Tratamos de reproducir los artículos publicados en la sección “¡A Comer Sabroso!” por Ana Dolores Gómez Kemp lo más fiel posible a como aparece en la revista Carteles, edición que circuló el 10 de Octubre del 1954.

Estimamos que la cocina cubana es parte de nuestra cultura y aunque hoy en día ya muchos de estos platos no son parte del diario, sí lo son del como fue. Los presentamos aquí no como recetas de cocina, sino como parte de nuestro legado cultural.

“Todas las comidas, aun aquellas que servimos a diario, deben tener un sabor apetitoso y una atractiva apariencia, lo cual no debe dejarse solamente para los platos que llevamos a la mesa en ocasiones especiales o los días festivos. Hágalo a diario, y para ello nada mejor que recurrir a ese magnífico auxiliar de las co­cineras que son las especias o condimentos. Naturalmente, to­dos sabemos que hay que ser parcos en su uso, ya que tan desastroso es hacer una comida sin sabor alguno como abusar de los condimentos, pues los dos extremos son fatales en la co­cina. Recuerde que, precisamente por el fuerte olor y sabor que tienen casi todas las especias, hay que usar solamente una pe­queña cantidad de ellas en los platos que confeccionemos, -para que ese ligero toque realce su gusto y queden así más atracti­vos. Aunque algunas personas no son partidarias de usarlas, expe­rimentos realizados últimamente han demostrado que, usados con moderación, las especias estimulan el apetito, ya que excitan el sentido del gusto, lo cual in­fluye favorablemente en el pro­ceso de la digestión.

“En los tiempos antiguos, en que se desconocían los métodos ac­tuales para la refrigeración y conservación de los alimentos, se hacía un uso exagerado de los condimentos y especias, que ser­vían a nuestros antepasados pa­ra conservar las carnes, aves, pes­cados o vegetales, que solamente de esta manera, o sometidos al procedimiento del salado o el ahumado al fuego, podían co­merse sin peligro. Era tan im­portante en aquella remota épo­ca el uso de los condimentos y especias (procedentes por lo ge­neral del Lejano Oriente o del Africa misteriosa), que llegaron a alcanzar un elevado precio, y aumentaba cada vez más el nú­mero de mercaderes y trafican­tes que arriesgaban sus vidas y sus barcos en largos viajes, por los entonces peligrosos mares o por los desconocidos caminos de la China, Persia o la India. La pimienta, el jenjibre, la canela, la nuez moscada y los clavos de olor -entre otras- se obtenían de países entonces muy lejanos e inexplorados, lo cual hizo que muchos navegantes, entre ellos el inmortal Cristóbal Colón, tra­taran de hallar nuevas rutas ma­rítimas más cortas y fáciles para llegar a la India, lo que influyó notablemente en el descubri­miento de América. Aquí podría decirse con razón: ¡Pequeñas causas, grandes efectos!... A nos­otros los cubanos nos gusta con­dimentar bien nuestras comidas, y quizás por ello sean tan sabro­sos nuestros platos típicos, como el arroz con pollo, los tamales, el lechón asado y el picadillo. To­dos los pueblos del Lejano Orien­te, del continente africano y de la India misteriosa usan mucho -a veces demasiado- de las es­pecias en sus comidas; este últi­mo país en particular, condi­menta sus platos con los polvos de "Curry", que son varias espe­cias molidas, y las cuales les dan un pronunciado sabor. Induda­blemente que son conocidos en el mundo entero algunos platos tí­picos de tan exóticos países, que hemos tenido oportunidad de sa­borear en los restaurantes que sus nativos tienen en las grandes ciudades del orbe.

“En las recetas que hoy les brin­do verán que los hay de varios países, y que son muy escogidas, distinguiéndose por el uso de las especias o condimentos que lle­van, que las hace sumamente apetitosas y con un toque de exotismo que se sale de lo co­rriente.”