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Historia de Cuba |
Tabacalera Cubana. S.A. |
Pág. 1: Descubrimiento de América |
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Mucho antes de que Colón desembarcara en Guanahaní, los normandos fueron efectuando, entre los siglos IX y XI, una serie de conquistas y descubrimientos que los acercaron cada vez más a América hasta permitirles establecerse en sus costas.
Pero estas colonias de los Vikingos languidecieron hasta desaparecer por completo, quedando solo su recuerdo en los viejos cronicones que conservaban las sagas de sus jefes.
Otras expediciones de vascos, gascones y venecianos, parecen también haber arribado a nuestras playas, pero los datos que dejaron son tan imprecisos, que no podemos afirmarlo con certeza. Sin embargo, el geógrafo americano William Backock, autor de la obra “Islas legendarias del Atlántico” (New York, 1922), pretende demostrar que la Gran Antilla fue descubierta en 1414 por un marino cuyo nombre se ha perdido; aduciendo en su favor que en todos los mapas de los geógrafos italianos del siglo XV se encuentran señaladas en dicho Océano, Cuba y Jamaica, y que la mayor de ellas, llamada Antillia, de figura rectangular, es Cuba. |
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A pesar de todo, la importancia de estos descubrimientos es muy relativa ya que ningún resultado práctico se obtuvo de ellos, debido principalmente a que Europa no se encontraba entonces en condiciones de aprovecharlos.
Mas el estado del Viejo Continente había variado en tiempos de Colón. El Renacimiento despertó un interés extraordinario hacia todo lo que significara estudio, preparando de este modo a los hombres, para comprender la importancia enorme del descubrimiento y su posible repercusión en las ciencias y las artes. Por otra parte, la organización feudal agonizaba, permitiendo la centralización del poder en la Corona, condición esta indispensable para poder llevar a cabo la colonización, que fue obra directa del poder real.
Si a esto añadimos que España por haber terminado las guerras de la Reconquista, que expulsó de su territorio la dominación sarracena, se encontraba materialmente con las manos libres y con un caudal enorme de energías que necesitaba emplear en alguna forma provechosa, comprenderemos el por que fue posible la labor gigantesca de poblar y civilizar un continente como América. |
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El marino genovés, Cristóbal Colon, nacido en 1451 y cuyo lugar de nacimiento se disputan hoy más de cincuenta ciudades, impresionado por la lectura de la Relación de Marco Polo y otras obras, se propuso atravesar el Océano para llegar a la India. Dio cuenta de su proyecto al Rey de Portugal y envió a su hermano Bartolomé a Inglaterra con igual propósito; pero no fueron atendidos.
Paso entonces a España y al dirigirse con su hijo al Convento de la Rábida a pedir pan y agua se encontró afortunadamente con el fraile Juan Pérez de Marchena, que había sido confesor de la Reina Isabel la Católica. Marchena se intereso por Colon y lo recomendó a la Reina, la cual lo acogió con la mayor bondad. |
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Don Fernando y Doña Isabel sometieron los proyectos de Colón a los teólogos del Convento de Dominicos de Salamanca, que después de largas discusiones pusieron diversos inconvenientes. Trato entonces Colón de dirigirse a Francia; pero enterada la Reina se dice que se decidió a vender sus joyas para levantar fondos y firmó el 17 de Abril de 1492 el asiento por el cual se nombraba a Colón Almirante y Virrey de las tierras que descubriera. |
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El 3 de Agosto de dicho año y con la bendición de Juan Pérez partió la pequeña flota compuesta de la Santa María, de 100 toneladas, la Pinta y la Niña, de 50 cada una, del puerto de Palos de Moguer con 120 hombres de tripulación. Colón mandaba la primera, Martín Alonso Pinzón la segunda y Vicente Yáñez Pinzón la tercera. Al mes de haber salido Colón de Canarias, comenzó la tripulación a manifestar su descontento llegando a amenazarlo para que regresase a España, y al fin se calmaron con la promesa que les hizo el Almirante de que divisarían tierra a los tres días como así sucedió. |
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A las dos de la madrugada del 12 de Octubre de 1492, un cañonazo de la Pinta dio la señal de tierra que acababa de ver el marinero Rodrigo de Triana; habían llegado a una isla de las Bahamas, llamada Guanahaní, que Colón nombró San Salvador. |
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Desde allí el Almirante sigue viaje al Sur descubriendo a Santa María de la Concepción, a Fernandina y a la Isabela, hasta que bajando aun más, llego al anochecer del sábado 27 de Octubre de ese año ante las costas cubanas y tan maravillado quedo al contemplarlas que dijo: “Es la tierra más fermosa que ojos humanos vieron”. |
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