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Los revolucionarios entran en La Habana |
en Historia Local de La Habana |
en La Habana |
en Ciudades, Pueblos y Lugares de Cuba |
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Máximo Gómez |
Lección 39 |
“De las tres más grandes figuras de la Revolución del 95, Máximo Gómez, Antonio Maceo y José Martí, sólo el primero pudo verla triunfar. Martí murió en Dos Ríos, el 19 de mayo de 1895; Maceo en San Pedro, el 7 de diciembre de 1896. Máximo Gómez murió en su casa de La Habana el día 17 de junio de 1905. Máximo Gómez tuvo intervención bastante destacada en la elección de don Tomás Estrada Palma para la Presidencia de la República. Algunos cubanos preferían para el cargo a Bartolomé Masó. |
“La situación de los soldados de la revolución fue algo desairada a partir de la intervención de los americanos en la lucha. Tomaron parte activísima en la toma de Santiago, y no se les permitió entrar en la ciudad conquistada. |
“El Presidente de la República en armas reunió en Santa Cruz del Sur a la Asamblea de Representantes del Ejército Cubano, y renunció su cargo. La Asamblea se trasladó para esta ciudad, en el Cerro. Los Estados Unidos nunca reconocieron a las autoridades de la Revolución. Todo lo que se pudo conseguir de Washington fue un pequeño empréstito de tres millones de pesos para aliviar la pobreza de los soldados de la Revolución. |
“Máximo Gómez, que había quedado con sus soldados en Las Villas en situación expectante, más tarde, de acuerdo con un delegado del Presidente de los Estados Unidos, se avino a disolver su ejército. La Asamblea del Cerro entonces destituyó del mando del Ejército Cubano a Máximo Gómez. Pero el pueblo de La Habana se puso decididamente del lado del General Gómez y se dispuso a prepararle tan hermoso recibimiento, que la Asamblea se disolvió. |
“Al fin el General Gómez entró con sus héroes, ¿no lo fueron todos los soldados de la Revolución?, en La Habana. No eran sus uniformes los pantalones deshechos, los pedazos de tela que simulaban chamarretas, ni los de cuero amarrados con fibras de plantas a los pies, única vestimenta que, por lo general, conocieron durante tres largos años, pero tampoco tenían nada de lujosos los trajes, ni los caballos ocultaban debajo de la piel los huesos agudos. Al general Gómez se le obligó a dejar su caballo de la manigua por otro de mucha belleza, pero que de seguro no se hubiera mostrado intranquilo ni puesto de puntas las orejas al acercarse los soldados de España. |
“Y desfilaron los soldados del viejo caudillo, los soldados de Cuba, por las calles de La Habana, entre aclamaciones efusivas. ¿Cuál emoción sería mayor, la de los mambises que regresaban a la vida del hogar, o la del pueblo que recibía agradecido a los que del dolor, el sacrificio y la muerte habían hecho nacer para la libertad a una tierra por tantos años esclava? |
“En la Quinta de los Molinos, casa veraniega de los Capitanes Generales, donde en 1893 se alojó la Infanta Eulalia en su visita a La Habana, se estableció el Estado Mayor del Ejército Libertador. Y sus caballos hollaron la hierba de los bellos jardines. En aquella Quinta de los Molinos, después de cincuenta días de trabajo en las Canteras de San Lázaro, los supervivientes del horrendo crimen del 27 de noviembre de 1871, durante algún tiempo limpiaron los jardines y las habitaciones, teniendo para descansar y dormir un barracón inmundo. Hoy la Quinta de los Molinos pertenece a la Universidad de La Habana. Dentro de su perímetro se encuentra la Escuela de Agronomía. |
“Las fuerzas cubanas, mientras estuvieron alojadas en la Quinta de los Molinos, fueron provistas de alimentos por los comerciantes de la Plaza del Vapor.” |
Lección 38: El Morro con una bandera que no es la cubana |
Lección 40: Los Interventores, y sus normas para la salud, la educación, la justicia y el bienestar de los habaneros |
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