Artículo en “Folklorismo” por Eduardo Sánchez de Fuentes editado en 1928 por Imprenta “Molina y Compañía”, Ricla, Num 55-57 en La Habana.

“Señoras y señores:

“Animado tan solo por la admiración y el cariño que profeso desde hace mucho tiempo a la ilustre educadora y laboriosa artista Rafaela Serrano, que con las claras luces de su ingenio ha encaminado entre nosotros por la senda de los serios conocimientos de la música a más de una generación, llego hasta aquí, deslumbrado por la brillantez de este magnifico auditorio y por la gracia y el entusiasmo de nuestras incomparables mujeres, no para haceros la biografía de la festejada, ni para abrumaros con un trabajo detallado -in extenso- en el que pudiera trazar, paso a paso, la fecunda labor de esta meritísima hija de Andalucía; sino para esbozaros su interesante personalidad como artista y como mujer de positivos méritos y de altas virtudes que desde hace cuarenta y dos años convive con nosotros y que ha contribuido con su noble espíritu y con las dotes de su inteligencia a todos nuestros progresos en el orden musical.

“Dotada de una gran cultura artística y de profundos conocimientos pedagógicos, demostrados en su Teoría Razonada de la Música (de texto en el Conservatorio Nacional desde hace más de quince años, y en cuya segunda edición, reformada en 1924, han colaborado los maestros Molina Torres y Menocal), dedicose nuestra admirada amiga, desde el año 1890, a la enseñanza del difícil arte de los sonidos, en la que siempre alcanzó los honores del triunfo, debido a sus excepcionales condiciones de inteligencia y carácter.

“Desde muy joven abrazó Rafaela el arte de Beethoven, obteniendo en 1879, en el Conservatorio Nacional de Madrid, el primer premio de piano, como discípula del maestro Dámaso Zabalza.

“En junio de 1880 alcanzó en buena lid, en ese mismo plantel, el primer premio de armonía, habiendo tenido por maestro al profesor Galiana, y según nos refiere el escritor Francisco Cuenca, en su interesante libro Galería de Músicos Andaluces, fue ella la única alumna elegida como pianista para formar la clase de conjunto creada en 1869, bajo la dirección del maestro Zubiaurre, en la referida Escuela Nacional, desempeñando con carácter interino la cátedra que ocupaba el notable profesor Zabalza, cuando no había cumplido los 18 años de edad.

“En Cuba, y poco después de su llegada, afanosa siempre por el perfeccionamiento de sus conocimientos, fue discípula del notable músico cubano Nicolás Ruiz Espadero, con quien terminó sus estudios superiores, tomando parte desde aquellas fechas en los principales conciertos celebrados en esta capital.

“Profunda conocedora de los secretos que encierra la enseñanza musical, su labor pedagógica es realmente ejemplar, pudiendo hoy mostrar con orgullo un nutrido grupo de notables discípulos que en todo tiempo le han ofrendado admiración y cariño.

“Rafaela Serrano, que dirige con verdadero celo y competencia la Sucursal del Conservatorio Nacional en el Vedado, es también autora de dos series de Cantos Escolares, aceptados por la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes para uso de las escuelas públicas de Kindergarten, de cuya obra ya se han hecho tres ediciones, y de varias interesantes composiciones para piano, demostrativas todas de la solidez de sus conocimiento y de su buen gusto artístico.

“Pudiera relataros innumerables anécdotas relacionadas con la envidiable actuación de esta ilustre profesora, justificativas de la bondad de su noble corazón y de la pureza de sus sentimien­tos, que bien sabemos todos las altas virtudes que la caracteri­zan; pero temo herir su inveterada modestia y sólo diré que ella no ha desperdiciado nunca la ocasión de consolar al triste y de ayudar al desvalido.

“Su nombre, como antes os decía, está unido a nuestro pro, ceso musical desde hace más de un tercio de siglo, siendo fun­dadora, socia de honor de la Sociedad de Conciertos que orga­nizara en esta capital el notable maestro Modesto Julián en el año de 1886. De igual modo, y como benefactora, figuró siem­pre en todas las sociedades formadas entre nosotros durante todo ese largo período de tiempo, con el objeto de mejorar la situación de nuestros músicos.

“También la señora Serrano ha sido una de las fundadoras de Solidaridad Musical, la conocida institución de nuestro profesorado activo, y pertenece, por las excepcionales condiciones que en ella concurren, a la Liga Musical Cubana.

“Justo es consignar aquí, en abono de cuanto venimos ma­nifestando acerca del entusiasmo con que ha laborado en to­do tiempo la triunfadora de esta hermosa fiesta, que como so­cia de la Orquesta Sinfónica de la Habana, también ha contri­buido a su desarrollo y esplendor, dando pruebas de su gene­rosidad y adhesión a la misma en distintas ocasiones.

“Bien ganado se tiene, por tanto, nuestra admirada amiga, este homenaje de cariño y de honda estimación que hoy le tri­butan sus innumerables discípulas y sus admiradores, entre los cuales me cuento. Reconocer el valimiento de aquellos que nos han ayudado en nuestras empresas artísticas durante largos años es algo que nos ha proporcionado siempre un verdadero placer; pero cuando la personalidad que se exalta es la de una dama de tan sólidos prestigias como la directora del Conser­vatorio del Vedado, tan estimada por todos los cubanos, en­tonces el placer se trueca en verdadera satisfacción y en sana alegría, alcanzándonos, como algo propio, el regocijo que la hará palpitar hoy jubilosamente, ya que, como dice Kempis, "si hay gozo en el mundo, el hombre de puro corazón lo posee.­

“Premios sobradamente merecidos, galardones noblemente conquistados, son esa reliquia que de hoy en lo adelante aca­riciará el busto de la noble artista, como testimonio de una sociedad entera que ha sabido reconocer sus envidiables méri­tos, y los merecidísimos aplausos de este auditorio, donde abren sus cálices, como en un inmenso rosal, nuestras incomparables bellezas femeninas.

“Los que abrazamos "la religión de la música", como dice Camille Mauclair, cuyo poder comunicativo es cien veces más rápido que el de la palabra, sentimos un verdadero placer es­piritual presenciando una fiesta de arte como ésta, y al saborear el magnífico programa que nos ofrecen sus organizadores, nos invade el deseo de consignar aquí las felicitaciones más cálidas para ellos, por el brillante éxito alcanzado.

“Y para nuestra Rafaela, la valiosísima educadora y amiga de siempre, todos nuestros parabienes y nuestros mejores augu­rios por su bienestar y su felicidad, y que sirva de ejemplo su austera y fructífera labor de tantos años, dentro del espinoso apostolado de la enseñanza, a aquellos que navegan en la ac­tualidad por iguales aguas, ya que su éxito estriba, como he dicho, no sólo en su clara inteligencia, sí que también en su firme voluntad y en los profundos conocimientos del arte que sabiamente enseña.

“6 de mayo de 1928.”