Guije.com Isla de Pinos en la Guía Provincial de La Habana de 1944, Habana, Cuba

Isla de Pinos en la Guía Provincial de La Habana de 1944

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Apuntes Históricos
del Término Municipal de Isla de Pinos
Guía Provincial de La Habana
Municipio de Isla de Pinos
Ciudades, Pueblos y Lugares de Cuba

Isla de Pinos en la “Guía Provincial de La Habana”:
Editado en 1944

Tratamos de mantener el formato original de esta obra. Presentamos el texto lo más fiel posible a como aparece en el libro, efectuando menores actualizaciones en la acentuación y ortografía. Hemos suprimido algunas imágenes debido a que ya nuestra copia no las presenta lo suficiente definidas para poder reproducirlas.


“Apuntes Históricos del Término Municipal de Isla de Pinos”

“La Isla de Pinos se encuentra al Sur de la parte occidental de la Isla de Cuba, y forma parte del Archipiélago de los Canarreos, siendo la mayor y más importante de las islas que rodean a la de Cuba. Está situada al Sur-franco de la ciudad de La Habana, en su mismo meridiano; frente y directamente al Sur también de Batabanó en la costa meridional de la Provincia de La Habana, de la cual forma parte como uno de sus 26 Términos Municipales. Dista del Surgidero de Batabanó, puerto de enlace de la comunicación terrestre y marítima de la ciudad de La Habana con dicha Isla, unos 94 kilómetros.


“Descubierta por Colón en su segundo viaje, el día 15 de junio del año 1494, la Isla de Pinos no fue tenida en cuenta por más de un siglo por los gobernantes españoles de Cuba. En sus cálculos especulativos, ni en los relativos a la protección y defensa de la propia Isla de Cuba, entró por mucho tiempo el territorio de aquella isla estratégica situada en la boca del Golfo de Matamanó.


“En el año 1627 fue mercedada al Capitán Don Hernando de Pedroso. Muerto este en 1632, pasó por vía de sucesión a sus causa habientes, hasta quedar consolidada la propiedad total de la isla, en los comienzos del siglo XVIII, en manos de Don Manuel Duarte y Acosta, quien había casado con Doña Inés, nieta del Capitán Don Hernando de Pedroso. Don Nicolás Duarte y Acosta, uno de los hijos de Don Manuel, era Administrador Encargado de la Isla en el año 1740. Ya en 1728, todo el territorio había sido repartido en 7 Hatos y 25 Haciendas a los sucesores de Don Manuel Duarte y Acosta.


“Don Francisco Javier Duarte, uno de los siete hijos de Don Nicolás Duarte, fue nombrado en 1763 por Don Ambrosio Funes de Villalpando, Conde de Ricla y a la sazón Capitán General de Cuba, Gobernador de la Isla de Pinos, quien por sus muchas ocupaciones renunció el elevado cargo, siendo designado al efecto su hijo Don Domingo. Tanto Don Francisco Javier como Don Domingo, apoyados por el Conde de Ricla, trataron de colonizar la Isla, propósito frustrado por el regreso del Conde a España en el año 1765.


“La Isla de Pinos poseía en aquellos tiempos bastante ganado vacuno. Tal lo revela, el hecho de haber dispuesto el Capitán General Don Felipe de Fonsdeviela en el año 1773, que dicha Isla contribuyera con algún ganado para el abasto de La Habana.


“Don Francisco Javier Duarte no desmayó en su propósito de poblar la Isla. El 15 de Julio de 1773 se dirigió al Rey de España, invocando su condición de haber sido el Primer Gobernador de la Isla, al objeto de que se le diera autorización para fundar una población con su iglesia correspondiente. El Capitán General de Cuba no dio curso a la referida solicitud. Temía, que al ser poblada la Isla, fuese motivo de ataques por los corsarios y piratas que infestaban estos mares. Tampoco el Obispo de La Habana accedió a la construcción del templo, por haberse opuesto el párroco de Quivicán, a cuya parroquia correspondía la feligresía de Isla de Pinos. Don Domingo Duarte, defraudado también en sus propósitos de fundar una población, renunció en el año 1785, siendo nombrado para sucederle otro miembro de la familia: Don Andrés Acosta y Duarte.


“El 10 de Diciembre de 1787, el Capitán de Fragata Don Julián Terry y Lacy, autorizado para reconocer y estudiar geográficamente la Isla, presentó un documentado y voluminoso informe al Capitán General Bassocourt. Comprobó entre otras cosas el Capitán Terry, que la población existente era de 300 habitantes, y, que los pinos de la Isla podían utilizarse para brea o alquitrán, aprovechándose este último dato para la construcción de algunos barcos.


“En aquellos remotos tiempos, los habitantes de Isla de Pinos se ocupaban de la salazón de ganado vacuno, y realizaban su comercio con Batabanó.


“Un hecho singular dio motivo a que al fin el Gobierno de España se decidiera a poblar la Isla y guarnecerla. En 1822 Pepe el Mallorquín, un valeroso y atrevido aventurero, acompañado de algunos individuos de su misma calaña, en su goleta llamada "La Barca", desembarcó y se hizo dueño de la Isla. Su fondeadero fue el río Mal País, afluente del Santa Fe, de donde salía constantemente a cometer todo género de depredaciones en su recorrido por el Mar del Sur.


“Perseguido en una de sus salidas por dos goletas inglesas, fue obligado a refugiarse en su fondeadero. Al no poder atravesar la barra, los ingleses destacaron dos botes armados bajo las órdenes de un oficial, y fue destrozada en su guarida la mayor parte de la banda. El resto, con Pepe el Mallorquín a la cabeza, se internó tierra adentro. Los ingleses, autorizados por el Capitán General de Cuba, desembarcaron 100 hombres en la isla, y después de una lucha tenaz y sangrienta, lograron al cabo de un año, llevarse la cabeza de Pepe el Mallorquín, quien murió al reventársele el trabuco en el último encuentro.


“Inglaterra aprovechó estos acontecimientos, para advertir a España su deber de fortificar la Isla, con la alternativa de abandonarla para que la Gran Bretaña la pusiera bajo su soberanía y la fortificara. Apremiado así, el Gobierno Español ordenó en 1826 al Capitán General Vives, tomar las providencias para fortificar y guarnecer Isla de Pinos. Al efecto, comisionó al Teniente Coronel de Artillería Don Clemente Delgado para que estudiara la Isla militar y geográficamente; la naturaleza de sus tierras, producción, etc. Una vez presentado su documentado y bien detallado informe, fue destacado en la Isla en calidad de Comandante Militar, arribando nuevamente a ella con un destacamento de 14 hombres de tropa, doce presidiarios, y un Teniente cíe Caballería como Ayundante, con instrucciones de situarse en el punto de más fácil comunicación con Batabanó.


“Don Clemente se dirigió inmediatamente a un poblado fundado por Don Andrés Acosta, cerca del Hato de Santa Fe, a 2 y media leguas del embarcadero, siguiendo a la Sierra de Casas donde residía Don Andrés, con quien obtuvo, después de varias entrevistas, que le donara al Estado una legua cuadrada de terreno para fundar una población, con la condición de que los donatarios de los solares que habrían de repartirse, fabricaran sus viviendas dentro del término de un año. Levantados los planos por el propio Don Clemente, comenzó a fundarse lo que es hoy Nueva Gerona, nombre éste dado a la naciente población en recuerdo de la plaza de Cataluña en cuya heroica defensa tomó parte el General Vives en la Guerra de Independencia.


“La Real Hacienda compró a Don Juan Nepomuceno Duarte la Hacienda "La Merced" de 5 leguas cuadradas de superficie, limítrofe con los terrenos cedidos por Don Andrés Acosta, y comenzó el amplio desarrollo de la Colonia, la cual fue denominada al levantarse el Acta de Colonización, el 17 de Diciembre de 1830, "Colonia de la Reina Amelia", en honor a la tercera esposa de Fernando VII.


“Una compañía de guarnición fija, y algunos presidiarios fue el primer núcleo de población. En el año 1847 se erigió una ermita bajo la advocación de Nuestra Señora de los Dolores; se crearon dos escuelas de primeras letras, y se construyeron una galera para presidiarios, un cuartel para las fuerzas de la guarnición, un Hospital Civil y Militar, y se estableció una Administración de Rentas subalterna.


“Las aguas termales de Santa Fe, y lo ventajoso del clima para cierto genero de enfermedades, atrajeron a la Isla numerosas familias pudientes de La Habana, acrecentándose la población con la residencia fija de muchas de estas familias, y el establecimiento de hoteles para residencia de los temporadistas.


“En el año 1864, según el Censo de aquella época, tenía la Isla una población de 2,067 habitantes, siendo creado el Ayuntamiento el 14 de Agosto de 1874, segregándose los terrenos del nuevo Término Municipal que abarca toda la Isla y los cayos adyacentes, del Término de Bejucal. El Ayuntamiento fue constituido, el día 19 de Agosto del mismo año.


“Por resolución del Ayuntamiento del 2 de Noviembre de 1908, quedó el Término de Isla de Pinos dividido en los siguientes barrios: Nueva Gerona, Sierra de Casas, Sierra de Caballos, Cuchilla Alta, Punta del Este y Santa Fe. La Cabecera es el pueblo de Nueva Gerona, situada a 3/4 de legua de la desembocadura del río Casas, entre las montañas Caballos y Casas. También es Cabecera Judicial.


“La gran Ciénaga de Siguanea divide esta isla en dos porciones de disímiles peculiaridades, unidas por el Istmo de Cayo Piedra de una garganta de aproximadamente 1 kilómetro de ancho. La porción septentrional ofrece alternativamente extensas llanuras y elevaciones de relativa importancia culminando entre ellas la Sierra de la Cañada, y completando su sistema orográfico, la Sierra Daguilla, de forma cónica y de cuya cima se abarca todo el panorama de la Isla; Sierras de Casas y Caballos, con sus montañas de mármoles exquisitos entre las cuales está enclavada Nueva Gerona, y la Sierra de los Cristales, en cuyas faldas se encuentra cristal de roca. Está esta porción norte fertilizada por los ríos, Las Nuevas, que nace en los cerros de Natividad, el de mayor caudal, navegable por barcos de poco calado; Sierra de Casas, con 117 metros de ancho en la boca, y 33 frente a Nueva Gerona; Santa Fe, que nace en la Sabana Daguilla, con sus afluentes los arroyos Piedras Azules y Frijoles; Los Indios, y una infinidad de riachuelos y pequeños arroyos. Los terrenos son de muy buena calidad, enriqueciéndose constantemente su capa vegetal con el rico lino que deposita el arrastre de las aguas.


“La porción de la Isla situada al Sur de la Ciénaga de Siguanea es una vasta llanura interrumpida a trechos por elevaciones de poca consideración de las cuales nacen numerosas corrientes. Existen en ella espesos bosques de madera de construcción: pinos, cedros, júcaros, ácaras, sabinas, etc.; pero la mayor extensión, la más meridional, es una llanura árida pedregosa.


“La Colonia Americana, dueña de una gran extensión del territorio de la Isla, contribuye poderosamente a su fomento y desarrollo. Muchas fincas rústicas han sido fomentadas por los colonos americanos, y algunos importantes caseríos, siendo de especial mención entre estos últimos, los de Mc Kinley, Corral, Santa Fe, Columbia, Júcaro y Cunagua.


“Los caminos públicos del Término Municipal de Isla de Pinos son construidos por el Estado. Existen las carreteras, de Nueva Gerona a Mc Kinley, pasando por Corral, con un recorrido de 12 kilómetros; de Nueva Gerona a Santa Fe, 18 kilómetros; de Júcaro a Santa Fe, 8 kilómetros; de Columbia a la carretera de Nueva Gerona a Santa Fe, 11 kilómetros; de Santa Fe a La Ceiba, 6 kilómetros. De Júcaro a Columbia, de Santa Fe a Cubagua, y de Nueva Gerona al Presidio Modelo, son distancias cortas.


“La Isla de Pinos es una bella y rica porción territorial de la República de Cuba. Posee paisajes encantadores y amenos y primorosos valles enclavados entre las faldas de los macizos montañosos que forman el sistema orográfico del territorio; magníficas estaciones de aguas medicinales, y un clima saludable que la convierte en un interesante y agradable lugar de distracción y de descanso.”





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Última Revisión: 1 de Julio del 2008
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