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Berlioz dijo... |
en Folklorismo |
en Cosas de mi Tierra |
Artículo en “Folklorismo” por Eduardo Sánchez de Fuentes editado en 1928 por Imprenta “Molina y Compañía”, Ricla, Num 55-57 en La Habana. |
“De todas las artes, la música es la más emotiva. Habla directamente al sentimiento y produce la emoción ipso facto. Esta, según Barrenechea, no es más que la alegría que experimentamos con algo que es superior al arte mismo. Desahogo espontáneo que los movimientos de nuestra sensibilidad encuentran en una obra que los alienta, los satisface o los favorece. Es como una relación de afecto, de amor; una especie de certificado de aproximada identidad entre dos sensibilidades. Nos buscamos también en el arte a nosotros mismos; por eso comprendemos sólo las obras que amamos. |
“La música ejerce igualmente un dominio espiritual sobre nosotros, y a veces nos acerca a ella tan súbita e incondicionalmente, que ignoramos las causas de nuestra entrega. Influyen en esto las leyes del sentimiento, y lo que llamamos "estados de alma." |
“Acaso sea por tales razones que sobre la música se atreven a hablar todos, y de ahí la cantidad y calidad de los seudocríticos que padecemos. |
“Conocer un poco de literatura musical, dar de puñetazos al piano, tener algún pariente músico o algún amigo artista, son razones sobradas para erigirse en crítico. |
“El gran Berlioz dijo: "La música, que es un arte divino, está hecha para que todos puedan hablar de ella." Frecuentemente observamos que son los profesionales los que menos se atreven a dar opiniones concretas sobre tan difícil arte. No importa que todo el mundo hable de él; ellos temen incurrir en errores nacidos de un juicio por impresión, y cuidan sus deducciones tanto como su actuación artística. Y a pesar de todo esto, conocidos son los conceptos equivocados de Handel sobre Cluck y de Fetis sobre Beethoven; las opiniones de Mortimer sobre Bach; las apreciaciones de Schumann sobre Wagner; los incomprensibles errores de Wagner al estudiar la historia de la ópera; los de Vincent d'Yndy sobre los grandes músicos del Renacimiento, etc., debido todo ello al excesivo criterio personal que ha inclinado la balanza del crítico, haciéndole cometer errores de apreciación y de buen gusto. Y si esto ocurre con las opiniones y juicios emitidos por los grandes de la música, imaginémonos los dislates y los atrevimientos de los que confunden el derecho que tiene todo ser humano de oír con la facultad de apreciar y juzgar, de tan difícil y peligroso ejercicio. |
“Nietzsche, el gran filósofo, dice que "lo que distingue al artista del profano es que éste alcanza el límite de su irritabilidad oyendo, recibiendo, y aquél produciendo, dando; de manera que no sólo debe parecer natural, sino que debe estimarse lógico, el antagonismo entre estas dos predisposiciones. Existen y se desarrollan en planos distintos. Cada uno de los estados posee una óptica contraria a la otra. Exigir del artista que se desenvuelva con la misma óptica del espectador, del crítico, es pedirle que empobrezca y que limite su poder creador. Se trata así como de una diferencia entre los dos sexos; no hay que pedir al artista que da que se convierta en mujer... Nuestra estética ha sido, hasta el presente, femenina, en el sentido de que han sido siempre los hombres receptivos los que han formulado sus experiencias respecto de lo que es bello. Es un error necesario, porque el artista que comenzara a comprender se equivocaría. No tiene que mirar hacia atrás; sólo tiene que dar. El honor del artista es su incapacidad de criticar." (*) |
“Sobre la música se emiten opiniones a priori con una tranquilidad que pasma, y leemos a las veces escritos que acusan, aparte del desconocimiento del arte sobre el cual se pretende escribir, una audacia sin límites. |
“Claro es que el buen público, que no entiende de esto ni una jota, a la postre resulta encantado con la lectura de esos maravillosos trabajos y de esas opiniones estupendas, confeccionados sólo con el fin de hacerse un nombre. |
“Pero lo singular, como lo venimos repitiendo, es que el campo elegido para esas sabrosas especulaciones sea el de la música, y no hay que dudar que tal fenómeno se observa debido a lo que quiso decir Berlioz: "La música es un arte pueril y divino hecho para que todo el mundo hable de él, con excepción de los profesionales."” |
“(*) F. Nietzsche. La Voluntad del Poder. Tomo II, pág. 42.” |
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