Presentamos el artículo “El Túnel del Almendares” por Gervasio G. Ruiz lo más fiel posible a como comienza en la página 77 de la revista “Carteles”, edición que circuló el 3 de Mayo del 1953. Acompañan a este artículo varias fotos más de las que presentamos. Nuestro ejemplar se encuentra en bastante mal estado y sólo hemos logrado reproducir las que aquí exponemos.

“Fue abierto al Tránsito el sábado al mediodía, y entregado por la Comisión de Fomento al Ministerio de Obras Públicas

“Aunque la inauguración oficial del túnel bajo el Almendares tuvo efecto hace algunas semanas, fue el pasado sábado, a las 12 del día, cuando esa nueva vía quedó abierta al tránsito público. Es éste el primer túnel que, en Cuba, se perfora bajo el cauce de un río. Hemos dicho se perfora, y la expresión no es correcta, pues la obra se realizó por excavación descubierta, comenzándose por una de las márgenes hasta la mitad del río, que así dejó libre para el tránsito fluvial la otra mitad.

“Se han empleado en la construcción del túnel un año y tres meses de trabajo, no contándose aquí los intervalos en que la obra estuvo paralizada por diferentes motivos. Su estructura ha consumido 35,000 metros cúbicos de concreto, 25,000 quintales de cabilla y 1,200 toneladas de acero de refuerzo. Está dotado de un sistema de alumbrado que utiliza 880 tubos de cátodo frío de 8 pies cada uno, y la iluminación se gradúa mediante una célula fotoeléctrica según la claridad del día. La luz del túnel es más intensa a la entrada que a la salida, lo cual evita cambios bruscos en la visión.

“El sistema de ventilación está servido por cuatro extractores de aire de 75,000 pies cúbicos cada uno, y los cuatro funcionan automáticamente por medio de un analizador de monóxido de carbono que actúa de acuerdo con la acumulación de este gas en el interior del túnel. Tres cisternas recogen las aguas pluviales provenientes de los aproches del túnel, aguas que son drenadas por seis bombas de achique, dos para cada cisterna, capaces de desalojar 3,000 galones por minuto.

“El túnel tiene una anchura total de 16.85 metros, con dos vías de 6.57 cada una y dos sendas cada vía, divididas éstas por un separador sonante que indica al chofer cuándo se desvía el vehículo. La galería de ventilación, de 1.70 de ancho, en el centro, separa las dos vías y divide al túnel en dos mitades iguales. La altura es de 4.30 metros. El espesor de la placa del piso mide 3.35 metros, y el río corre a 1.50 metros sobre el nivel del techo.

“La longitud del túnel en su parte cubierta es de 216 metros, y las dos rampas que dan acceso al túnel por ambos lados miden 306.40, teniendo, pues, la obra un total de 522.40, cuyo costo, ascendente a cinco millones de pesos, ha alterado muy poco la suma del presupuesto que se estimó al confeccionar el proyecto. El mantenimiento y demás servicios costaran mensualmente 4,000 pesos, de los cuales 1,500 corresponderán a gastos de iluminación. Ocho policías tendrán a su cargo la vigilancia del túnel, y dos mecánicos y cuatro ayudantes atenderán los otros servicios.

“En cuanto a las velocidades mínima y máxima que se establecerán para la circulación bajo el túnel, aunque la cuestión hallase todavía en estudio por la Dirección de Tránsito, estímase que la primera oscilara entre 35 y 40 kilómetros por hora, y la segunda, entre 60 y 70. La circulación estará regulada por un sistema automático de luces que funcionará en sincronía con todos los semáforos instalados a lo largo de la calle Línea.

“Para finalizar, diremos que la ejecución de la obra ha estado dirigida por el joven y brillante ingeniero Manuel Ray, quien también tomó parte en la confección del proyecto, elaborado bajo la dirección de José Menéndez. También han intervenido el ingeniero electricista Roberto Acosta, quien proyectó las instalaciones, y Antonio Bilbao, que dirigió los trabajos. Como delegado de la Frederic Snare, supervisó las obras el ingeniero Bernardo Núñez Portuondo.

“El drenaje del túnel está resuelto de dos maneras según nos explicaron los ingenieros. Las aguas que caen sobre la superficie del túnel que se encuentra a mayor altura que el río son recogidas por dos grandes tragantes rectangulares, cubiertos por rejas metálicas, que atraviesan la vía de un lado a otro, y enviadas al río. Las aguas que caen sobre la superficie del túnel que se encuentra a menor altura que el río, son conducidas a dos grandes aljibes desde los cuales poderosas bombas centrífugas las elevan hasta el nivel del río, donde descargan. Si es así, ¿cómo pudo inundarse el túnel con las lluvias del domingo? La explicación de los ingenieros es sencilla: los drenes que deben conducir al río las aguas recogidas por los dos grandes tragantes rectangulares colocados a la entrada del túnel aun no han sido construidos por Obras Públicas. En esas condiciones la totalidad del agua fue a parar a los aljibes que se llenaron y rebosaron sin que las bombas pudieran vaciarlos con la rapidez necesaria.

“Esa fue la causa de que el túnel se inundara el domingo, al día siguiente de la inauguración.”