Guije.com Cultura Cubana: La Provincia de Pinar del Río y su Evolución en Ciudades, Pueblos y Lugares de Cuba.

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El Municipio de Pinar del Río
Cultura Cubana
por Adolfo Dollero, 1921
Ciudades, Pueblos y Lugares de Cuba



Cuando en la Estación de Pinar del Río se ven esos coches antidiluvianos con parejas de escuálidos jamelgos, se experimenta un sentimiento depresivo para la ciudad, sentimiento que al poco rato se troca en la más viva satisfacción al recorrer, al galope, la hermosa Avenida de Martí.


Pinar del Río no es una ciudad cualquiera.


Sí la vieran los ediles y consejeros provinciales de otra ciudad, que no queremos mencionar, acaso encontrarían lógico que no hubiéramos podido admirar la labor de ellos, y que al contrarío admiremos hoy sincera, entusiastamente la del Gobernador, Alcalde, Concejales y Consejeros de la simpática capital vueltabajera.


Acostumbrados a oír con un cierto tono despectivo, el nombre de Pinar del Río, creíamos encontrar una gran aldea disfrazada de ciudad, pero con todos los caracteres campesinos que se notan en otras que el público se figura mucho mejores y mucho más adelantadas.


Nada de eso. Las calles de Pinar del Río están casi todas pavimentadas de asfalto; sus aceras de cemento son muy amplías y regulares: su alumbrado público es eléctrico; hay buenos edificios públicos, buenas casas particulares, varios espléndidos almacenes dignos de figurar en una ciudad de superior importancia, muchos portales y un regular número de automóviles.


Solamente los coches públicos parecen no haber adelantado desde hace 50 años.


Pero, sí su apariencia no está a la altura de lo demás, en realidad los caballitos esos sirven perfectamente, y parecen llenos de ardor al recorrer velozmente las calles, con un ruido que parece multiplicarse por la extraña sonoridad del piso.


En varías ocasiones hemos creído que llegara a galope tendido un escuadrón de Caballería, al acercarse una o dos de esas parejas equinas sin pretensiones.


La altura de la ciudad sobre el nivel del mar es de 20 a 27 m. en la parte baja y de 50 a 56 en la parte alta.


El Hotel tenía una apariencia señorial, y su gran salón morisco, su hermosa escalera de mármol, su salón colorado del primer piso (que en Cuba correspondería, al segundo, ya que se cuenta como primero, los bajos) nos causaron una impresión de lujo y de confort; más aparente que real.


Hay buenos cuartos, mesa mediocre a pesar de los precios elevados; y en varias horas del día el agua escasea, porque, por desgracia, escasea en toda la ciudad, especialmente durante algunas horas del día.


Con un tanque de mayor capacidad, el propietario del Hotel podría obviar fácilmente este inconveniente, gravísimo en países de clima tropical.


Nos recomendaron otro Hotel por su mejor mesa y la limpieza de las habitaciones, pero nos quedamos en el primero para evitar trastornos en la entrega de la correspondencia.


Lo más desagradable de nuestra estancia en el Hotel aludido, era despertarnos a veces por el ruido innecesario que causaban con gritos, voces y aplausos, individuos que llegaban en las primeras horas de la madrugada, sin la más leve atención para las demás personas que tenían el derecho al descanso, adquirido con monedas de buena ley y en virtud de las reglas de urbanidad que rigen en todos los países civilizados.


A título de imparcialidad debemos agregar que esos elementos eran casi siempre viajantes del comercio, no de nacionalidad cubana, los mismos, desgraciadamente, que convierten las paredes de los lugares reservados, en monumentos de su extraordinaria ignorancia, escribiendo obscenidades y estupideces.


Esos elementos no debieran ser admitidos en un Hotel que se considerase de primer orden.


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Gratos recuerdos llevamos de nuestras visitas a la Capital vueltabajera, donde hemos dejado amigos excelentes, cuyas finezas repetidas nos han causado impresión de agrado y sincera simpatía.


Aludimos ante todo a las Autoridades Provinciales y Municipales, y a varias distinguidas personalidades sociales, como el Dr. Oscar Gobel y del Junco; el Dr. Leandro González Alcorta; el Sr. Carlos M. Vélez; el Ing. Augusto Fornaguera; el Ing. Carlos M. de la Rionda; el Ldo. Andrés Rodríguez Acorta; el Dr. León Cuervo; el Dr. Andrés García Rivera; los médicos Dres. Jordán, Cornide, Ubieta,; el Dr. Joaquín Avendaño; el Prof. Pedro García Valdés, el Dr. Enrique González Arocha, etc., etc.


Todos ellos nos prodigaron atenciones, datos y consejos, demostrando interés por nuestros trabajos, y por la Provincia consecuentemente.


Entre las personas que tuvimos el gusto de conocer en Pinar del Río, hubo también el Sr. Cura, hombre extraordinariamente culto.


¡Ah, simpático Padre Gerardo!


El diálogo, breve por cierto, entre él y nosotros, vale la pena de ser conocido por los lectores.


Explicamos al Sr. Cura nuestra misión y nos contestó:


-"No me interesa! Me importa tres pitos la evolución de Pinar del Río! Yo no soy de aquí".


-"Ah, muy bien, objetamos, pero es que el Sr. Obispo nos dará una carta de presentación a Ud., porque deseamos...


-"Nadie me puede obligar a tomar una suscripción que no quiero tomar, ¿sabe osté?


"-Alabao! decimos, imitando la exclamación criolla, no se trata de suscripción, sino de datos acerca de San Rosendo, es decir, de la Parroquia de San Rosendo.


"Todos la conocen...! concluyó el simpático presbítero Sr. Ortega, de quien nos despedimos con verdadero sentimiento por lo agradable de su conversación.


Y en ese momento nos recordamos involuntariamente de otro señor cura de la misma Provincia, valiente párroco catalán que, según testimonio de los principales vecinos, durante las últimas elecciones; revólver al cinto, y escoltado de un no menos valiente hombre de color, igualmente armado, infundió pavor en los pacíficos habitantes de la localidad aludida.


El gesto no responde totalmente a las doctrinas de N. S., pero el valor siempre en valor, y se admira...


Los lectores no deben figurarse que seleccionen, allende el mar, a las personalidades, que remiten a Cuba, ya que (y lo decimos sin ironía) hemos encontrado en la provincia otros clérigos tan dignos y amantes de la cultura como el P. Ibáñez, Rector de los Escolapios, el P. Reboredo y el P. Torbado, curas-párrocos de Guane y de S. Luis respectivamente.


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Noda dice que Pinar del Río está solamente a 600 pasos del Río Guamá. (¿Llamóse acaso así en memoria del famoso cacique que en 1530 dio tanto que hacer a los conquistadores españoles?) Según él, el día 19 de Junio de 1641 Luis Riso pidió la merced de ese sitio para criar cerdos y ganado bovino. En 26 de Septiembre de 1653 Doña Ana Hevia era ya dueña de la Hacienda de Santa Catalina de las Cabezas, llamada más tarde Cabezas de Montiel.


Creador de las primeras parroquias vueltabajeras fue el Obispo Compostela, pero la de Pinar del Río era en principio, por el año de 1710, una simple Ermita que, según Pezuela, ya tenía atribuciones de Parroquia.


El Pbro. D. Tomás de la Luz, auxiliado por el Gobierno, cuando empezó el reparto de solares de 1773 a 1774 levantó una sencilla iglesia bajo la advocación de San Rosendo que tuvo después sus vicisitudes y sus transformaciones.


Esto rezan los historiadores, pero en el tomo del año 1841 de las Memorias de la Sociedad Económica Amigos del País leímos que en la Parroquia de San Rosendo existía en aquel entonces una inscripción con las siguientes palabras: "Este templo que es de mampostería y teja, consta de 30 varas de largo y 8 de ancho, y lo mandó construir de su peculio el Pbro. D. Tomás de la Luz el año 1764."


Hay, pues, discrepancia entre lo asentado por los primeros y lo que afirma la Sociedad Económica. La última agregaba también que en 13 de Marzo de 1773 se recogieron los antiguos libros parroquiales por no estar de acuerdo con la Constitución Sinodal, siendo sustituidos por otros.


La iglesia se cambió de lugar dos veces: fue Vicaria Foranca en 1852: en 1878 la destruyó un temblor y en 1880 se empezó la construcción de otra terminándose en 1897.


Bajo el Pontificado de S. S. León XIII fue creada la Diócesis de Pinar del Río y en Agosto de 1903 tomó posesión de ella Monseñor Braulio Orué, primer Obispo.


De pinos ni vestigios había en la época en que el vivía, sigue diciendo T. S. de Noda, pero sí calles irregulares y feas.


La primera casa de azotea y pararrayos se levantó bajo el Gobierno del Ten. Gobernador Aguilar. Se llamó El Palacio.


En esa época se abrieron las primeras escuelas. Más tarde Callava fundó el Correo y estableció el servicio de policía.


Bajo Salazar, Pinar del Río siguió mejorando.


Allá por el año 1839 en la casa de Vera en donde había fonda y billar, se daba cita la aristocracia masculina pinareña a la salida de la misa dominical, y por la tarde se reunía a la orilla del Río con las señoras, o asistía a la pelea de gallos.


Por Septiembre de 1840 el Coronel Miranda Madariaga, nuevo Teniente Gobernador, construía puentes flotantes, se ocupaba de la topografía del Partido, de transar pleitos, de levantar ermitas, de mejoras urbanas, etc., tanto que, escribía un articulista de su época, en lugar del caos Pinar del Río empezaba a tener mudanza general!


Acerca del Cementerio, del reloj público, del alumbrado, del primer periódico y de muchas otras mejoras urbanas, hemos proporcionado noticias en el Capítulo II.


Según datos obtenidos por el culto Secretario de la Administración Municipal Sr. Nicolás Martínez, Melchor de Rojas fue el fundador de Pinar del Río en 1571. Sin embargo nosotros creemos que no hubo tal fundación ya que no se trató entonces ni de reparto de solares, ni de actas oficiales en que constara la creación de un nuevo poblado, sino de una merced de terreno, (hato o corral que haya sido), donde empezaron a levantarse algunos bohíos que más tarde aumentados y mejorados dieron origen al caserío que fue el inicio de la futura capital de Vuelta Abajo (Por otra parte Noda afirma, según publicamos hace poco, que Riso pidió en 1641 la merced de ese sitio).


Por R. D. de 27 de Julio de 1859 se concedió el título de Villa a P. del Río y de Ciudad el 10 de Septiembre de 1867.


El Sr. Domingo Figarola Caneda, el erudito fundador de la Biblioteca Nacional, nos contó una anécdota que tiene su importancia histórica, al hablarnos del pasado de Pinar del Río.


El Cor. D. Domingo Verdugo, esposo de la poetisa Da. Gertrudis Gómez de Avellaneda que a principio de 1863 estaba aun en Cárdenas desempeñando el alto cargo de Teniente Gobernador, fue después trasladado a Pinar del Río con igual cargo.


Acostumbraba la poetisa tomar chocolate. Un día la sirvieron una taza de este alimento en el que ella creyó notar un sabor desagradable que no acertó a definir.


"No me gusta -exclamó la poetisa rechazando la taza.


-"Me lo tomare" -agregó su esposo, y acompañando la palabra con el acto, ingirió el líquido, cayendo presa, al poco rato, de violentos dolores que tuvieron un resultado mortal rapidísimo para el pobre coronel Verdugo.


El chocolate estaba envenenado.


La poetisa, impresionada violentamente, fue a su vez presa de un síncope. Acudieron criados y la señora esposa del Ledo. Manuel Caiñas, Da. Angela Figarola (tía de nuestro distinguido amigo), cuya casa, inmediata a la del Teniente Gobernador, y junto a la antigua iglesia de Pinar del Río, era la más a propósito para impartir una eficaz asistencia a la ilustre dama, en tan apurado trance.


Pero la Avellaneda, muy corpulenta, ofrecía dificultades para ser transportada en esas condiciones y según contó el Lcdo. Caiñas, fue necesario invocar la cooperación de 4 soldados para improvisar una camilla con gruesas estacas.


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Terminada la dominación española en 1898 fundóse en Pinar del Río la sociedad de recreo "Unión" integrada por cubanos y por españoles en su Directiva. Pero la necesidad de que los primeros celebrasen sus fiestas patrióticas, hizo surgir la sociedad Patria, netamente cubana, cuyo primer Presidente fue el caballeroso Dr. Gustavo Arocha y Llaneras y primer secretario nuestro culto y buen amigo el Dr. Oscar Gobel y del Junco.


La fiesta inaugural de Patria se efectuó el 12 de Octubre de 1900 mediante el concurso de un Consejo de Señoritas y otro de Señores.


Los señores Gobel y Trocha eran de los más entusiastas iniciadores: ellos fundaron una Biblioteca Social, cuyos libros poco a poco anduvieron dispersos. Hoy se está reorganizando.


Al cabo de poco tiempo murió la sociedad Unión, surgiendo más tarde la Colonia Española, que hoy reúne en su seno todos los mejores elementos peninsulares. Tiene un magnífico edificio, una Quinta de Salud o Sanatorio en el que se iniciarán pronto grandes reformas y una Biblioteca, sus fiestas no son menos concurridas y espléndidas que las de la sociedad Patria y en ambas sociedades se reúnen amigablemente los elementos antaño divididos.


En la actualidad el Presidente de Patria es el Dr. Tomás Calero, y de la Colonia Española el Sr. Juan Pérez Suárez.


Los individuos de la raza de color se reúnen en dos otras sociedades: "Atenas Occidental" y "Maceo". Presidentes: Sres. Miguel Castillo y Cándido Díaz respectivamente.


Sabemos que la primera está organizando su Biblioteca y demuestra empeño en tener un sello especial de cultura, que probablemente será incitado: es positivo que el elemento de color tiene anhelos de mejorar continuamente sus condiciones intelectuales y sociales.


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Visitamos la Casa de Socorro del Hon. Ayuntamiento, y el Hospitalito de Emergencias anexo. La fundación de tan importante obra benéfica se debe a la iniciativa del Dr. Juan Cabada, el gran Alcalde de Pinar del Río. Se construyó el edificio en 1918.


El Hospitalito cuenta con 4 camas solamente, pero dado su objeto no se necesita más, porque el paciente después de la primera curación es trasladado al Hospital Civil.


En la sala de operaciones de ese Hospital de Emergencias se han efectuado operaciones de alta cirugía; hasta de vientre.


El Dr. Alberto Valdés Brito, Director de la Casa de Socorro y del Hospitalito tiene a sus órdenes 4 médicos municipales; dos para la ciudad y dos para los Barrios rurales.


El Director nos enseñó el magnífico autoclave, cuyo costo excedió la cantidad de 1,000 pesos, las tres mesas de operaciones, una de ellas de último modelo, y los Departamentos de desinfección, de primeras curas, de operaciones de alta cirugía, y de consulta diaria.


Felicitamos al Dr. Cabada y al Director Dr. Valdés Brito.


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El Término de Pinar del Río se compone de 23 Barrios: 4 urbanos y 19 rurales; lº y 2° Norte y lº y 2° Sur son los 4 primeros; los restantes son: el primero y segundo de Las Taironas; primero y segundo de Ovas; los de Marcos Vázquez, Punta de Palmas, Paso Viejo, San José, Cangre, Guayabo, Río Sequito, Río Feo, Isabel María, Sumidero, Gramales, Matahambre, Cabezas, Quemados de Pineda y Nombre de Dios: este último con el embarcadero de Río del Medio.


Varios lugares son históricos por excelencia, debido a las acciones que en ellos tuvieron lugar durante la última guerra pro Cuba Libre; La Ceniza, donde se reunieron los primeros levantados en armas antes de la invasión; Las Taironas; Ceja del Negro y El Guao; Isabel María, etc.


La población total del Término, según el Censo Electoral, es de 47,858 individuos; los Barrios primero y segundo del Norte y primero y segundo del Sur dan 13,728 para la Cabecera, la ciudad de Pinar del Río (En las oficinas municipales nos aseguran que la población del Término es mayor de la que arroja el Censo: 53,228 habitantes, de los cuales 15,123 corresponden a Pinar del Río).


Siguen por número de habitantes los Barrios de Quemados de Pineda, Río Sequito, Cangre y San José, con 3553, 3314, 3157 y 3090 respectivamente.


El Término Municipal de Pinar del Río mide 1197 kms. cuadrados; y consta de 866 vegas de tabaco; 184 fincas dedicadas a cultivos menores; 29 potreros y 17 de pasto labrados.


Total 1096 con una extensión de cabs. 8685.


Los poblados de Ovas, Cabezas, Sumidero, Matahambre (con sus famosas minas), Santa Lucía, que es embarcadero de la Costa Norte, así como el del R. del Medio enclavado en el Barrio de Nombre de Dios pertenecen al Término.


En el mar del Norte hay algunos cayos.


Bañan el término varios ríos que dan o reciben el nombre de algunos de los Barrios principales: Río Guamá, Río Cuyaguatege que nace en el Hoyo de Guamá, Río de Palmas, de Santa Lucía, de Nombre de Dios, del Sumidero, de Biajacas, Río Feo, Río Sequito, Río del Medio, Río Managuaco, Río Cangre, Río Ovas, Río Ajiconal, etc., etc.


Las carreteras del Término son muchas y bastante buenas: (Véase Cap. XI) aproximadamente unos 100 kms. en conjunto.


Los recursos del Término son: el tabaco en primer lugar; el ganado, los frutos menores, la minería, el comercio y las industrias.


No hay ingenios de caña de azúcar.


De tabaco hay siembras muy importantes, y de acuerdo con los datos recogidos por el Sr. Isidro Pruneda, digno Secretario de la Cámara de Comercio de Pinar del Río, hay algunas tan cuantiosas como las de:

Lázaro Pérez, en el Barrio de El Cangre Plantas 100,000
José M. Fidalgo, en el B. de San José (Cuajaní) Plantas 500,000
Sila Cureix, en El Cerro Plantas 150,000
Cirilo Herrera, en el B. de Río Feo Plantas 2,000,000
José Peón, en Pinar del Río Plantas 3,000,000
José León, en Pinar del Río Plantas 2,000,000
Juan Caveda, en Pinar del Río Plantas 1,500,000
Bernardo Ortiz, en Pinar del Río Plantas 1,000,000
En Hoyo del Guamá se sembraron de 1920 a 1921 Plantas 1,610,000
En San Luis (Barbacoa) Plantas 3,000,000
En Isabel María Plantas 200,000
En Paso Viejo (Ajiconal) Plantas 7,600,000
Etc., etc.

El ganado inscripto en el Registro Pecuario del Término de Diciembre de 1920 era:

Ganado vacuno 50,597 cabezas
Ganado caballar 8,854cabezas
Ganado mular y asnal 1,118 cabezas

Los frutos menores se cultivan también en regular escala, y hay para el regadío, aun cuando no se haya adoptado en todas las fincas, varias lagunas, además de los ríos arriba especificados.


De las lagunas recordamos la de San Mateo, próxima a Pinar del Río, la del Junco, y otras más pequeñas. En la del Junco, algunos americanos habían establecido un criadero de ranas comestibles, pero el negocio fracasó por los majaes que se demostraron encarnizados enemigos de los pobres batracios.


La Cordillera de Guaniguanico atraviesa el Término: el Cerro de Cabras y el Pan de Azúcar son las dos alturas principales.


El Presupuesto Municipal de 1920 a 1921 fue de $145.211.57.


Omitimos, al enumerar las obras benéficas de Pinar del Río, la Cocina Económica que lleva el nombre de la señora Ofelia Rodríguez esposa del Coronel Alberto Herrera, iniciadora de la plausible idea, con la cooperación de damas de la mejor sociedad pinareña.


Además los 2 hospitales descritos en el Capítulo X.


La Logia Solano Ramos posee un magnífico edificio propio, y cuenta con más que 200 miembros: es Venerable de ella el Lcdo. A. Rodríguez Acosta.


Hubo otra antaño: la denominada "Paz y Concordia" fundada por el Dr. Francisco Solano Ramos. La anterior y la actual tienen una bella historia de altruismo.


La prensa pinareña está integrada por los periódicos La Fraternidad, Occidente, Pst, El Pueblo (que, nos dicen, sale a ratos como el sol en los temporales de verano) y El Estudiante, órgano de la juventud escolar.


Datos sobre comercio, industrias, obras públicas, movimiento intelectual, etc., se encontrarán en los Capítulos respectivos.







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Última Revisión: 10 de Octubre del 2007
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