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“Cuba y las reliquias de sus grandes patriotas” |
“Así es Cuba” |
Cosas de mi Tierra |
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Ensayo en el ejemplar que tenemos de “Así es Cuba” por Alberto Boix Comas. Aparentemente editado a principios de la década de 1950. |
“Cuba y las reliquias de sus grandes patriotas” |
“Cuba tiene, para aquellos que aman a su Historia y por ende a la Historia de América y, que al influjo de esta tendencia saben aquilatar el valor moral que encierran los exponentes palpables que acompañaron en vida a los que fueron consagrados grandes de la Patria, gran número de reliquias concentradas en el indómito Oriente y amorosamente guardadas en el "Museo Bacardí" de Santiago de Cuba. |
“Ante el limitado espacio de una Estampa Cubana haré desfilar algunas de estas reliquias, ya que no todas, y cada una estará íntimamente relacionada con nombres gloriosos, llevando implícitamente todas ellas, el aspecto de algo sagrado para los cubanos. |
“Allí está la sombra de José Martí, el Apóstol, en la mesa que uso en Port-au-Prince en 1892, junto con las porcelanas y las cartas, también el frac con que tantas veces se presento él ante los auditorios que lo aplaudieron frenéticamente, además de una corbata de seda negra, un mechón de su cabello y un pedazo del ataúd que encerró su cadáver en Dos Ríos, amén de otras pertenencias que el Maestro uso en vida. |
“El General Antonio Maceo ostenta, entre muchos objetos, su silla de montar, testigo de tantas cargas y de tantas glorias, mudo testigo de las hazañas que le valieron el calificativo de Titán de Bronce. Esta silla tiene la importancia histórica de que está perforada por dos lados, como un fiel testimonio de su bravura y de su arrojo y junto a ella descansan sus polainas, un fajín de seda y una faja en que luce un Escudo de Armas de la República que él soñaba conquistar y por la que dio su sangre y su vida en los campos de batalla y además, entre otros muchos objetos, el diploma que en nombre de la República en Armas se le entregó al ser nombrado Lugarteniente General del Ejército Libertador y sobre el cual proyecta su sombra, la rústica cruz que indico, por algún tiempo, el lugar donde él cayera para siempre en los campos de San Pedro. |
“El Generalísimo Máximo Gómez guarda en el Museo de Oriente, las estrellas de su uniforme y los espejuelos a través de los cuales vio, dirigió y contemplo tantas hazañas tintas en sangre y que hoy constituyen el timbre de orgullo más grande de los cubanos. |
“El Primer Presidente Constitucional de Cuba ya Republicana, el austero don Tomás Estrada Palma, muestra la cama de hierro, pintada de blanco en que se despidió para siempre del mundo y en ella se pueden ver aun las sábanas que envolvieron su cadáver y la bandera nacional que lo amortajo, además un testimonio muy elocuente e indiscutible de su honradez acrisolada y que en forma de corona siempre-viva patentizó el gobernador americano de la Intervención Mr. Magoon, quien en la cinta funeraria que adorna a la corona y en correcto ingles hizo grabar esta frase: "A la memoria de un hombre honrado". |
“Y siguiendo la relación de las reliquias de nuestros patriotas diremos que de Bartolomé Masó se guarda su "Diario de Operaciones" y la Bandera que le acompañó en la Invasión de Oriente a Occidente en 1895 y con la que además amortajaron su cadáver. De Jesús Rabí puede verse la mascarilla que sacaron al cadáver del general al expirar y también uno de sus sombreros de campaña. Una pipa confidente de sus cuitas nos habla del General Francisco Vicente Aguilera, a la que se unen, entre otros objetos, su taza de campaña, su brújula de bolsillo y su cartera de operaciones sumándose a todo ello también, la papeleta en que se certificó su defunción. Guillermo Moncada cariñosamente llamado "Guillermón" tiene allí su rémington y José Maceo un sombrero que aun hablando está de lluvias, de sol y de barro, así está de descolorido, salpicado de barro y hablando de penas y de sinsabores, El General Pedro A. Pérez tiene su silla de montar. Avelino Rosas sus estrellas de general y el venerable patriota don Salvador Cisneros Betancourt la carpeta que usaba en el Senado y don Carlos Manuel de Céspedes, el llamado "Padre de la Patria" nos presenta la sencilla imprenta que en los campos de Bayamo de la República en Armas, en 1868, imprimía el periódico El Cubano Libre que después se denominó El Libertador y cuya sencilla maquinaria fue encontrada en unas cuevas que por ser depositarias de la misma, recibieron el nombre de "Cuevas de la Imprenta", y para terminar citare el maletín inseparable de Gervasio Sabio Baltasar, simpático personaje de la Historia de Cuba, que se destacó por ser el experto práctico de los mambises, por lo que acompañó a muchas expediciones y fue, con su maletín, portador de mucha correspondencia de los libertadores, alguna de la cual fue, sin duda, punto esencial de muchas proezas, a el puede ir unido por lo original y experto en las artes de la guerra el exclusivo Quintín Banderas, que tan sólo debido a la traición pudo ser sorprendido. Como testimonio de su ejecutoria mambí presenta el reloj de bolsillo que usaba en campaña y que gracias a haberse interpuesto entre su cuerpo y una bala, impidió que fuera muerto de certero tiro que dejó sus huellas, que aun se ven claramente, ya que el cronómetro tal como quedó destrozado, allí se exhibe en aquel Museo que por ser depositario de tantos testigos de un ayer glorioso merece los honores de un sancta sanctórum.” |
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