Estimamos que la cocina cubana es parte de nuestra cultura y aunque hoy en día posiblemente esta receta no esté del todo de acuerdo con nuestros hábitos, sí es parte del como fue. La presentamos aquí no como receta de cocina, sino como parte de nuestro legado cultural. |
“Ciérnase la harina, mídase y vuélvase a cernir con la sal y los polvos de hornear, poniéndose esto en la mesa donde se va a trabajar. Con las manos, forme un hueco en el centro de la harina y échese ahí la manteca y mantequilla y los huevos enteros. Váyase uniendo con la punta de los dedos todos estos ingredientes a tratar de unirlos y viértase ahí mismo el agua endulzada con el azúcar y el vino seco. Cuando esté todo bien mezclado, trate con " ambas manos de formar una masa suave, la que se amasará durante pocos minutos. téjese reposar por espacio de una hora más o menos, en el refrigerador, envuelta en papel encerado; y después estírese sobre la mesa enharinada con el rodillo también untado de harina y váyanse formando las empanadas en la forma que se desee, pero no muy pequeñas, poniéndoles como relleno una cucharada del picadillo de tasajo; dóblese la masa, cortando con un cuchillo o cortador la empanada y prensando los dos bordes con un tenedor pasado por harina, para que al freírlas en abundante manteca caliente, no se abran.” |