La ciudad de Matanzas, Cuba, es la cabecera de la provincia, del partido judicial, de la zona fiscal y del término municipal por su mismo nombre. Se encuentra situada en la costa norte de la isla próxima a la bahía de Matanzas, en la desembocadura de los ríos de San Juan y Yumurí, que la dividen en tres secciones, comúnmente llamadas Matanzas, Pueblo Nuevo y Versalles.

En 1690 el rey de España por real cédula de 25 de septiembre ordenó poblar la bahía y puerto de Matanzas. El 12 de octubre de 1693 el mariscal Severino de Manzaneda, capitán general y gobernador de Cuba, fundó el asiento con el nombre de San Carlos y San Severino de Matanzas; y a treinta familias oriundas de las islas Canarias se les repartió el terreno correspondiente al lugar Lucayo de cuatro caballerías de tierra más el corral Matanzas comprado a cargo del Tesoro por la suma de ocho mil ducados al Monasterio de Santa Clara.

Se le agregaron, además, 33 caballerías de tierra de las márgenes del río San Juan, que también fueran repartidas entre otras familias, colocándose la primera piedra del templo el 13 de octubre de 1694. La jurisdicción de esta ciudad ha variado mucho: el capitán general Manzaneda al decidirse a su creación le señaló unos límites que fueron variados en 1847, en 1851 y en 1878. A fines de 1694 se constituyó legalmente su ayuntamiento, que empezó a funcionar el primero de enero de 1795, continuando después de la guerra de Independencia con ligeras variantes de aumento o resta de territorio sin interrupción digna de mención.

El puente de Bailen sobre el río San Juan empezó a construirse en 1774, pero fue recomponiéndose en años sucesivos hasta 1842, en que se emprendió la reconstrucción con carácter definitivo y moderno, que no acabó hasta 1849; el puente Nuevo, segundo sobre el río San Juan, se construyó para facilitar la comunicación de la ciudad antigua con el barrio de Pueblo Nuevo y por fin el puente sobre el Yumurí, que comenzó modestamente en 1774 y en cuya obra se emplearon pocos recursos y mucho tiempo. En 1818 se dispuso la construcción del muelle, que se dio al tráfico en 1828. Era un muelle rudimentario y pobrísimo y así continuó indefinidamente con reparaciones inadecuadas.

En 1858 se pensó en el acueducto y se hizo el plan correspondiente, que se publicó en 1863, pero sin llevarlo a la práctica. El Teatro Esteban, la Cárcel Pública, las Hospitales Militar y de San Nicolás, la Casa de Beneficencia de Santa Isabel, los Cuarteles, el Matadero, los Castillos fueran construyéndose con ritmo lento y retrasado a las exigencias y necesidades de ciudad que fue centro de riqueza sin par y punto de tráfico comercial internacional intenso y verdadero.

En 1813 vio la luz pública el primer periódico con el título de Diario de Matanzas, para el cual en este mismo año se introdujo la primera imprenta, pero el periódico que era trisemanal tuvo que suspenderse por falta de suscripción. En 1829, volvió a aparecer. El primer Liceo se fundó en 1860, cerrándose en 1869 por el “Grito de Yara”, después de haber alcanzada merecida fama y contribuido a su prestigio las primeras figuras del país. Pero ésta era ya la generación que sentía bullir en su alma el ansia independentista y la inquietud por la cultura. Comenzaba la divergencia entre un pueblo que aspiraba a vida plena y un gobierno justo. La primera Biblioteca Pública se abrió en 1835 y fue clausurada; la segunda en 1864 y corrió igual suerte. La tercera, que continuó hasta al menos la década de 1950, data de 1899.

Desde tiempos coloniales ya Matanzas era una ciudad de gran cultura, se le llegó a llamar “La Atenas de Cuba”. Muchos de los poetas y músicos más distinguidos de Cuba, y el mundo, nacieron en esta bella ciudad de puentes y teatros. Otros, como Gabriel de la Concepción Valdés (Plácido), trasladaron su residencia a esta ciudad aportando con su arte a la gloria de “La Atenas de Cuba”.