Esta es la sección que trata con la “Sociedad El Liceo” en las “Instituciones Sociales” de Matanzas en el ejemplar que tenemos del “Magazine de La Lucha” editado en Cuba. No indica fecha de edición, sin embargo, las últimas fechas en las cronologías y otros datos son de 1923. Muchas de las fotos en nuestro ejemplar se encuentran en estado bastante deteriorado y es imposible poderlas reproducir.

“Ha sido siempre el Liceo de Matanzas la representación más alta de la ciudad matancera; y ha sido también un reflejo fiel de la política de Cuba, con todas sus incertidumbres, con sus densas brumas y con sus brillantes resplandores.

“La constante y siempre entusiasta labor que los matanceros han realizado en el Liceo, ha conquistado para ellos un timbre de gloria en todos los campos de las nobles actividades del espíritu.

“En la casa querida, cuyos prestigios son proclamados en todo el territorio cubano, se ha rendido homenaje al Arte, brindando gratísimas horas de intenso deleite; allí ha batido su alas blancas la santa caridad; allí se ha rendido culto a la memoria de los ilustres hombres que pasaron; y, allí en el Liceo se hizo de la casa un templo para rendir homenaje a la Patria, con más derecho y con satisfacción más grande que ningún otro centro social de Cuba; porque fue el Liceo el único que, aunque llevando una vida de incomparable miseria, no cerró sus puestas en los días de las sagradas inquietudes y de la santa sangre, gracias, al inquebrantable propósito de una veintena de indomables voluntades. ¡Bien sabíase que al cerrar aquellas puertas la sociedad matancera, perdería para siempre el histórico edificio!

“La autorización para crear el Liceo, concedida por el Gobernador Superior Civil, fue leída con Intenso jubilo en la morada de Don Diego A. de Fuentes, en Febrero del año de 1859; asistiendo a esa junta los señores Emilio Blanchet, Guillermo Schweyer Lamar, Gonzalo Peoli, Mariano Elcid, Antonio Tonceda, Rafael del Villar, R. M. Alandete, Fernando Domínguez y el jefe de la casa, Don Diego A. Fuentes.

“En aquella reunión, base de Liceo, se nombró la primera junta Directiva, integrada de la siguiente manera: Presidente: José M. Angulo y Heredia; Vicepresidente: Félix Govín; Director; Rafael del Villar; Vice Director; Antonio Tonceda; Tesorero: José Serrate; Contador: Francisco Jaurés; Vocales: Francisco Galán y Mariano Elcid; y Secretario, Emilio Blanchet.

“Días después se reunió la citada Directiva en la morada del Presidente señor Angulo, acordándose entre otros particulares, solicitar permiso para ofrecer tres bailes de máscaras en el Círculo Mercantil que graciosamente ofreció sus salones. También se acordó pedir autorización para celebrar un Bazar, cuyo producto se dedicaría a levantar fondos para la sociedad, y la tercera parte para el Asilo de las niñas pobres.

“Esos fueron los primeros acuerdos de la Directiva primera del Liceo.

“Los bailes tuvieron un franco éxito, por cuyo motivo se celebró otro con posterioridad al día de Resurrección, y en vista del auge que tomaba la sociedad se determino tomar en arrendamiento la casa del Círculo Mercantil, situada en la calle denominada callejón de San Severino, marcada con el número 1.

“Al año escaso de fundado, o séase en el 1860, ya tenía el Liceo sus secciones de Literatura, Declamación y Música, de las que fueron sus presidentes los señores José M. Casal y Manuel Zequeira, respectivamente, y sus secretarios los caballeros Gonzalo Peoli y José Morejón. Además fungía de Director de la de Declamación el señor Federico Milanés. Y en la sección de música presidía el señor Santiago Garay, siendo el Director el señor Antonio Cortadellas, y Secretario el señor Guillermo Schweyer.

“La fiesta inaugural del Liceo tuvo efecto en la noche del 17 de Febrero del año de 1860, y resulto, en efecto, brillante por todos extremos.

“Como en aquellas épocas, esa fiesta social dio comienzo a las siete de la noche; a la que asistió, como un acto de deferencia, el entonces Brigadier don Pedro Esteban, Gobernador de la ciudad; con lo cual quedan demostrados la ascendencia y el prestigio de la sociedad.

“El programa que estimo digno de recordar, era el siguiente:

“1.-Discursos por las siguientes personas:

“Gobernador de la Provincia.

“José M. Angulo.

“Rafael del Villar.

“José M. Casals.

“Manuel de Zequeira.

“2.-Obertura por la Orquesta.

“3.-Poesía por Federico Milanés.

“4.-Lucía de Lammenmoor -piano a cuatro manos por las señoritas Mercedes y Josefa Carbonell.

“5.-Poesía por Ildefonso Estrada Zenea.

“6.-Aria de Sonámbula, por el tenor José Grau.

“7.-Poesía por el señor Francisco Iturrondo.

“1.-Primer cuadro del Primer Acto del Conde Alarcos, de Milanés, desempeñado por la señora Natividad Garay de Angulo, Srta. Angela de la Cruz y el señor Ildefonso Estrada Zenea.

“2.-Aria de Soprano de Sonámbula, por la señorita Mercedes Govin.

“3.-Poesía por Rafael Otero.

“4.-Dúo del Trovador por la señorita Elodia Díaz y el señor Alejandro Otero.

“5.-Poesía por el señor Emilio Blanchet.

“1.-Segundo cuadro del primer acto del Conde Alarcos, por la señora de Angulo y las señoritas de Angulo y Dobrocq y los señores Federico Milanés y José Morejón.

“2.-Variaciones de Violette, por la señorita Dolores Maicas.

“3.-Poesía por Gonzalo de Acosta.

“4.-Canción por la señorita Diez.

“5.-Poesía por Ignacio M. de Acosta.

“1.-Segundo acto del Conde Alarcos, por las señoras Garay de Angulo y Sofía Arambarry de Estefany, la señora Mercedes Angulo y el señor Federico Milanés, Pío Campuzano, Alejandro Oteo, Domingo Delmonte e Ildefonso Estrada Zenea.

“En la quinta parte, se bailaron dos danzas.

“Así quedó inaugurado oficialmente el Liceo.

“Al siguiente año se celebraron en el Liceo los primeros juegos florales, una de las historias más brillantes del Instituto Cubano, pues en ella ocupó la Presidencia la genial poetisa Gertrudis Gómez de Avellaneda, quien pronunció un bellísimo discurso, y por galantería del Brigadier Esteban, la insigne camagüeyana entregó los premios a los victoriosos.

“He aquí los premios:

“Medallas de Oro - Federico Milanés, por una oda. Domingo Delmonte, por un estudio sobre la "Fusión de los Ferrocarriles". Eusebio Guiteras, por un Romance.

“Medallas de Plata - Casimiro Delmonte, por una oda. Sixto Gueveca, Estudio sobre la riqueza y cultura de Cuba. Idelfonso Estrada Zenea, por un romance.

“Accésit - Por una comedia, Federico Milanés. Ildefonso Estrada Zenea, por una oda. Luis González Acosta, por un romance.

“Doña Gertrudis Gómez de Avellaneda recibió en ese acto un ramo de laurel, de oro, que tenía esta inscripción "El Liceo de Matanzas" agrega este ramo a la corona de la Avellaneda, 1861.

“A partir de esta fecha el Liceo comenzó una vida de grandes actividades, iniciándose las disertaciones literarias, que aumentaron el entusiasmo, al extremo de que en el 1862 se verifico en esa la primera exposición de Bellas Artes, en la que predomino la pintura.

“En el mes de Junio del propio año se reunió la Directiva para tomar acuerdos sobre el homenaje que debía de tributarse al desaparecido José de la Luz Caballero, primer socio de honor que tuvo esa gran Asociación.

“Se acordó en esa junta que una comisión del Liceo estuviese presente en el sepelio y que la sociedad guardase luto por varios días, celebrándose más tarde una velada en memoria de tan insigne cubano.

“El auge del Liceo reclamaba otro edificio y en lugar más céntrico de la ciudad, y por lo tanto, se acordó en Septiembre de 1862 trasladarlo a la casa que entonces ocupaba El Salón Huerta (Contreras 6); y para obtener más recursos, se dio una función en el teatro, que esta en aquella época en Manzano 63.

“Después del traslado se celebró en la nueva casa el segundo de los Juegos Florales, en los cuales se le concedió el premio de medalla de plata al señor Casimiro Delmonte.

“En Septiembre del año de 1863, se acuerda de nuevo un homenaje de duelo: había muerto el inspirado bardo matancero, José Jacinto Milanés, El Liceo en pleno asistió a estos funerales, que tuvieron un carácter extraordinario, por haber sido esa manifestación de condolencia una de las más imponentes que se han realizado en la ciudad de los Dos Ríos.

“Señálase el año de 1864, en la vida del Liceo, por la creación de su Sección de Ciencias, que fue iniciada por Sebastián Alfredo Morales, Ricardo Cay, Francisco de Ximeneo y Manuel Presas; y en esa fecha se ofrecían en aquellos salones clases de música y de física recreativa, por los señores Barnet y Guiteras.

“El día del Santo Patrono de la ciudad, año de 1865, celebráronse en el Liceo los juegos florales, con asistencia del señor Obispo de la Habana y del Brigadier Esteban, que había sido destinado nuevamente a Matanzas. Presidía entonces el Liceo, Plácido Gener, y era el Secretario general Santiago de la Huerta.

“En estos Juegos Florales obtuvieron Medalla de oro: Rafael Otero y Emilio Blanchet; Medalla de plata: Emilio Blanchet, señora Catalina Rodríguez de Tandiña, Ildefonso Estrada Zenea; y Accésits: Emilio Blanchet y Andrés Clemente Vázquez.

“La Directiva acordó que se imprimieran quinientos ejemplares del trabajo de Blanchet "Compendio Histórico de la Isla de Cuba", que obtuvo medalla de oro, y asimismo acordó que, como premio extraordinario se ofreciera a Estrada Zenea una pluma de oro por su trabajo sobre "Educación física e intelectual de Cuba."

“En el año de 1866, el "Club de Matanzas", instalado en el lugar que hoy ocupa el Liceo, propuso a la Directiva de ésta la venta del mobiliario de aquél y la cesión del edificio; se realiza la operación por la suma de cuatro mil pesos y se comunican los dos edificios. Ya con mayor casa se establece una sala de Armas y un juego de bolos.

“En ese año se nombró profesor de música a Manuel Fernández Caballero, y se acepta el ofrecimiento del señor Guillermo Schweyer para dispensar clases y gratuitas de alemán, y se establecen también las del francés, Declamación y Economía Política.

“Rindiendo culto a lo que iba siendo una bella tradición en el Liceo, el día cuatro de Noviembre volvió a celebrarse la fiesta intelectual cuya fundación ha venido atribuyéndose a Clemencia Isaura.

“Presidió el Brigadier Esteban, y obtuvieron medalla de oro: Emilio Blanchet y Fernández Caballero; Medalla de plata: Emilio Blanchet y Fernández Caballero, alcanzando accésit, Emilio Blanchet, Juan F. Vilaró y Fernández Caballero.

“A fines de Diciembre se acentuaba en Matanzas una epidemia de viruelas, por lo cual se estableció en el Liceo un dispensario de vacuna. Los casos de esa epidemia se repitieron de un modo alarmante y fue esta la causa de que al año siguiente, 1867, se ofrecieran muy pocas fiestas en aquellos salones, sobresaliendo entre ellas la velada que se organizó para celebrar la inauguración del cable submarino, y los Juegos Florales, en la noche de San Carlos.

“Presidía entonces el Liceo Manuel M. Carera y fueron sustituidas las medallas por flores de oro y de plata; las primeras fueron alcanzadas en estos juegos, por Manuel Fernández Caballero y Esteban Chartrand, y flores de plata, Ildefonso Estrada Zenea. Rafael Hernández de Alba, Lauriano Fuentes y Joaquín Cuadras. Acordándose un accésit para los señores Idelfonso Estrada Zenea.

“Azotada la ciudad de Matanzas por una epidemia del cólera en el año de 1868, apenas si se ofrecieron fiestas en esta sociedad. Pero en cambio en el mes de mayo se inician las "tertulias científicas" que tenían efecto después de terminadas las retretas de los domingos que se ofrecían en la Plaza de Armas, y al propio tiempo se facilitaban los salones a la Junta de San Vicente para celebrar un bazar a beneficio de los huérfanos que iba dejando la terrible epidemia.

“Sin embargo, no dejaron de celebrarse el día de San Carlos los Juegos Florales.

“En el año de 1869, el incremento que tomaba la Revolución se reflejó en el Liceo; la mayoría de los señores que desempeñaban cargos en la Directiva, los renunciaron y abandonaron la ciudad; por lo que, en sesión celebrada el veinte y seis de abril, se acuerda dar un voto de confianza a Santiago de la Huerta, Mariano Lima y Aurelio Almeiva, para que asuman todos los derechos de la Directiva.

“Por ello, la vida del Liceo se extingue.

“Vida que resurge en el año de 1877, según podrá apreciarse por los que a continuación vamos a relatar.

“En el citado año a que aludimos en párrafos anteriores, un grupo de caballeros reunidos en la morada de José María Angulo, concibió la idea de establecer el "Club de Matanzas"; y señalando la suma de cien pesos, como cuota de entrada, se inscribieron las siguientes personas:

“José María Gago; Rafael E. Sánchez, Hipólito Alvarez, Anastasio Herques, José Coll, José M. Angulo y Nicolás Heredia. Posteriormente se celebró una junta en el teatro Esteban en la que se nombró la comisión Instaladora, que fue integrada por los señores José Elías Jiménez, Antonio Góngora, Javier Hernández, Francisco Hernández del Castillo, José Crespo, Alvaro Lavastida, Pastor Hernández y Demetrio López. Se acordó igualmente tomar en arrendamiento el edificio del desaparecido Liceo, propiedad de Juan Nicolás y Rafael L. Sánchez, y se comisionó al Sr. Angel Sosa, para realizar las obras que el local reclamaba. Sin pérdida de tiempo se adquirieron en Matanzas, en la Habana y en New York los muebles y adornos que habían de servir para la nueva sociedad.

“En Febrero de 1878 se inauguró el nuevo centro social con un baile que resultó espléndido y lucido.

“Del año de 1879 a 1880, desempeñando el cargo de Director el señor Manuel S. Trelles, progresó notablemente el "Club de Matanzas", llegando a cuatrocientos el número de asociados. Por los entusiasmos del señor Gaspar Hernández se enriqueció el Museo. De igual modo la Biblioteca creció y en esa época la sociedad editaba su periódico. Dado el auge de la asociación, se tomó en arrendamiento la casa de la calle de Manzano número 89 cuyo fondo correspondía al del edificio del club, por lo cual se estableció una cómoda comunicación. La nueva casa fue destinada a la Academia de Música, que llegó a ser un timbre de gloria para la sociedad matancera.

“La Junta Directiva que rigió los destinos desde el año de 1880 al 81, consagró sus actividades a realizar reparaciones necesariamente en el edificio del Club; y, aunque en este período se celebraron algunas fiestas, la atención primordial se concentraba en la Exposición del Palmar de Junco.

“En el período siguiente tomó gran importancia la sección lírica y se estableció una sala de armas. En cuanto a fiestas, tuvieron resonancia: el concierto en honor del General Blanco y el baile de etiqueta en honor del general Luis Prendergast. Este club tomó parte muy principal en la velada que se celebró en el teatro "Esteban" para conmemorar el segundo centenario de Calderón de la Barca. La Sección de Literatura obtuvo un éxito extraordinario. El doctor Baralt pronunció una brillante conferencia que fue elogiadísima.

“Digno es de recordarse que en este período, el Tesorero del Club, señor Carlos Clark, resolvió algunos problemas de índole económica, con su peculio particular.

“El año de 1882 señalase, en la casa social de los matanceros, de un modo extraordinario, brillantísimo.

“El nombre del Club de Matanzas fue cambiado por el del "Liceo".

“Se ofrece en sus salones una velada en memoria de Cervantes, tomando parte en ella los miembros de la Sección de Literatura. Nicanor González, Pedro Boissier, Miguel Garmendía, Carlos E. Ortiz, y Rafael Otero; las secciones de Lírica y Declamación aportaron también sus valiosos concursos.

“Dos meses después se inauguraron las veladas Literarias, y en Noviembre del propio año se verificaron de nuevo Juegos Florales, en los cuales obtuvo el premio el escritor Nicolás Heredia, por su novela "Un hombre de Negocios". De igual modo en esa fiesta cultural se presentó la orquesta del Liceo compuesta por los pofesores Torroella, Reina y Diez con un conjunto de sesenta alumnos.

“La vida de la sociedad El Liceo durante los años comprendidos entre el 1883 al 1888 es bastante difícil, a pesar de lo cual se realizan veladas, se ofrecen fiestas y se trata por todos los medios de que la institución perdure, como lo alcanzó el señor Antonio B. Zannetti; a cuyas gestiones se debió que la sociedad saldara sus deudas, debido a la magnificencia de sus principales mantenedores.

“Ya por el año de 91 un tanto más holgada la sociedad ofreció una recepción al eminente cubano Joaquín Albarrán, haciendo gala de sus méritos los señores Díaz Albertini y Cervantes.

“El año de 1892 fue prodiga en fiestas; en este tiempo se ofrecieron diez y nueve festejos consistentes en bailes, veladas artísticas líricas y dramáticas, conferencias, etc., etc.

“Año tras años la sociedad El Liceo aprovechaba toda oportunidad para que por sus salones desfilaran los elementos más prestigiosos en el campo de la Literatura y de las artes.

“Ya en el año de 1895, época señaladísima en la historia de nuestra personalidad política, el Liceo se limita a las funciones reglamentarias y cae en un sagrado silencio patriótico que se extiende hasta la terminación de la epopeya cubana.

“Ese largo paréntesis en la vida activa del Liceo tiene una significación muy alta y muy hermosa para la sociedad matancera; fue el Liceo el único centro cubano que no cerro sus puertas en el período de la guerra.

“Gracias a un grupo de caballeros, no se eclipso el nombre del Liceo en este período; bien puede asegurarse que en aquella casa no quedaba más nada que el nombre.

“Pasaron los días de grandes in quietudes y de los santos sacrificios. Cuba, gloriosamente redimida, se levanto en medio de sagrados escombros, restos de las llamas que purificaron el ambiente, y Cuba, pletórica de júbilo, colgó su manto en el salón del Liceo para recibir, con fiesta extraordinaria, a los hijos valientes que regresaban de la titánica contienda. Fiesta en la que tomaron parte los señores Angel Betancourt, quien dio la bienvenida a los heroicos soldados; y también hablaron los caballeros Ramón Rivero, Eduardo Varela Zequeira y Joaquín Pola.

“Se festejó en Noviembre de ese año (1899) al Patrono de la Ciudad, fiesta que consistió en un concierto en el que tomó parte el gran violinista matancero Juan Torroella; en esa fiesta tomaron parte también la celebrada tiple matancera Chalía y el barítono Colares, y finalmente ocupó la tribuna el inolvidable Gonzalo de Quesada.

“En este bello renacimiento del Liceo hubo en aquella casa un día de piadoso homenaje; en el salón principal fueron colocados los restos mortales del valiente oficial del Ejército Libertador, Carlos Alberto Boissier, joven talentoso que había prestado muy valiosos servicios al Liceo y que cayó gloriosamente en los campos de Pinar del Río.

“Surgió en este período la idea de adquirir la propiedad del edificio, y merced a los entusiasmos y empeños de todos y muy especialmente de Alfredo Heydrich, se realizó el proyecto. Convertido en realidad, se procedió más adelante a reedificar el edificio en la forma que hoy se encuentra.

“Del año de 1900 a la fecha, se han sucedido en el Liceo fiestas de grandes esplendores: pasaron por allí, dejando el luminoso rastro de su talento. Nicolás Heredia, Carlos de la Torre, Juan Torroella, Mariano Aramburo, Adelina Torroella, Clemencia González, Serrador, Massonet, Miguel González, Luisa Martínez Casado, María Adam de Aróstegui, Joaquín M. Molina, Alfredo Betancourt Manduley, Marianita Enríquez de Lamar, Enriqueta García de Pujol, Elogio Horta, Lorenzo de Erviti, Alejandro Garrido, Enriqueta Sierra, Teresita Calvet, José Diego, Oscar Lombardo, Elíseo Giberga, que pronunció en la tribuna del Liceo sus últimas palabras.

“Lumbres del campo de las ciencias y de la prosa, así como del arte lírico desfilaron por los salones del Liceo dando esplendor a la institución legendaria, pero que resultaría extenso citarlos. De esta relación que pudiera hacer ¡cuántos se han ido para otro mundo¡

“En este período se crean en la sociedad los campeonatos de ajedrez y de esgrima, así como los del billar y de tennis. Se organizan a su vez las Secciones de Literatura. Lírica y Declamación, adquiriéndose en propiedad la casa de la calle de Maceo que está al fondo del edificio principal.

“El maravilloso pincel de Valderrama ha dejado en el Liceo las figuras de ilustres personalidades cubanas, tales como Heredia, Milanés, Tolón, Giberga; galería empezada que aun no se ha terminado.

“Presidente: Dr. José Cabarrocas; Vicepresidente: Arturo Echemendía; Secretario: doctor Mario E. Dihigo; Emilio J. Quirós; Vicesecretario-Tesorero: Juan José Alcocer; Director, p. s.; Gaspar Hernández; Vocales: Dr. Luis A. Otero; doctor Miguel A. Beato; doctor Antonio Recasens; doctor Florencio de la Portilla; Ignacio Uriarte; Octavio Cruz; Félix U. Casas; doctor Antonio J. Font Tió; Contador: Plácido Cantón; Director: Ambrosio Lamadrid.”