Gracias a las súplicas de Doña Leonor la pena de presidio se le conmuta a José Martí por la deportación. Es a España a donde es enviado el joven José Martí donde sufre de dolencias ocasionadas por el maltrato que recibió en el presidio, teniendo que ser operado al menos una vez. Su dolor y soledad no lo detienen y apenas llega a España a principios de 1871 se inscribe en la Universidad Central de Madrid.

El clima de Madrid no le asienta a y su salud va en decaída. Llega a Madrid su íntimo amigo, Fermín Valdés Domínguez, el cual ha sido también deportado debido a los trágicos sucesos del 27 de noviembre de 1871 en los que ocho inocentes estudiantes de medicina fueron fusilados por el gobierno español en La Habana. Al ver Fermín Valdés Domínguez en las deplorables condiciones que se encontraba José Martí se lo lleva para Zaragosa.

En mayo del 1873 solicita Martí admisión a examen en la Universidad de Zaragoza. A finales del próximo año, 1874, Martí se gradúa con calificación de sobresaliente. Acto seguido dejan a España y Martí se encamina a reunirse con su familia en México.