Holguín es la ciudad cabecera del término municipal por su propio nombre en la provincia de Oriente, Cuba.

Fue fundada en el año 1523 en las tierras donadas por Diego de Velázquez al capitán Francisco García Holguín y en ellas se estableció un caserío con los indios que vagaban por los alrededores, al cual hay que agregar el de la comarca india de Maniabón. Pero el capitán se reservó para su residencia el que fue designado con su apellido materno, poniéndolo bajo la advocación de San Isidoro.

En el hato limítrofe de Managuaco se formó en realidad el primer núcleo de población y su propietario, Juan González de Rivera, en 1689 solicitó y obtuvo permiso para edificar un templo que se terminó en 1692 bajo la advocación de María Santísima del Rosario, nombre de su esposa.

Al mismo tiempo estaba formándose otro núcleo de población en el hato de las Guásimas, distante unos veinte kilómetros del anterior y propiedad de una nieta del capitán García Holguín. Como creciera más este poblado que el anterior, los vecinos consiguieron en 1700 que se trasladase a este lugar el templo. Pero le cupo la misma suerte de sus anteriores. Sea por razones del terreno, sea por otras causas, los vecinos decidieron trasladarse al hato de Holguín, distante unos doce kilómetros del anterior y propiedad de otra nieta del capitán García Holguín.

Fue en ese sitio que tuvo asiento definitivo la ciudad y la iglesia, que se terminó el 3 de abril de 1720, bajo la advocación de Nuestra Señora del Rosario y de san Isidoro, templo este que se reedificó de ladrillo y teja en 1730 y concluida con sus características definitivas en 1800. A este lugar vinieron a reunirse las familias que residían en Managuaco y en Guásimas. En 1726 contaba ya con 60 casas y fue declarada cabeza de la jurisdicción, segregada, por consiguiente, de la de Bayamo, a que perteneció en sus comienzos.

El espíritu activo y entusiasta de la ciudadanía hizo que elevaran en 1731 solicitud para la creación de su ayuntamiento, merced que no les fue otorgada hasta veinte años después por Real Cédula de 19 de febrero de 1757, al mismo tiempo que era declarada ciudad. El escudo de armas le fue autorizado en 1831, 80 años después de haberse constituido el ayuntamiento y solicitado por el cabildo municipal. Todas esas efemérides del desenvolvimiento civil de Holguín corrían a la par de su desarrollo económico y urbano en todos los ramos.

Se edificaron otras iglesias, la cárcel, el cuartel, el hospital de San Juan de Dios, el hospital militar, matadero, plazas, un paseo público, una gallería, un teatro y una sociedad de recreo llamada Sociedad Filarmónica, título este en armonía con el ambiente moral hispano de la época del “morrión” y de las primeras ingenuidades liberales de los tiempos confusos y paradójicos de Fernando VII.

El ritmo de crecimiento de la población humana ha sido: año de 1827, 8,624 habitantes, incluidos los de varios caseríos rurales de la comarca; 4,199 en 1841; 3,065 en 1846; 3,754 en 1852; 3,476 en 1857; 4,954 en 1862 y 855 viviendas, de las cuales 281 de mampostería, 424 de tablas y 150 de embarrado y teja. El arzobispo metropolitano de Santiago de Cuba, Antonio María Claret, hoy elevado a la categoría de santo por la Iglesia de Roma, estuvo en visita pastoral en Holguín en el año 1855, siendo agredido a cuchillazos por un demente que le ocasionaron heridas en el rostro.

En las días de la guerra del 1869 en Holguín el sitio a la casa situada en la plaza de Armas, conocida por lo Periquera, que efectuaron las fuerzas revolucionarias del general Calixto García, hijo de esta ciudad.

Llegó a ser Holguín una de las más destacadas ciudades de Cuba por su actividad comercial e industrial, que acreció las comunicaciones de todo orden que convergían y divergían de la ciudad. Poseía magníficos edificios, parques, teatros, hoteles...