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La Habana, |
centro futuro del Mundo Americano |
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Lección 56
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“Hasta aquí, niño querido, hemos dicho de las cosas pasadas en nuestra ciudad; lo mismo de las ocurridas hace muchos años, que de las que ayer acontecieron. Bueno es que en esta lección, la última de nuestro libro, nos preguntemos: ¿de cuáles hechos y cosas será testigo un niño habanero dentro de treinta o cuarenta años, cuando ya parezcan extrañas muchas de las cosas que hoy son tan naturales y sirvan de motivo para las clases de historia local? |
“Vamos a soñar, niño querido. Tu Habana seguirá creciendo. Como dentro de sus límites ha llegado a comprender los que fueron en un principio barrios o pueblos alejados Jesús del Monte, el Calvario, Arroyo Apolo, Arroyo Naranjo, comprenderá mañana a Regla, a Guanabacoa, a Marianao, ciudad de la cual le separan hoy las aguas estrechas de un río. ¿No has oído decir como los americanos de New York unieron a su ciudad a Brooklyn y otras ciudades, y así hicieron su Greater New York, o New York más grande? Pues bien, no pasará mucho tiempo sin que exista La Habana más grande, o la Gran Habana, una de las dos o tres más populosas ciudades del mundo de habla española. |
“Pasarán pocos años, niño querido. En numerosos aeropuertos, no olvides que Rancho Boyeros será para entonces parte de nuestro municipio, se detendrán las enormes naves aéreas procedentes de todos los rumbos. Será nuestra ciudad el punto céntrico de todos los viajes, de una América a la otra América y de las tierras que descubrió Colón a España y las otras viejas tierras de Europa. |
“Las repúblicas del sur, y las repúblicas del centro y las repúblicas del norte de la América, buscarán donde estrecharse las manos y donde reunirse para tratar problemas, que no serán problemas de guerra, y sí de aquéllos cuya solución suponga la mayor dicha para el hombre y para las naciones. La Habana será el sitio donde se tratarán esos problemas. Y La Habana ofrecerá, con el azul de su cielo y con la belleza de sus alrededores, a los congresistas que vengan de todos los rumbos, sus palacios espléndidos, sus calles limpias y anchas, sus parque y paseos y, algo más valioso que todo eso: el afecto y simpatía de sus hijos, cuya cultura, educación y bondades no palidecerán ante las que posean los hijos de cualquier otro país.” |
Lección 55: Costumbres y diversiones actuales de los habaneros |
Lección 1: El niño que interrogaba al mar |
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