Aquí tenemos un ejemplo de un abanico cubano. Bueno, más que un abanico aparenta ser un regalo para aquellos niños que visitaban el banco que los obsequiaba. Un premio para los niños que se portaban bien y un tranquilizante para los que no lo hacían.

A simple vista aparenta ser una pequeña paleta de cartón. Como abanico tiene mucho por desear.

Pero cuando nos fijamos, realmente son cuatro de estas paletas que por medio de una trabita en la parte de atrás quedan fijas cuando las separamos. De esta forma se hace el abanico con tres de las paletas y la cuarta sirve de mango.

Cuando la novedad ya ha causado su sensación, lo cerramos tal y como antes estaba y nos lo podemos guardar en un bolsillo. No sabemos cuantos años tiene este abanico, por seguro, unos cuantos.