelaria de la Popa existió des-le mediados del siglo XVIII, pues de 1766 data la ofrenda del cuadrito consagrado a la Virgen del santuario. La iglesia de San Francisco de Paula fue fundada en 1780 por el Pbro., Don Manuel Hernández de Rivera con el legado de Don Pedro Pumiel. El convento de San Francisco de Asís tuvo su origen en la donación que los esposos Don Gerónimo de Fuentes y Doña Micaela Albeláez hicieron de la Ermita erigida a Nuestra Señora de la Consolación de Utrera y su casa solariega, contigua a los Padres Franciscanos. Estos Padres, por Real Cédula de 21 de septiembre de 1730 del Rey Don Felipe V, obtuvieron la autorización para la fundación de su Convento, pero conviene advertir que este no fue edificado en el Hospicio que distante del sitio elegido, tenían con dos religiosos.


“Por actas de Cabildos extraordinarios celebrados en 27 de noviembre y 1 de diciembre de 1731 fue ejecutada la Real Cédula de referencia y el Padre Fray Toribio de los Reyes, Predicador General y Presidente del hospicio de la Seráfica Orden, quedó en posesión del terreno y de los inmuebles, habiendo, previamente, tomado la Real Cédula el señor Regidor Alférez Real, Don José García del Corro, que "la besó y puso sobre su cabeza en nombre del Ayuntamiento, y dijo que la obedecía y que se guarde, cumpla y de su debido cumplimiento por ser carta de Nuestro Rey y Señor Natural".


“Puede decirse que, en la segunda mitad del siglo XVIII, ya existía el Convento de los Padres Franciscanos, según documentos examinados y, entre ellos, el acta del Ayuntamiento relativa a la fiesta celebrada con motivo de la jura del Rey Don Carlos IV, en la mañana del 19 de octubre de 1789; y fue propulsor de la obra, hasta llevarla después a feliz término, con su dedicación apostólica y la piedad y recursos de las familias, Fray José de la Concepción Espí, el inolvidable Padre Valencia.


“La Ermita de Santa Ana tuvo origen en la creación de una capellanía fundada en 1719 por el Alcalde Provincial, Don Juan Vázquez, expresándose en documento de 1724, por la esposa de dicho Capitán Vázquez, lo siguiente : "I, por cuanto dicho difunto e yo la dicha Dña Mariana Domínguez tenemos donado, de nuestra voluntad, a favor de la imanen de nuestra Señora Santa Ana, una casa y solar con la disposición de hacerla de tejas, aunque, al presente, es de guano, y está en el Barrio y Calle que va a la Villa de Sancti Spíritus, para colocar en ella dicha Santa Imagen, de que tenemos concedido licencia de su Señoría Ilustrísimo, el Obispo de esta. Diócesis, en llegando el caso de dicha colocación, sin contravenir a la última voluntad del testador por el grande servicio que se hará a Dios, Nuestro Señor, y beneficio espiritual a los vecinos de dicho barrio, por ser todos pobres, y no poder los más, todas veces salir a oír Misa, por no tener con que hacerlo, se puede servir dicha Capellanía, en dicha Ermita, por los Capellanes propietarios e interinos, y cumplir con la carga de su obligación a que se les puede obligar llegado que sea el caso." A pesar de la imposición, la ermita se arruinó, tiempo después, y la reconstruyó, a su costa el Padre Don Manuel Hernández de Rivera hacia el año 1800. A mediados del siglo XVIII fue también fundada la Iglesia auxiliar de Río de Ay por el portugués, Don Francisco Fonseca, y su esposa Doña Juana Sellés en terrenos de Don Mateo Bravo. La Ermita era de embarrado y guano, y, a su alrededor celebrábanse animadas fiestas, con rifas y diversiones profanas, el día de la Candelaria. Fue designado, para desempeñar el curato auxiliar en 1793, el Padre Fray José González Candamo.


“Por ser fundaciones anteriores al siglo XIX se ha dado breve cuenta de las iglesias que existían antes de esta época, no repitiendo otros datos, por ser bastante conocidos; sin embargo, volveremos a informar algo más sobre la Parroquial Mayor "Santísima Trinidad". Pero, antes tenemos que aclarar que, como ya se ha expresado, el Convento de los Padres Franciscanos estaba en funciones en la segunda mitad del siglo XVIII y que, en el año 1777, no había aun desaparecido la iglesia de la Consolación de Utrera. La parroquial mayor, Santísima Trinidad, en los últimos años de dicho siglo y hasta 1812 en que sufrió serias averías por las tormentas de ese año y la de 1814 en que fue destruida, era un amplio templo de 64 varas de largo por 15 de ancho. Solamente era de mampostería la sacristía, y todo lo demás de madera. Estaba orientado el edificio con el frente al Oeste, y tenía tres naves: la central, con dos varas más de ancho que las laterales. En medio de la Iglesia se encontraba el coro, con sus tarimas, sitial para el Obispo, sillones, facistol y un organillo que construyó un franciscano llamado Fray José Denis, en 1789, y que duró hasta 1794 en que se sustituyó por otro. Estaba rodeada la iglesia de un muro almenado de dos varas de altura, extendido, desde la esquina de la torre, hasta la sacristía.


“En la plazoleta cercana había una cruz muy grande de madera. El terreno comprendido entre el muro, alrededor de la iglesia, y, ésta, se dedicaba a los enterramientos, lo mismo que el espacio libre, llamado "huerto" que, para ese fin, había en el convento de San Francisco.


“En el archivo de la iglesia, parroquial los asientos parten de los catorce días de abril de 1585, según consta del "libro viejo", donde estaban anotadas las partidas bautismales en una cuartilla de papel inservible mandadas a hacer las anotaciones por Don Francisco de Puebla, Procurador y Visitador, en enero de 1597, por orden del Obispo Fray Antonio Salcedo. El primer Vicario, Don Pedro de la Sota, tenía dos papeles y, por mandado del Fray Gaspar de la Rocha, fueron pasados los escritos en un librito, según aparece en 5 de noviembre de 1586.


“El notario, Pedro Vázquez de Puga, desde que se creó el cargo de sacristán, por orden de Fray Antonio Salcedo, certifica los asientos encontrados en dicho librito que tenía el padre Don Pedro de la Sota en cuatro pliegos de papel.


“En 12 de febrero de 1672 el Párroco Joan Guillán Treviño certifica la anotación de los asientos encontrados y de los que siguen, al parecer, de Don Antonio de Peralta, certificación que es ratificada en 10 de marzo de ese año de 1672. De las primeras anotaciones de 1585 hasta 1600 aparecen solamente sesenta y cinco, algunas de partidas bautismales.


“Aparecen firmando estas partidas bautismales en la fecha siguiente:


“Fray Fernando de los Reyes, Cura y Vicario, 1588; Antonio de Peralta, Cura y Vicario 1590; Gaspar de Cavales, 1590; Fray Melchor de Herrera, 1591 ; Fray Antonio del Spíritu Santo, C. V., 1592; Fray Antonio de Salas, de la O. de San Francisco, 1599, Fray Luis de Saabedra, 1600. El 9 de marzo de 1588, por orden del Provisor Luis de Salas, también se anotan los asientos que fueron encontrados hasta esa fecha.


“A partir de 1611, en las partidas bautismales aparece citada la palabra "Mayor" al referirse a la Iglesia Parroquial Santísima Trinidad. En partidas de esa época se observa que a los bautizados se les hicieron exorcismos y bendiciones por tratarse de "endemoniados".


“En 1605, está anotado el único bautizo del hijo de un indio del "Bayamo". Desde esa época aparecen distintas anotaciones de bautizos de negros y mulatos, esclavos e hijos de la Iglesia. También aparece en la misma época, entre los bautizados con exorcismos y bendiciones, un hijo del Alcalde, Capitán Pedro de Soria. Desde principios de 1700, aparecen anotaciones de ingleses e inglesas traídos de Jamaica por los españoles.


“Una de las primeras noticias de la iglesia parroquial de Trinidad consta en Alvar Núñez Cabeza de Vaca, al dar cuenta del naufragio ocurrido en las costas de Trinidad al Capitán Pantoja y del huracán que presenció dicho cronista, sabiéndose por su relato, que al siguiente día del desastre, la Iglesia quedó en el suelo. En 1702, la iglesia parroquial Santísima Trinidad fue saqueada por el pirata inglés Carlos Gant, prestándose al martirio el sacristán Mayor para evitar que las Sagradas Formas fueran profanadas.


“Reconstruido después el templo, en la forma que se ha descrito, lo destruyó, de nuevo, la tormenta de 1812, y el culto fue trasladado a la iglesia de Santa Ana, hasta que, construido el Convento de San Francisco de Asís, se utilizó éste como iglesia parroquial.”




Vistas de la ciudad de Trinidad, en la provincia de Las Villas en las Tarjetas Postales




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Última Revisión: 1 de Mayo del 2005
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