“Cuba y la Plaza de la Catedral de La Habana” |
“Así es Cuba” |
Cosas de mi Tierra |
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Ensayo en el ejemplar que tenemos de “Así es Cuba” por Alberto Boix Comas. Aparentemente editado a principios de la década de 1950. |
“Cuba y la Plaza de la Catedral de La Habana” |
“Entre las bellezas que tiene La Habana y que pintan a lo vivo a la antigua Ciudad de San Cristóbal, existe una plaza que por radicar en ella su vetusta Catedral, se conoce con el nombre inconfundible de Plaza de la Catedral de La Habana. Esta circunstancia hace que en ella parezcan percibirse aún los perfumes de las flores al culto dedicadas y del incienso que en ella se quemaba, mientras se recoge también el eco de los triduos y plegarias presididos por las testas mitradas de episcopales personajes, investidos con las capas pluviales, los báculos y anillos del pastor santo junto con las cruces pectorales... mientras el tin tin de las campanillas recuerdan que el Santísimo queda expuesto en su lugar de honor, entre luces y armonías y del pueblo el fervor... |
“Pero... al mismo tiempo, por tener en ella asiento, los palacios de los nobles, de los ricos y de hidalgos, toda ella también rezuma ensueños y quimeras, romances y madrigales que hablando están siempre de damas encopetadas, de misteriosos galanes y de tímidas y tiernas doncellas que entre suspiros y lágrimas, en ansias de un amor intenso dulcemente se han entregado al apuesto y joven doncel que, ante ellas y en plena sombra ha desgranado un "¡Te quiero!"... |
“Todo esto en ella se encuentra formando como un suspiro en que, como dice Regino Pedroso: "El alma vieja de La Habana está cantando por cada uno de sus repliegues, cuanto es romance de un pasado místico, poético, aventurero y colonial". |
“De la mano del mencionado autor, adentrémonos en la ya citada famosa Plaza de la Catedral de La Habana, y recordándolo al pie de la letra casi, diremos que tiene una forma cuadrangular y cuando a ella se desemboca, lo primero que sale al paso es el templo que le da el nombre, con su fachada borrosa, sus vacías hornacinas, agujereando el cielo con sus dos altas torres, cual si fueren las pesadas lanzas del orden y de la fe. Según remotas crónicas, este lugar mitrado está asentado sobre las tierras cenagosas que antaño el mar barría y donde los hijos de San Ignacio de Loyola tuvieran, antes que nadie, un oratorio de guano y de tablas. |
“Al frente de este templo se alza la Casa que los Condes de Rayona tuvieron en ella, con su fachada a ras de la calle, con sus hermosos balcones y sus grandes ventanas de hierro y cuyos techos se protegían con la clásica teja española. Esquinando está esta casa con la calle que lleva el nombre del santo que ciñó un día la espada y con el callejón que conocido es por El Chorro. Más allá se adelanta el amplio portalón del palacio que albergara a los Marqueses de Aguas Claras, familia de patricios de ilustre abolengo, ya que entre sus antepasados se cuenta a don Juan Ponce de León que, ansioso estaba en descubrir la "Fuente de la Juventud Eterna" recorriendo así mares y tierras y pasando a la historia como el descubridor de La Florida. Completando el cuadrilátero, en el otro extremo se ve a los Palacios del Conde de Lombillo y del Marqués de Arcos, ambos de subido sabor colonial, que hacen recordar escenas románticas y amorosas, con sus balcones que cuelgan sobre la Plaza y con las sombras que proyectan sus discretos portales, mudos testigos de ¡Dios sabe de cuántas cosas!... |
“Hoy sigue siendo la Plaza de la Catedral de La Habana, igual que antaño, lugar de místico recogimiento, de románticas citas y de pasos perdidos, confirmando una vez más a Pedroso ya citado, cuando dice de ella que es "un alma hecha tradiciones de adormecido ayer, donde el aroma de los siglos flota vaporoso, perfumando los días con estrofas de emoción, poetizando la vida de un pueblo o de una raza, con halos de bondad, unción de amor o de gestas heroicas" si bien "en la noche la vemos cansada, envejecida, tal como es, cuchicheando al transeúnte que pasa bajo sus blancos encajes de luna con no sé que sugerencias al goce de un ensueño o que devota invitación a la piedad contemplativa. Y nos habla de tal modo el lenguaje de los años, nos sabe penetrar con tan embrujador hechizo, que poco a poco se siente el alma presa de maravilloso encantamiento"... |
“Así es la Plaza de la Catedral de La Habana... y, a medida que pasan los años parece al que la contempla con ojos de vida moderna, "como un oratorio de encajes de piedra donde un mago rey dejó de hacer milagros"... y también parece, cuando en ella se está, que "el rosario de los días, desde el ya lejano Siglo XVIII, hubiera dejado de correr"... |
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Más información y fotos de la Plaza de la Catedral de La Habana. |
• Fotos y datos de la Catedral de La Habana en los Templos Religiosos.
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• Otras vistas e información de la Catedral de la Virgen María de la Concepción en las Tarjetas Postales Cubanas.
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