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Las Postalitas Cubanas |
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Las famosas postalitas fueron gran parte del entretenimiento de la juventud cubana. A simple vista sólo parecían postalitas, pero ahora que no existen, mirándolas desde una perspectiva más amplia, de juego no tenían nada. Un mundo maravilloso donde tal vez se aprendiera una cosita o dos, o al menos, un rato de distracción. Sin lugar a dudas, las postalitas fueron gran parte de la cultura juvenil cubana. |
Ya en las décadas de 1940 hasta principios de 1960, casi siempre había una serie de postalitas a la venta. El tema usualmente estaba relacionado con algún programa de radio, después de televisión, siendo los temas tan variados a como la imaginación permite. Algunas series tenían cierto valor educacional, otras, la verdad que no. Sin embargo, todas eran fascinantes porque no sólo se coleccionaban, también se intercambiaban y sobre todo, servían para jugar a las postalitas. |
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Por lo general cada serie tenía un álbum y las postalitas, aunque nos parece recordar algunas series que no tuvieron álbum, pero bueno. Muy similar a los cromos europeos, que también se vendieron en Cuba, excepto que en el caso de los cromos se compraba el álbum y los cromos en un paquete, todo junto. En las postalitas el álbum se compraba por sí solo, y las postalitas se vendían en pequeños sobrecitos que contenían unas cinco postalitas cada uno. |
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Cada serie consistía de una cantidad de postalitas determinada. Cada postal, de papel o cartulina, tenía una imagen relacionada con el tema de la serie; podían ser dibujos o fotos. En algunas series las postalitas sólo tenía en común el tema general de la serie, como en el caso del Zoológico donde son presentadas especies de animales sin tener gran relación con la especie de la postalita anterior o siguiente. En otras series las postalitas mantenían una secuencia, digamos el desarrollo de una aventura. Lo importante es que todas las postalitas estaban enumeradas y de tal forma tenían un valor relativo en la serie. |
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Entonces salían a la venta en grupos. Digamos, en una serie de doscientas postalitas, unos treinta números salían primero. No tenían que ser los números más bajos, ni tampoco seguidos. Después salía otro grupo similar y así hasta que eventualmente todas llegaban a poder tenerse. |
Había veces que desde que salía el primer grupo a que el último grupo viera el mercado pasaban meses. Mientras tanto los muchachos se pasaban el tiempo tratando de coleccionar todos los números que ya estaban disponibles y pegar las postalitas en el álbum, si es que el álbum ya estaba a la venta. Las repetidas se intercambiaban, pero lo más normal era que se usaran para jugar a las postalitas. Algo así como jugar a las cartas, sólo que se apostaban las mismas postalitas. |
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Claro, las casas editoriales que hacían y distribuían las postalitas no podían perder mucho tiempo. Se dieron los casos en que salieron otras series a mediados de la serie corriente y los jóvenes, que nunca han tenido mucha paciencia y siempre les gustaba estar en la última, perdían el interés por la serie vieja y le dedicaban su tiempo y kilos (centavos) a la nueva. |
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Pero las postalitas cubanas tienen mayor trascendencia. A principios del siglo XX a una casa de cigarrillos, los cigarrillos Susini, se le ocurrió poner una postalita dentro de cada cajetilla. Como es de esperar, se empezaron a coleccionar. La casa Susini también editó álbumes donde pegar tales postalitas. Como vemos en los álbumes, al principio no tenían mucha coherencia, siendo el tema de la serie no bien definido del todo. Poco después editaron al menos dos series que son verdaderas obras de arte; no sólo por su valor artístico, que es excelente, sino por la información que proveen tanto las imágenes como el texto en el álbum. |
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También hemos logrado encontrar un álbum de postalitas, Vida de Napoleón, muy similar a los de Susini, pero indica ser de los cigarros Gener. No sabemos si Susini y Gener estaban relacionados, pero aparentemente la idea tuvo serios resultados. |
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Esperamos que este pequeño detalle de la cultura cubana, que tanto educó y entretuvo sanamente a la juventud cubana le sea de tanto agrado como lo fue y continúa siendo para nosotros. |
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