Nos cuentan, buenos amigos oriundos de Matanzas, que en los alrededores de esta ermita se celebraban verbenas. Todo el pueblo de Matanzas, hasta los cojos, subían en esas ocasiones festivas para en aquellas alturas compartir momentos inolvidables. En tiempos que sólo los abuelos recuerdan, de cuando ellos eran niños, la alegría era contagiosa; se cantaba, se bailaba y las familias llevaban sus canastas llenas de deliciosos platos sin faltar las golosinas. Unos en coches y otros a pie, las mujeres luciendo sus trajes catalanes y otras con mantillas y peinetas, todos acudían a la celebración a las verbenas de la Ermita de Montserrat. |