“Los agentes consulares residentes en Santiago de Cuba intervinieron con buen éxito en la previsión del mal inútil que amenazaba a la ciudad. Con ánimo reposado, sirvieron de mediadores entre el general Shafter y las autoridades españolas de Santiago de Cuba. Pero el bombardeo quedó aplazado, solamente aplazado. En 5 de julio de 1898 la ciudad oriental se hallaba en vísperas de ser bombardeada. ¿Cuáles eran los signos precursores del acontecimiento? El 5 de julio de 1898 Santiago de Cuba ofrecía el espectáculo triste de ser abandonada por los ancianos, las mujeres y los niños que, en número de unos veinte mil, se dirigían a El Caney, el lugar designado para que se refugiasen mientras la plaza afrontaba los riesgos de una sangrienta lucha.” |