Guije.com Expedición del Salvador en «Historia de Trinidad» en Ciudades, Pueblos y Lugares de Cuba


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Apéndice 1
Apéndice 2
Apéndice 3
Apéndice 4
Apéndice 5
Apéndice 6
Apéndice 7
Apéndice 8



El Municipio de Trinidad
“Historia de Trinidad”
“Parte Quinta”
“Capítulo IV”
“Expedición del Salvador”
Ciudades, Pueblos y Lugares de Cuba

“Sumario: El vapor Salvador y el "Three Friends". -Historia del Salvador. -Estado del barco en la fecha de su malhadada expedición final. Su arribo a las aguas trinitarias. -Fusilamiento de Andrés Pimentel y Rodríguez de la Barrera. Relato de Carlos Manuel de la Cruz. -Restos del Salvador. Su abandono y olvido. -Versos a la expedición del salvador hallados a bordo. -Ejecuciones hecha, en Trinidad en las guerras de 1868 y 1895.


“En agosto del año 1929 leímos que se había efectuado en Jacksonville la compra, por suscripción popular, entre cubanos y amigos de Cuba, del viejo barco expedicionario "Three Friends" que prestó muy buenos servicios a los revolucionarios cubanos durante la última guerra de Independencia.


“Se hacía la adquisición de dicho barco para regalarlo al Gobierno de Cuba para que lo conservara como valioso recuerdo de la época heroica, rindiéndose, así, culto a la memoria de tantos abnegados patriotas que, en esa nave atrevida, se cubrieron de gloria en aras del ideal cubano.


“La noticia nos hizo recordar que, muy cerca de nuestras playas, en un estero contiguo al puerto de Casilda, se encuentran los restos del vapor "Salvador". Como el "Three Friends", tiene la más brillante historia, pero hasta la fecha no se ha rendido tributo de admiración a sus restos carcomidos y a los que fueron mártires de su última y trágica hazaña. Por ese motivo creemos un fiche de justicia evocar en estas páginas al "Salvador", cuyos restos herrumbrosos hablan del heroísmo de los expedicionarios, relatado, de manera admirable, por el cultísimo escritor esclarecido, patriota Manuel de la Cruz.


“El "Salvador" fue un barco de célebre historia, pues había servido, durante la guerra del Norte y Sur de los Estados Unidos, de "Blockade Runner", lo cual le daba cierta fama. Además, era famoso por haber realizado la feliz expedición que, al mando del Brigadier Rafael de Quesada, desembarcó en las costas de Nuevas Grandes, en Camagüey (1).


“Carlos Manuel de Céspedes, cuñado de los hermanos Quesada, lanza en Yara, el 10 de octubre de 1868, el grito de Independencia. El General Manuel de Quesada fue el primero en auxiliarle desde afuera, desembarcando en territorio cubano con la expedición que sacó de Nassau (Nueva Providencia), en la goleta "Galvanic". Esta noticia llegó a los oídos del General Rafael de Quesada que, a la sazón, sentaba plaza en el ejército de México, al saberla, embarcó para New York, desde donde se dirigió a Nassau, y organizó y trazó una expedición con los recursos aportados por la Junta Revolucionaria.


“Esta fue la primera jornada del "Salvador": pero, cuando fueron reclamados sus servicios por el agente del Gobierno Cubano en Nassau, el estado del barco era deplorable. Dice Manuel de la Cruz en su patética descripción que el barco había sido adquirido por la agencia cubana en novecientos pesos: tenía dos chimeneas, panzudas y altísimas, desproporcionadas para lo exiguo del casco. Era este de hierro, muy delgado, corroído desde la quilla hasta la borda por el contacto del agua salada. Las pailas, carcomidas: cubiertas de parches y surcidas. Anduvo en el viaje de prueba en la bahía, once nudos y medio por hora.


“Levadas anclas por el "Salvador", el jefe de la expedición Coronel Fernando López de Queralta y el jefe económico, Juan Osorio, abrieron el pliego de instrucciones que ordenaba dirigirse a la costa sur de Cuba, a determinado puerto de la jurisdicción de Trinidad. El famoso General Federico Cabada, desde el campo rebelde, había enviado los prácticos indispensables: Vicente Jiménez, para arribar al puerto; y José Caridad Carpio, para orientarse en tierra. Muy conocidos fueron en Trinidad ambos prácticos: Jiménez, por sobrenombre "Yini", creyéndose responsable del fracaso murió de pesadumbre; y Carpio, famoso insurrecto en la jurisdicción de Trinidad y, ya Comandante, fue asesinado por un chino, su asistente.


“Las peripecias que cuenta Manuel de la Cruz son, en realidad, extraordinarias, pudiendo notarse que, en medio de las angustias de la expedición no faltaba la nota humorística entre aquellos abnegados patriotas.


“Después de accidentada navegación, llegado el octavo día, siendo las dos de la tarde, estaba la expedición frente al pintoresco laberinto de las Doce Leguas; pero, pasaron ese día y la noche y a pesar de los esfuerzos de "Yini" el muelle de Tayabacoa no se vislumbraba. Al caer la tarde, si se columbró una playa pelada y desierta, sin que el práctico "Yini" atinara con el lugar, divisando, a lo lejos, resplandores de fogata. Escribe Manuel de la Cruz: "Se echó un bote al agua tripulado por Pepe Botella y Carpio, el práctico de tierra, para que reconociesen y diesen aviso a los campamentos cubanos. Mientras el bote bogaba hacia la costa, empezamos la descarga de útiles que fuimos depositando en la playa. Botella y Carpio no volvían. Al rayar el alba, divisamos la techumbre de una casa. Salí a reconocerla por tierra con cuatro hombres, mientras un bote, bien tripulado, lo hacía por atar. El bote llegó primero, y volvió proa más que de prisa. Yo pude volver sobre mis pasos e incorporarme. Aquella casa era la del Calafate Mayor de Casilda. Estábamos sobre el puerto habilitado de Trinidad".


“Todavía hay personas en esta ciudad que recuerdan aquel día aciago. Españoles y cubanos afectos a España, corrieron a Casilla, para presenciar la captura del abandonado vapor "Salvador" (sep. 17). Los expedicionarios se dispersaron entre los manglares y, casi todos, tuvieron desdichada suerte.


“A pesar de todos los peligros, se reunieron aquellos héroes; pero faltaron dos compañeros: Andrés Pimentel, de la Habana, de 44 años, que fue fusilado el 15 de octubre en la fatídica Mano del Negro, y el Dr. Vicente Rodríguez de la Barrera, de la Habana, de 44 años, médico de los expedicionarios, que fué fusilado, en el mismo lugar, el día 13 de ese mes y desdichado año de 1870.


“Las angustias que pasaron los expedicionarios que pudieron vadear el río Guanayara e internarse en las montañas son de tal magnitud, que bien merece dejar la pluma para reproducir el relato de Manuel de la Cruz, que dice así: "Calados de agua hasta los huesos, hinchados los pies por el ir y venir sobre la costa pavimentada "de diente de perro", famélicos, rendidos por el insomnio de dos noches y las fatigas y emociones del desembarco; sin guía, ignorantes de la topografía del lugar, errábamos al azar en la eterna penumbre del bosque. En vano, demacrados y derrotados; como cafila de mendigos atormentados por sed, buscamos un manantial o charco en que saciarla; el suelo era árido como un arenal, y no lográbamos dar con la salida de aquel laberinto de árboles. A la sed, se unió el hambre. Para distraer la primera, había... gotas de rocío medio evaporadas; para entretener el hambre, raíces y hojas. ¡Qué dolores tan punzantes, qué vértigos, qué desequilibrio! No teníamos fuerzas para pensar; nos había invadido el mutismo de las bestias; parecíamos una gavilla de locos escapados de un manicomio. Pasado el tercer día de permanencia en el bosque, pudimos saciar la sed en una corriente, hasta el sexto día, no engullimos bocado".


“¡Piensen en todo esto los que contemplan, con indiferencia, los restos carcomidos del vapor "Salvador" que, en la bahía de Casilda, se asoman como testigos mudos del abandono de una generación libre y satisfecha!


“No cabe duda de que, la segunda expedición del "Salvador" fue una catástrofe, no por culpa del noble "Yini", si no, tal vez, de los liados como dice de la Cruz, que termina su triste narración con esta nota tremenda: "Los diez y siete tripulantes del "Salvador" fueron apresados en el mar. El infatigable Juan Osorio murió fusilado en Nuevitas; su hermano Pascual, macheteado; José Feu y el habanero Jackson murieron de hambre; Pedro Ambrom y Joaquín Pizano, ahorcados por el enemigo: José Botella, graduado alférez, asistió a una acción, enfermo de fiebre, y murió de dos balazos; Manuel Pimentel, Teniente Jefe de la escolta de Agramonte, murió de dos balazos en la acción del Carmen ; Eduardo Toralla, asaltado en un rancho, murió defendiéndose con un pedazo de machete; Narcizo Martínez falleció en las Tunas".


“Los restos del infortunado barco se encuentran deteriorándose cada día más en el mismo lugar donde fueron conducidos por los, españoles, pasando los años sin que ni una flor sobre ellos demuestre el agradecimiento de los cubanos de esta generación que respira aires de libertad ganada por el esfuerzo y sacrificio de expedicionarios y héroes como esos que traemos a estas páginas.


“Tan simbólicos como los del "Three Friends", al que se ha glorificado, son los restos del vapor "Salvador". Estos no deben mantenerse más en el olvido por el Gobierno de la República, ni vistos con indiferencia por los trinitarios que ahí los tienen como un atalaya señalando el camino del heroísmo y el víacrucis de los fundadores de la República. Con estos hierros ya carcomidos, requiere el decoro nacional que se levante un obelisco y en él se graben, con caracteres indelebles, los nombres de aquellos heroicos expedicionarios que, actualmente, no tienen, en sus olvidadas tumbas, ni una cruz, ni el ramo de flores, ni la bandera con que soñó Martí. ¡Ni las tumbas de ellos se conocen...!


“El día que fue conducido al puerto de Casilda el vapor "Salvador", la curiosidad pública llevó a ese lugar a numeroso público que se entretuvo en observar el barco y los objetos que en él quedaron sin importancia, pues los expedicionarios pudieron salvar todos los útiles, a pesar de la crítica situación que confrontaban.


“Entre los objetos sacados del vapor "Salvador" se encontró un sobre que decía: "Señor Eduardo Tralla, primer maquinista del Steamer "Salvador". La carta contenía unos versos que, en aquella época, estuvieron muy en boga en Trinidad y que dicen así:


A LA SEGUNDA EXPEDICION
(Insertos en "El Telégrafo",
de Trinidad, de 15 de Spt, de 1911)
No hay caso, esta expedición
es una gran novedad;
la lleva la Libertad
a la santa Insurrección.
Si es cierto que, ni un cañón
a bordo esta vez llevamos:
es que no necesitamos
de piezas de artillería,
pues, está la valentía
de los patriotas que vamos.
¡Silencio! y escuchen todos
los hombres independientes
los nombres de los valientes
que se van a matar godos.
Sobre mí mesa, de codos,
me pongo a lanzar metralla
con estos nombres, más, ¡calla!
ciudadanos, atención:
ahí viene Perico Ambrón
y, el gran Eduardo Toralla
De Cuba, luce la estrella,
cuando sus nombres lanzamos;
y, en ella, todos confiamos
al ver a Eduardo Botella
La fe que yo tengo en ella,
no es un capricho ilusorio...
más, ¡basta! que es perentorio
seguir con mí relación,
y el hacer ahora mención
del patriota Juan Osorio,
Al verlo, ¿qué tal, qué tal?
digo yo, con sangre fría,
cuando viene en compañía
de su otro hermano Pascual.
¡Ay!, España, mucho mal
va a hacerte el pueblo cubano,
que, esta vez, viene Pizano
que, aunque enfermo, sin querella,
va, también, Pepe Botella
con el fogoso Lozano.
No hay en el mundo papel
bastante para escribir
cuanto ha de oírse decir
del gran Andrés Pimentel,
Y va su hermano Manuel,
y va Narciso Martínez
con polainas y botines,
polvos blancos y entorchados;
y sus hechos afamados
atruenan ya los confines.
En heridas, no me obligues
a pensar, Dios de la guerra,
que toda herida se cierra
con ver al Dr. Rodríguez.
Y, al decir que no me instigues,
que yo no temo, porque,
con estos ojos veré
correr la España detrás
de una canción, al compás,
al invencible Lainé.
El ánimo cuerpo cobra
y nos gozamos nosotros
hasta ver que marchan otros,
pero, con los dichos, sobra.
Ya se verá la gran obra
de esta gran expedición
que, en cada marcial función,
ha de ser digna de loa,
porque, aquí, va Ramón Roa,
y ¡adiós!, se acabó el carbón.
Nassau, septiembre 3, 1870.

“Qué ajenos estaban los valientes expedicionarios, alegres, en medio de las vicisitudes, del triste fin que les esperaba! !Qué no sea estéril su sacrificio, ni la yerba del olvido cubra sus nombres gloriosos! ¡Y que no pasen los años esfumándose el recuerdo de esos mártires como Pimentel y el Dr. Rodríguez, como Armenteros y Muñoz, Hernández Echerri y Arcís; Matamoros, Armas, Acebal, Nadal, Amézaga... y tantos y tantos otros que, en la Mano del Negro, cayeron, sin que las generaciones libertadas hayan erigido un modesto monumento que perpetúe su memoria; que diga a propios y extraños: "Descúbrete, ciudadano; que aquí murieron los que hicieron libre la patria que te sustenta...!


“Y para cerrar este capítulo, traemos aquí la relación de los patriotas que, en las revoluciones de 1868 y 1895 fueron fusilados en el lugar conocido por "Campo de Marte" o "Mano del Negro" (2).


Año 1869 Ventura Hernández Pentón Noviembre 3
" " Patricio Parada Julio 29 (3)
" " Francisco Fonseca Julio 29
Año 1870 Pablo Lugones y Candela Enero 11
" " Andrés Matamoros Febrero 10
" " Francisco Mendieta Junio 9
" " Andrés Yhanes Agosto 22
" " Vicente Rodríguez de la Barrera Octubre 13 (4)
" " Andrés Pimentel Octubre 15
" " Juan Bautista Pedroso Noviembre 8
" " Antonio Olea Diciembre 21
Año 1871 José Nodal Enero 17 (5)
" " Ramón de Armas Enero 17
" " Francisco Acebal Enero 17
" " Víctor Nodal Enero 17
" " Hilario Vázquez Enero 21
" " Luis Tauriga Febrero 1
" " Manuel de la Cruz Gómez Febrero 10
" " Juan Bautista Puertas Mayo 23
Año 1895 Lino Amézaga Octubre 13

“En la revista "Azul y Blanco", abril 10 de 1910, se publican interesantes noticias sobre etimologías callejeras de Trinidad y, entre ellas, la que reproducimos a continuación:


“"La Mano del Negro" debe su nombre a un suceso, por demás trágico y doloroso: un escolta del Capitán a Guerra. Maldonado, Jefe del pueblo, tenía guardadas, para su merienda, dos tortas de maíz. Un esclavo del Capitán se las hurtó, y dicho escolta, al descubrirlo, la emprendió a golpes con el siervo. Cansado éste de recibir golpes, dio una bofetada al escolta quien rodó al suelo. Aprisionado el esclavo, fue condenado a la pena de cincuenta azotes en paraje público y a que se le cortara la mano derecha. Sufrió la pena de azote y la pérdida de dicha mano que, una vez cortada, fue expuesta, durante un mes, a la curiosidad pública, en el lugar que, desde entonces, es conocido por "La Mano del Negro".”



- - -

“(1) El "Salvador" tenía 193 pies de eslora; 19 de marga y 9 de puntal con 122 toneladas de arqueo. Su máquina era de 50 caballos de fuerza y tenía dos chimeneas. Era de rueda. Se encontraron a bordo entre otros materiales, 1062 fusiles belgas; 922 bayonetas; 36 cajas de cápsulas metálicas. -R.R.A.


“(2) Se ha venido repitiendo, erróneamente, que el nombre de ese fatídico lugar tuvo origen en la revolución esclavista o sedición de 1838. Eso no es cierto. En el Archivo Municipal consta (Libro de Actas de 1812 a 1821) que en 10 de noviembre de 1817, ya se llamaba la calle de la Chanzonetas "Calle de la Mano del Negro". Así aparece, además, en distinto@ anuncios que insertó el periódico "El Correo" en años anteriores a 1838.


“(3) Según informes del Sr. Andrés González Llorente, el patriota Pa-rada fue pasado por las armas en la explanada del Barracón, e igualmente, el patriota Fonseca.


“(4) El Dr. Vicente Rodríguez de la Barrera, médico del vapor expe-dicionario "Salvador", fue apresado en los manglares de Casilda, conjunta-mente con Andrés Pimentel, expedicionario, del propio barco.


“(5) Otro informe del Sr. Andrés González Lorente, preso en la misma época en la Cárcel de esta ciudad, dice: "En una sola mañana fueron fusi-lados el rico hacendado Sr. Armas, Francisco Acebal y Víctor y Pepe Noa o Modal, padre e hijo. El primero de estos dos últimos queriendo salvar del fusilamiento a su pobre hijo, declaraba que el era el único culpable de haberlo arrastrado al campo de la Revolución; pero, la abnegación de aquel heroico padre no encontró generosa acogida en el duro corazón de sus crueles ejecuto-res, y una criminal descarga llevó a la eternidad las almas de aquellos cuatro patriotas".... Sus nombres correctos eran José Nadal y González y su hijo, Víctor Nadal, R. R. Altunaga.”




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Última Revisión: 1 de Mayo del 2005
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