Realmente fue el puerto la razón que se seleccionara esta localidad cuando se fundó el pueblo de Cárdenas en 1828. A pesar que los terrenos de la zona eran de poca elevación y cenagosos, era el mejor lugar donde embarcar las cosechas de las fincas de toda la región. El tiempo demostró el acierto de la localidad y Cárdenas prosperó, en parte gracias a su puerto, hasta llegar a ser una ciudad de considerable tamaño e importancia en Cuba.

A mediados del siglo XIX ya se había instalado la Compañía de Ferrocarril de Cárdenas. Uniendo de esta forma el transporte terrestre al marítimo. Por consecuente el comercio de toda la provincia de Matanzas, y parte de Las Villas, llegó alcanzar niveles internacionales aun antes del siglo XX. En realidad desde 1844 se puso en práctica tal comercio al ser el puerto de Cárdenas permitido “comerciar con todas las banderas”. Con la ayuda de las vías del ferrocarril aquello llegó alcanzar grandes proporciones.

El puerto se encuentra al norte de la ciudad, en la bahía hoy llamada de Cárdenas y antes referida por de Siguanea. En esta bahía hay una considerable cantidad de cayos. Entre otros: el Cayo Piedras al norte de la península de Hicacos y distinguido por su faro de 1856; Cayo Mono al norte de Cayo Piedras y también con faro; Cayo Diana ya dentro de la ensenada y con un faro de 15 metros de altura; Cayo Cruz del Padre al extremo noreste de la bahía y con faro; Copey dentro de la ensenada y no muy lejos de la ciudad de Cárdenas; Siguapa muy cerca a la costa en la base de la península de Hicacos y el barrio de Siguapa; y otros. La bahía tiene una longitud de unos 14 kilómetros; al noroeste la limita la península de Hicacos; al este la separa de la bahía de Santa Clara el Cayo de las Cinco Leguas; y al norte la protegen numeroso cayos, entre los más grandes se incluyen el Cayo Blanco y el Cayo Cruz del Padre.