Parecen sencillas, y tal vez lo sean, pero no conocemos mansión o palacio tan acogedor como cualquiera de estas casitas cubanas. Y lo primero que resalta en las conversaciones con las cubanas es el piso, frío y sabroso como ningún otro para los días calurosos de vez en cuando soltar los zapatos.

No sabemos exactamente donde fueron estas fotos. En realidad no creemos que eso sea tan imprescindible porque si mal no recordamos, en toda Cuba las encontramos como flores silvestres adornando los paisajes.

Es un anhelo nuestro algún día poder pasarnos unos días en una de estas casitas u otra similar. ¿Locos? ¡Tal vez!

El verdadero problema será, si es que nuestro anhelo se cumple, podernos marchar.

Porque ya sucedió una vez. Por tres días estuvimos en una muy parecida a éstas y mire usted si son agradables que los consideramos entre los días más felices que hemos vivido.

Claro, también las hay de construcción más elaborada y de sencillas no tienen nada. Pero una cosa sí le aseguramos, casitas o casonas, todas son cubanas.