El Municipio de Jiguaní es uno de los veintidós municipios en la provincia de Oriente. Ubicado al centro de la provincia, hacia el occidente y sur. Por el este linda con el municipio de Palma Soriano; por el sur con el de Cobre; Bayamo al oeste; y al norte Holguín. Su jurisdicción comprende una superficie de 1,670 kilómetros cuadrados.

Población: La población de este municipio en 1953 era de 75,493 personas.

Jurisdicción: En 1940 el término municipal de Jiguaní era parte del partido judicial y distrito fiscal de Bayamo. Antiguamente tuvo categoría de jurisdicción.

Barrios: El Municipio de Jiguaní, como los otros municipios en Cuba, era formado por zonas electorales llamadas barrios. Algunos barrios comprendían áreas urbanas, otros eran rurales e incluían los pueblos y caseríos en su jurisdicción. Los barrios de Jiguaní en 1943 eran: Babiney, Baire, Bijagual, La Villa, Los Negros, Maffo, Rihito y Santa Rita.

Nota: Estos barrios no son los repartos o urbanizaciones en las ciudades y pueblos.

Babiney: Tenía una población de 4,187 personas en 1943.

Baire: En 1943 su población contaba con 5,385 personas.

Bijagual: El censo de 1943 le asignó 7,286 habitantes.

La Villa: Cabecera del municipio, Jiguaní.

Los Negros: Este barrio contaba con una población de 7,817 personas en 1943. Se encuentra a dieciséis kilómetros de la cabecera municipal.

Maffo: Contaba con 7,441 habitantes en 1943. Dista de la cabecera municipal treinta y dos kilómetros. Comprende el pueblo de Maffo y el de Contramaestre.

Rihito: Su población en 1943 era de 4,139 personas.

Santa Rita: Tenía una población de 6,070 personas en 1943. Está ubicado a seis kilómetros de la cabecera del municipio. Fue partido de tercera clase. Su cabecera es el pueblo de Santa Rita.

Ciudades, Pueblos y Lugares en este municipio: Contramaestre, Jiguaní, Maffo, Santa Rita.

Contramaestre: Pueblo en el barrio de Maffo.

Jiguaní: Cabecera del municipio. Situada a orillas del río de su nombre, en la falda de una loma y en terrenos donados por los indígenas Miguel y Domingo Rodríguez a instancias y por sugestión del presbítero Nicolás Jerez. Fue en 1701 que en esos terrenos de los antiguos hatos llamados Jiguaní Arriba y Jiguaní Abajo acudieron además de los propietarios, yo viejos y sin sucesión, algunos paisanos suyos que residían en Bayamo y muchos indios de los que vagaban por los campos de aquellos contornos. Jiguaní fue pues, dentro de aquella colonia española, una comunidad perfecta e integral de indios. Como centro de esa comunidad el presbítero edificó una iglesia, que puso baja la advocación de San Pablo, el apóstol de la gente justamente llamada el Apóstol de los Gentiles. Feliz idea, feliz coincidencia y dichosa comunidad aquella que no tuvo marqueses “protectores” que lo explotaron, viviendo en santa y natural armonía con la amenidad de un paisaje suave, como la misma raza autóctona, fresco y saludable. Jamás se han dado tantas coincidencias en la creación de un pueblo. Aquellos buenos indios congregados en Jiguaní fueron obsequiados con tierras de labrar. El pueblo creció y tanto fue su fomento, que ya en 1740 se constituyó su ayuntamiento y en 1751 era tenencia de gobierno. En 1837 Jiguaní obtenía el título de Fiel Villa de Jiguaní.

Jiguaní jamás ha desmentido su cubanidad ni en momento alguno se han entibiado sus fervores patrios. Fue de los primeros, sino el primero, en libertarse. En 1868 en esta villa se organizaron las fuerzas cubanas para marchar al encuentro de las columnas españolas y derrotarlas en el célebre combate de las Ventas de Casanova. En la guerra de 1895, que culminó con la Independencia total, Jiguaní fue el primer pueblo libre de la oligarquía hispana. Durante esos años de lucha sangrienta, Jiguaní prestó todos los servicios posibles a la causa cubana y en esa tierra natural de los naturales las autoridades españolas no hallaron jiguaneses que los secundaran en la formación de guerrillas ni en el servicio de prácticos. En el poblado del Baire, de este término municipal, el día 24 de febrero de 1895 se dio el grito de Independencia. El Grito de Baire constituye el primer aleluya de la Cuba rediviva. Y como fue el primero en el ansia y en el anhelo, lo fue también en la lucha; en el caserío de Los Negros, también de este término, se libró el primer combate con las fuerzas españolas en 1895.

Maffo: Pueblo en el barrio de Maffo.

Santa Rita: Pueblo en el barrio por su nombre.

El territorio en general es llano en la parte norte y montañoso en el sur, donde alcanza algunas estribaciones de la Sierra Maestra. Sus ríos más importantes son: el Cauto, Cautillo, Contramaestre, Jiguaní y Baire, entre otros muchos arroyos y corrientes de poco caudal. Dentro de su término se encuentra la laguna del Caimito.

Ríos, riachuelos, arroyos y cursos de agua en general:

Cautillo: Río, afluente del Cauto y el más importante de todos sus tributarios. Nace al pie de la Sierra Maestra, corre siempre al norte, junta al límite de los términos municipales de Bayamo y Jiguaní, recibe las aguas del río de este nombre y desemboca en el Cauto.

Cauto: Río de la vertiente sur. El más largo y caudaloso de toda Cuba, con más de 250 kilómetros de curso. Nace en la falda septentrional de las Sierras del Cobre, cerca y al oeste del pueblo del Cobre. Al seguir hacia el municipio de Palma Soriano describe una gran curva, sigue por la línea divisoria de los términos municipales de Holguín, por el sur, y Jiguaní y Bayamo por el norte. Su dirección general es: norte, noroeste y en su gran curso oeste, continuando hacia su desagüe en el Golfo de Guacanayabo.

Contramaestre: El mayor de los afluentes del Cauto. Nace en la Sierra Maestra, siguiendo en su curso por los límites de los términos municipales de Jiguaní y Palma Soriano. Recibe las aguas del Baire, Cabrera y algunos arroyos.
Nota: En el municipio de Camagüey hay otro río también llamado Contramaestre.

Jiguaní: Río afluente del Cautillo. Pasa por la cabecera del municipio y cuyas aguas de sí excelentes se recetan como medicinales, así como las de un arroyo también de este nombre, dentro de este término, que desagua con anterioridad en el Cautillo y nace en la Sabana de la Concepción, las que se dice “que con ella se ha cuajado sal” por lo amargo de su sabor.

Lagunas, ciénagas y depósitos de agua en general:

Caimito: Laguna en este municipio.

Agricultura: En 1957 contaba con 3,149 fincas, siendo aprovechado un 11% de sus tierras (18,900 hectáreas) en la agricultura. Producía caña de azúcar, café, cacao y frutos menores.

Ganadería: En 1952 este municipio tenía 54,300 reces.

Industrias: Entre las industrias agropecuarias alcanzaban un buen desarrollo la fabricación de queso y mantequillas.

Minas: Tenía en explotación canteras de granito.

Un cordial saludo al Municipio de Jiguaní y todos sus hijos donde quiera que se encuentren en el mundo.