Estimamos que la cocina cubana es parte de nuestra cultura y aunque hoy en día posiblemente esta receta no esté del todo de acuerdo con nuestros hábitos, sí es parte del como fue. La presentamos aquí no como receta de cocina, sino como parte de nuestro legado cultural. |
“Sáqueseles el cristal a las langostas vivas. Sepárese la cola del carapacho y quíteseles las masas así crudas, cortándolas en pedacitos. Hiérvase aparte las colas para que adquieran color rojo. En el aceite caliente hágase un sofrito con las cebollas, ajíes picados finamente y los tomates sin semillas y molidos. Después de un rato se les agrega el puré de tomates y las masas de langosta, dejándose que esto cocine durante unos minutos para añadirle entonces el vino blanco, el Jerez, el vinagre, la sal y la pimienta. Tápese y cocínese a fuego lento hasta que ablande la langosta y quede en una salsa espesa. Momentos antes de servirse se le agrega el coñac, que se flamea vertiéndolo sobre un recipiente de metal y prendiéndole un fósforo. Se presenta, este plato rellenando las colas de langosta y adornando la fuente con perejil picadito y ruedas de limón.” |