Estimamos que la cocina cubana es parte de nuestra cultura y aunque hoy en día posiblemente esta receta no esté del todo de acuerdo con nuestros hábitos, sí es parte del como fue. La presentamos aquí no como receta de cocina, sino como parte de nuestro legado cultural. |
“Escójase una calabaza bien grande y de buena calidad. Córtesele por arriba lo suficiente para poderla ahuecar y que sirva como recipiente o ensaladera. Sáquele toda la masa con un cuchillo afilado, de manera que quede lo más hueca posible. Cocínese esta masa en poca agua con sal, sin que se ablande mucho. Escúrrase y déjese enfiar. Hiérvanse separadamente las zanahorias, habichuelas y papas cortadas en cuadritos. Cocínense las remolachas
enteras y sin pelar, hasta que se ablanden, las que serán también cortadas en la misma forma cuando se refresquen. Mézclese todo lo anterior con el apio y espárragos picaditos, añadiendo los petit-pois y suficiente mayonesa, hasta que se vea la mezcla suave. Sazónese con sal y pimienta a gusto, y rellénese con esta ensalada la calabaza. Con una espátula únteles por encima más mayonesa y, con adorno, colóquense seis espárragos, cuyas puntas deben reunirse en el centro para formar 6 triángulos, que se cubrirán alternando con petit-pois y las claras y yemas de los huevos duros, pasadas por un colador. Colóquese en el refrigerador durante varias horas. Esta calabaza serviría como el motivo típico para decorar la mesa del buffet, colocándola, en el centro, sobre una bandeja de madera, paja o cualquier otro material rústico, rodeada de hojas de calabaza y mazorcas de maíz seco, que tengan un fuerte color amarillo y que deberán conservar sus hojas, también secas.” |