Tratamos de reproducir los artículos publicados en la sección “¡A Comer Sabroso!” por Ana Dolores Gómez Kemp lo más fiel posible a como aparece en la revista “Carteles”, edición que circuló el 3 de Mayo del 1953.

Estimamos que la cocina cubana es parte de nuestra cultura y aunque hoy en día ya muchos de estos platos no son parte del diario, sí lo son del como fue. Los presentamos aquí no como recetas de cocina, sino como parte de nuestro legado cultural.

“Ya en crónica anterior les he hablado de los vinos y licores, contándoles de su origen y de cuáles son los que resultan más adecuados para acompañar distintas comidas. Pero hoy voy a referirme a ellos para considerarlos desde el punto de vista de su importancia como uno de los principales ingredientes en la confección de muy sabrosos platos.

“La cocina francesa, cuya supremacía es indiscutible, utiliza mucho los vinos y licores, pero como el sabor especial que los mismos proporcionan resulta agradable a todos los paladares, podemos encontrarlos en las recetas más típicas de cualquier país.

“En nuestra cocina criolla también han venido a ser algo indispensable y así nos encontramos, por ejemplo, muchas recetas de arroz con pollo con vino o cerveza, y como cosa corriente toda ama de casa cubana usa el vino seco al preparar sus platos diarios de carne asada, picadillo, plátanos en tentación, etc.

“Una recomendación muy importante que no quiero dejar de hacerles es que cuando vayan a confeccionar cualquier plato que lleve vino, ron o coñac, utilicen siempre bebidas de marca conocida y primera calidad, pues no hay nada que más eche a perder el sabor de un plato que una bebida de mala clase. Tengan, pues, esto siempre muy presente, considerando que en lo que a ello se refiere no pueden hacer economías, so pena de que se expongan a un fracaso.

“Los vinos y licores resultan también una ayuda muy eficaz en la confección de muchos postres, haciendo una magnífica combinación con las frutas. Solamente con mantener durante varias horas fresas, peras, piñas, mangos, o cualquier otra fruta apropiada en un buen vino tinto, con azúcar y hielo, tendremos un dulce delicioso y muy fácil de preparar. Un ejemplo de esto se los doy con mi receta de “Piña Borracha”, que sé ha de encantar a todos.

“Un sencillo pudín de pan, cuando se le baña con la exquisita salsa de vino especial para pudines, parece adquirir más importancia, e indudablemente resulta así mucho más sabroso. Las conocidísimas “panetelitas borrachas” son otro ejemplo de cómo los licores cambian, mejorándolo, cualquier dulce.”