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Componentes de la población local, |
y causas de su gran incremento |
durante la República |
en Historia Local de La Habana |
en La Habana |
en Ciudades, Pueblos y Lugares de Cuba |
Lección 50 |
“Vamos a dar un paseo, en horas de la tarde, por una de las calles más concurridas de nuestra ciudad. Sea la escogida la calzada de Galiano, en su tramo de San Lázaro a Zanja. |
“Los amplios portales y las aceras están colmados de niños, jóvenes y viejos de uno y de otro sexo, que marchan en todas direcciones. Entran unos en las tiendas al tiempo que otros las abandonan. Grupos nutridos aprovechan la orden del vigilante del tránsito para cruzar de un lado al otro de la ancha avenida. No son pocos los que en las esquinas toman o dejan los ómnibus y tranvías. Visten unos elegantemente, otros de manera discreta. Muy pocos dan la sensación de extrema pobreza. |
“Tal aglomeración de personas solamente es dable contemplarla en una ciudad de muy elevada población, y notable además por su gran comercio y su industria. |
“De seguro que nada parecido se vio en la ciudad de San Cristóbal de La Habana en los días que precedieron al advenimiento de la República. Pero es que entonces La Habana tenía 242,000 habitantes, y hoy cuenta con 670,000, y como 200,000 más de Marianao, de Regla, de Guanabacoa y algún otro pueblo cercano, que en nuestra ciudad hacen sus compras y a sus diversiones concurren con frecuencia. |
“Pero vamos a fijarnos un poco más en las personas que encontramos en la concurrida calle que a uno y otro lado ofrece en sus tiendas cuanto puede desear el comprador más caprichoso y exigente. |
“...Unos son blancos, y otros son negros, y los hay mestizos o mulatos, que decimos en La Habana. Y será como rareza que demos con un chino. Y al hablar los negros y mestizos lo hacen en nuestra lengua española, y todos con acento o entonación parecida. También la mayoría de los blancos conversan en ese idioma, pero algunos lo hacen con un dejo o acento distinto al de los cubanos. Pero también hay algunos blancos cuya extraña manera de hablar no comprendemos. |
“Esos blancos que pasan por la concurrida calle, son en su mayoría nacidos en Cuba, descendientes más o menos lejanos de españoles; pero también los hay entre ellos, nacidos en España, con más o menos tiempo de residencia en nuestra ciudad. Vinieron a trabajar y a hacer fortuna a la tierra del sol deslumbrante, y pocos son los que vuelven a la patria lejana, pues aquí casan y tiene familia, y llegan a querer a Cuba, tanto como a España. Aun quedan otros blancos: los venidos de los Estados Unidos, la nación que nos ayudó a ser libres. Éstos, muy pocas veces se establecen en el país de modo definitivo, pero gustan visitarlo. Quedan otros blancos, los de hablar más extraño. Las guerras terribles, los odios de razas y de religiones, les hicieron venir de varias naciones del centro de Europa a esta ciudad acogedora. Venden primero baratijas por las calles, y acaban por tener tienda. Son virtuosos y honrados, pero viven en su barrio, y comen su pan especial, y tienen sus escuelas, y no casan con cubanas, y piensan más en las cosas de Europa que en las cosas de Cuba. |
“Los negros que vemos descienden de aquellos venidos del África, que hasta el 13 de febrero de 1880 fueron, en gran número, esclavos. No vamos a decir del dolor por años y siglos de esa raza, que todo lo ha perdonado. Pero sí diremos que el más grande músico cubano era negro; que el más grande periodista de la Revolución era negro; y que negro fue el más grande soldado de nuestras guerras por la independencia y el más grande, en el amor a Cuba, de cuantos en ella nacieron. Todo negro hoy, en ser buen ciudadano, y en ser laborioso, y en querer ilustrarse, no cede un paso a ningún otro cubano. No es necesario decir que los mulatos son descendientes de blancos y negros, con todas las virtudes del cubano. |
“Los habitantes negros y blancos de La Habana, no han aumentado, en lo que va del siglo, con la misma relatividad. Varios factores han determinado que los blancos hayan aumentado de modo más acelerado. La primera razón es la constante inmigración blanca. El gran incremento comercial e industrial de La Habana ha determinado que muchos de los inmigrantes españoles, sobre todo mientras no rigieron ciertas leves referentes al trabajo, hallaran acomodo en los establecimientos y talleres de sus compatriotas, en múltiples ocasiones, a más de compatriotas, parientes. Conocido es el hecho de que gran parte de la riqueza de nuestra ciudad ha estado, y está aun en buena parte, en manos de españoles. |
“El negro cubano, esclavizado en buena proporción hasta 1880, no ha tenido las oportunidades del cubano blanco, a no ser hasta reciente fecha, para educarse y para hacerse de una posición económica estable. Esas dos inferioridades, que no le son imputables ni tienen que ver con sus aptitudes naturales, le hicieron menos apto para luchar contra las enfermedades. |
“Los chinos, traídos durante la colonia contratados para trabajar en los ingenios y campos de caña, se las han ingeniado para convertirse en explotadores de huertas y en comerciantes. Tranquilos y respetuosos de las leyes, pero aficionados al juego, no constituyen familia en Cuba, a no ser en raras ocasiones. Cuando reúnen cierto capital, venden o traspasan el negocio -frutería o bodega por lo general- a un paisano, y se marchan para su tierra. Como cinco mil chinos viven en La Habana.” |
Lección 49: Lo que nos dicen los monumentos de la capital |
Lección 51: Cómo educa la República a los habaneros, y cómo los educó la colonia |
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