Es muy cierto aquel proverbio que dice algo así como “El perro es el mejor amigo del hombre”. Sin embargo, no creemos que lo inverso sea del todo acertado.

Lo que sí es muy usual es que entre los tantos nombres que pensábamos ponerle a aquel cachorrito que un día llegó a casa para ser nuestro amigo fiel, Campeón fuera uno de los más deseados. Aunque por razones de modestia se le llamó Canelo, Negro, Mocho, Pinto, León, Sultán, o uno de los otros tantos nombres.

Sí, aquel cachorrito recibió todo nuestro cariño. Sin embargo, hay otros muchos que se merecían todo aquel afecto y nunca llegaron a recibirlo, ni de nosotros ni de nadie. Es a esos Campeones del Barrio, que entre la indiferencia y el maltrato sobreviven en Cuba y muchos otros lugares del mundo, a quienes dedicamos esta presentación.

¿Alguna vez se ha detenido usted a observar un perro callejero? Es asombroso con la dignidad que se comportan, claro los hay de todos. En su mayoría se mantienen en su mundo, buscándose el sostén de cada día sin mendigar ni llorar. Y son nobles porque cuando se les da una migaja y la aceptan, si no se la llevan para alimentar a su familia, se la comen donde cae. No como los propios lobos que siempre se la llevan a su guarida o un lugar oscuro para allí devorar. De verdad que son los campeones.

Otros nombres de campeones cubanos que nos aseguran tener cierta popularidad: Chiflín, Duque, Aparecido, Guaso, Carburo, Lobo, Emperador, Melao, Oso y Tom.

Y de las campeonas: Boca, Gigi, Jania, Katty, Laika, Lucero, Manchita, Mota y Princesa.

En Cuba, durante el siglo XIX y principios del XX, se desarrollaron varias razas de perros únicos de la isla. Entre otros existían, no sabemos si aun en algunos lugares remotos de la isla aun los hay, un mastín de buen tamaño y un sabueso. Estos dos perros fueron presentados en las exhibiciones en Londres, donde no era fácil ser admitido. Recordamos un perro lobo en la provincia de Las Villas en la década de 1950, pero no sabemos si se llegó a estabilizar tal raza. El Perro Chino, que seguramente esté emparentado con otras razas de perros sin pelo como las de México, y que ya a estas alturas muy posiblemente sea una variedad distinta.

Entre otras razas también surgió un perro pequeño, peludito, al cual le llaman el Bichón Habanero, o Havanese en inglés. Resulta ser que no hace mucho este bichón fue admitido en las clases regulares de la federación de perros más reconocida de los Estados Unidos, el AKC o American Kennel Club, lo cual lo ha hecho muy visible al publico en general. Bueno, el Habanero está acabando, el número de registros de cachorros cada año aumenta a brincos y saltos. Mientras que muchas de las otras razas han decaído en tales registros en los últimos años, el Bichón Habanero sólo hace subir y subir. Realmente una vez que uno ve uno de estos perritos, es difícil no encariñarse con ellos. Tal vez sea buena idea darle un vistazo a este perrito si se piensa buscar una mascota de compañía.