“Sumario: Méritos de Trinidad para la creación de su Tenencia de Gobierno. -Concesión de escudo de armas. -Su contenido y significación. -Dignidades del Ayuntamiento. -Las banderas y trofeos arrebatados a los ingleses. Nuevos elementos de progresos: emigración de la Florida y de Santo Domingo. -Privilegios de los Regidores en 1817. -Título de ciudad a Trinidad. -Funciones de los Regidores. -Medallas que éstos llevaban. -Celebración de cabildos.

“Trinidad, favorecida por su situación geográfica y centro comercial del tráfico de la región central de la Isla, además de los méritos adquiridos en largos años de lucha con los invasores, fue objeto de distinción en 1797 del Gobernador y Capitán General Conde de Santa Clara, Don Juan Procopio Bassecourt, creando su Tenencia de Gobierno con jurisdicción política y militar sobre todo el territorio central, con lo cual quedó formada la provincia de Trinidad con esta ciudad y villas de Santo Espíritu, Santa Clara y San Juan de los Remedios.

“Se dotó a la ciudad de Escudo de Armas, de lo que tratan distintos acuerdos del Ayuntamiento. Solicitado, desde 1791, por moción donde se le dice a S. M. que "se digne conceder a esta ciudad el Escudo de Armas que la distinga, según el que merezca por blasón y honor de su antigua lealtad". En dicho Escudo se hicieron aparecer, en recuerdo del acto de la celebración de la primera Misa, bajo el Jigüe histórico, el moderno altar con la insignia de la Cruz; el triángulo con el ojo simbólico; los trofeos de guerra, cañones y banderas apresados a los invasores; mástiles de buques, todo el conjunto evocador de la fundación y de las luchas tan gallardamente sostenidas, teniendo, al fondo, el paisaje de nuestras montañas altaneras y el bello azul del cielo cubano, coronado el Escudo por la diadema Real de España. En sesión celebrada el 11 de septiembre de 1797, presidiendo D. Luis de Bassecourd, Teniente Coronel de los Reales Ejércitos, Primer Teniente y Primer Ayudante Mayor del Regimiento de Real Guardia Infantería Walona, Teniente Gobernador Militar y Político de esta Ciudad y Villas anexas, domó un acuerdo que dice así:

“"Asimismo se leyó un oficio que ha manifestado el Sr. Presidente que se le dirigió con fecha 21 de agosto último por el Ex, S. M. 0. Sr. Conde de Santa Clara, Gobernador y Capitán General de esta Isla y Plaza de la Habana en que, haciendo ver que se aventura en las presentes circunstancias de la guerra, la remisión a la Corte de la bandera Inglesa que se aprehendió en la retirada de este puerto de los buques de aquella nación el 21 de julio anterior, la devuelva para que se pueda poner en la Iglesia Parroquial de esta ciudad con Acuerdo de este Ayuntamiento, en memoria de aquella acción, de que entendidos sus Medes del acuerdo dijeron que debían mandar y mandaron que, efectivamente, se haga la colocación con los fines que previene S. E.... el Sr. Juez Presidencial tendrá a bien formar el correspondiente auto para arreglar las formalidades con que debe ejecutarse este acto, y que, en consideración a que el citado papel del Ex. Sr. Gobernador y Capitán General, comprende expresiones QUE HACEN HONOR A ESTA CIUDAD, se compulse testimonio de esta continuación y devuelva el original a dicho Sr. Presidente".

“En acta de la Sesión celebrada por el Ayuntamiento en 25 de febrero de 1823, bajo la Presidencia de Don Pedro Marquina Villanueva, Teniente Coronel del Ejercito, Gobernador Militar y Jefe Político subalterno interino, aparase el siguiente acuerdo:

“"Se abrió un pliego rotulado a esta corporación que contiene un oficio del Sr. Jefe Superior Político fecha tres del corriente, transcribiendo otro de 11 de noviembre último de Exmo. Sr. Secretario de Estado y del Despacho de la Gobernación de Ultramar relativo a la concesión que S. M. se ha servido hacer a esta ciudad del Escudo de Armas de que se remitió el diseño por la Exma. Diputación Provincial (esta hizo la petición del Escudo en 22 de diciembre de 1820) conforme lo había solicitado este Ayuntamiento y, habiéndose leído, se acordó: que, por el Sr. Presidente, se pida el título que se ha reservado despachar al Exmo. Sr. Secretario del Consejo de Estado, contestando su recibo al Sr. Jefe Superior Político y que advirtiendo del sentido de la Real Orden y de otros antecedentes el nombramiento que se da de Villa a esta ciudad, cuando es reconocida por tal desde tiempo inmemorial por S. M. que reclama también del mismo Exmo. Sr. Secretario de la Gobernación por el mismo conducto: dando a S. M. las gracias".

“En el propio acuerdo se hizo la reclamación por el Presidente del Cabildo Consistorial al Jefe Superior Político sobre el tratamiento que se da a este puerto (se refiere a la ciudad de Trinidad), que lo tiene de SEÑORIA, desde época muy remota, en que le han conservado sus antecesores y el Rey y todas las autoridades superiores, especialmente, como cabeza de partido.

“Según acta del Cabildo de primero de enero de ese año, Trinidad ya era ciudad en esa fecha. Razón sobrada tenían los ediles trinitarios al hacer la reclamación que aparece de los acuerdos transcritos, en defensa de los derechos de la ciudad que había escrito páginas tan brillantes en sus anales. Estos datos también constan en el primer libro parroquial que data de 1585, según hemos dicho ya.

“En cuanto a la bandera inglesa, trofeos de guerra, colocados en la iglesia parroquial, conviene decir que fueron víctimas de la incuria de los trinitarios y de la destrucción del tiempo. De los cañones tomados a los invasores, uno pequeño andaba por los rincones de la Case Municipal hasta hace poco tiempo, y fue exhibido, con una explicación de su historia, en la exposición organizada por el periódico "El Obrero" en el año 1927, en la sala de sesiones del Ayuntamiento. Además, los caballeros Regidores del muy Ilustre Ayuntamiento de Trinidad, usaban, como distintivo de tan honroso cargo, una medalla de oro adquirida de su peculio particular, conservándose una de esas medallas, como recuerdo, en la Casa Municipal; y según se nos ha informado, fue cedido ese valioso objeto al Museo del Gobierno Provincial. ¿Dónde mejor guardarla que en menos de nuestro cabildo? ¿Por qué la cedimos?

“El renombre adquirido por la ciudad de Trinidad, la mayor importancia de su comercio, el auge que adquirió su producción y aumento de población parten de 1793, con motivo de la llegada de emigrados de la Florida, que introdujeron la abeja de Castilla, productora de la cera blanca; y, más tarde, en 1795, con la llegada, en número considerable, de franceses de Santo Domingo que, entre otros fomentos, impulsaron el cultivo del café y, como dice Humboldt, "llevaron a la Trinidad su industria y su inteligencia". Todo esto, considerado en sus distintos aspectos, dio lugar a la iniciación de obras privadas y públicas, así como a fundaciones religiosas, que, de manera muy somera, vamos a destacar.

“Señalados, a grandes rasgos, algunos de los honores recibidos por la ciudad de Trinidad, no obstante que bastan los mencionados para resaltar su importancia -¡para tantos desconocida!- conviene ofrecer otros datos que guardan estrecha relación con los ya apuntados. Ahí van.

“Desde el año 1730, en Libro de Actas Capitulares de la Habana, se habla de "la ciudad de Trinidad". En Cabildo de 10 de mayo de 1743, se dio cuenta "de cierto oficio rotulado al muy Ilustre Cabildo, Justicia y Regimiento de la ciudad de la Trinidad".

“En el Archivo de "indias, en los papeles tocantes al buen gobierno de la Isla Española (paquete 2-1-1/2, legajo 35), se encuentra una Relación de los Oidores Espinoza y Zuazo, de la Audiencia de Santo Domingo, de S. M. el Rey, de fecha 30 de marzo de 1528, proponiéndole medida para "que aquellas tierras se pueblen y sea útil a la Corona", señalando, entre las ciudades, a Trinidad de Cuba.

“En el Plano de Cuba, por Pablo Forlano, de 1564, se señala la ciudad de Trinidad; en el mapa de Bertely, de 1565, se cita el meridiano de la ciudad de Trinidad; en el mapa de Pecciolem, de 1604, se indica el norte de la ciudad de Trinidad; en el mapa de Hondius, de 1607, se fija la ciudad de Trinidad. Estos planos y mapas se encuentran, como apéndice, en le monumental obra de La Sagra.

“En la bien documentada Historia de Remedios del Dr. José M. Fortún aparece que, en enero de 1696, el Contador Jacinto da Rojas, Alcalde Ordinario por S. M., presenta ciertos despachos del Mtro. de Campo, Diego de Córdova Lazo de la Vega, Gobernador y Capitán General en que parece haber elegido por Teniente Gobernador de Justicia y Guerra de la Ciudad de Trinidad y demás lugares de su Partido, a D. Gerónimo Francisco de Fuentes y Herrera.

“En la propia obra, Cabildo de 30 de enero de 1703, se recibe a D. Tiburcio Bernaldo Quirós por Teniente a Justicia y Guerra de la ciudad de Trinidad y demás Villas de Sancti Spíritus, Remedios y Villa Clara, y Juez de residencia de ellas, por nombramiento del Maestre de Campo, D. Pedro Nicolás Benítez de Lugo, Gobernador y Capitán General de la ciudad de la Habana. El propio tratamiento de ciudad se da a Trinidad en Cabildo de Remedios de 14 de abril de 1704.

“En el acta de 30 de octubre de 1789, que se conserva íntegra en el Archivo de Trinidad, se describen, detalladamente, los festejos por la proclamación del Rey Carlos IV y se le da en toda la descripción el título de Ciudad a Trinidad.

“La Real Orden de 16 de enero de 1817 concedió condecoración al Ayuntamiento de Trinidad, con el uso de uniforme "porque, en todas ocasiones, se han distinguido en amor y lealtad a mi Real Persona, y, más particularmente, cuando los ingleses acometieron ese punto, frustrándose sus intenciones con el más denodado valor, sin demostrar fatiga ni riesgo que condujese a su conservación. Por todo lo cual, concedo a ese Cuerpo el distintivo y uso de uniforme de casaca azul turquí, cuello vuelto y solapa anteada, bordado todo de oro, según el diseño acompañado; chaleco anteado bordado de lo mismo, calzón azul turquí y sombrero galonado. Visto lo referido en mi Consejo de las Indias y mi Fiscal, y teniendo en consideración las circunstancias, servicios y constante fidelidad de esa ciudad y a que otras de menos rango se hallan condecoradas con el expresado distintivo, he tomado a bien acceder a vuestra petición, con la modificación de que el dibujo que se acompaña, sólo lo uséis en el collarín, solapa y vueltas de la casaca, para evitar, de ese modo, su excesivo costo; por ser así mi voluntad".

“El Ayuntamiento de Trinidad tenía derecho al tratamiento de Señoría, pero este tratamiento lo tuvieron todos los Cabildos, en general, conforme al título XII, Libro 6º de la Novísima Recopilación.

“En el Reglamento para las Milicias de Infantería y Caballería de la Isla de Cuba, aprobado por S. M. en Real Orden de 19 da enero de 1769 se lee en el Art. 45: "El Batallón, que se compone de gente de la ciudad de Trinidad y de Tres-Villas, llevará el nombre de las Cuatro-Villas, por haber dado cada una dos Compañías"; en el art. 7 se expresa: "El Batallón de blancos de las Cuatro Villas usará de uniforme blanco con la vuelta, alamar y cuello azul, cartera sobre la vuelta, galón y botón de plata, y botines cortos negros"; y el art. 8 dice: "Las banderas serán como las demás, sin otra diferencia que tener el Escudo de Armas con que se ilustra la ciudad de Trinidad en las extremidades de la Cruz de Borgoña, en cada bandera un mote que diga: Batallón de Voluntarios de las Cuatro Villas, y, debajo; Unión Invencible".

“En 1828, 14 de agosto, dispuso el Capitán General Vives que, cuando vaque el empleo de Coronel de milicias de Cuatro Villas, se provea en persona de la villa de Remedios, pues ya Trinidad ha dado dos Coroneles, Sancti Spíritus otros dos, y Villa Clara, uno.

“Del uniforme de los Regidores ya se han dado noticias y se agregan otras. Los oficios de los Regidores eran vendibles y renunciables; así se vincularon estos cargos, perjudicando el progreso y desarrollo de la riqueza del país y el estímulo de los grandes méritos populares. Su número, según la Recopilación (Novísima) era de doce en las ciudades principales, y de seis, en las demás villas y pueblos. Sus resoluciones se llamaron "cabildos abiertos" y esto se convocaban a "campaña tañida".

“Eran vitalicias las funciones de Regidores. Estaba a su cargo la policía, el aseo y ornato de la ciudad, la sanidad y la instrucción así como el gobierno político-administrativo. La Real Cédula de 14 de febrero de 1578 ordenó la celebración de Cabildos ordinarios los viernes de cada semana aunque no haya que hacer o discernir en ellos, y se ordena que la asistencia de los Regidores sea obligatoria, que los que falten pagarán, por primera vez, cuatro reales en que les condena la ordenanza diez y seis; por segunda vez, cuatro ducados, aplicados por terceras partes a la real Cámara, gastos de justicia y obras públicas de la ciudad.

“La medalla de los Regidores, complemento del uniforme, se llevaba pendiente de cinta con los colores nacionales españoles, autorizándose de oro a los que pudieran sufragar el gasto, y era una reproducción del escudo de San Fernando, armas reales de Castilla.”