El 12 de octubre de 1834 el rey de España Fernando VII autorizó a la Junta de Fomento presidida por el Conde de Villanueva para contraer un empréstito en Inglaterra, por dos millones de pesos, los que se invertirían en la construcción de un ferrocarril de La Habana a Güines.

Fue inaugurado el 19 de noviembre de 1937 el primer tramo de La Habana a Bejucal, y en su primer aniversario se abrió servicio el segundo tramo, que continuaba de Bejucal a Güines. A este ferrocarril se le llamó Ferrocarril de La Habana a Güines y fue la primera línea de trenes en operación en el mundo hispano y la cuarta en todo el mundo.

Fue llevado a subasta pública el 11 de enero de 1842, adjudicándosele a la Compañía de Caminos de Hierro de La Habana. Entre las concisiones del contrato se estipulaba la construcción de un ramal de Rincón a San Antonio, otro de San Felipe a Batabanó y otro de Güines a Unión. La obra se terminó, entrando el primer tren en Batabanó el 8 de diciembre de 1843; en San Antonio el 8 de diciembre de 1844; y en Guanajay el primero de agosto de 1849.

El 18 de marzo fue concedido permiso para la construcción de un ramal de Güines a Matanzas, abriéndose el primer tramo de Güines a Catalina el 4 de octubre de 1859 y finalmente llegando el primer tren a la Estación de San Luis, en Matanzas, el 15 de octubre de 1861.

Recibió la autorización la Compañía del Ferrocarril de la Bahía de La Habana el 18 de marzo de 1857 para construir una línea desde Regla hasta Matanzas. Llegándose a inaugurar el tramo de Regla a Minas el 4 de abril de 1859 y en mayo de 1863 llegando el primer tren por esta vía a Matanzas.

El Ferrocarril de Cárdenas inauguró su línea hasta Contresas en junio de 1840. El Ferrocarril de Júcaro estrenó su vía hasta Recreo en septiembre de 1842. Fusionándose estas dos empresas, ya con numerosas extensiones a otros sitios, el 15 de agosto de 1853 en lo que se refiere por la Empresa Unida de los Ferrocarriles de Cárdenas a Júcaro.

Surgieron nuevas empresas de ferrocarriles en prácticamente todos los núcleos de población y zonas agrícolas de Cuba durante el resto de ese siglo. Continuaron las expansiones de las líneas de trenes ya mencionadas uniéndose a las nuevas. A mediados del siglo XX Cuba poseía una extensa red ferroviaria con acceso a todos los rincones de la isla.

Todo nuestro agradecimiento por algunas de las fotos que aquí presentamos que fueron tomadas y a nosotros facilitadas por Arnoldo Calvo, en su memoria, y a su esposa Maritza Calvo.