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Inconsciente Personal en «Nueva Psicología» por Jorge Thenon y J. Marín


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Nueva Psicología


Inconsciente Personal
Nueva Psicología
por Jorge Thenon y J. Marín

“Inconsciente Personal” en “Nueva Psicología” por Jorge Thenon y J. Marín editado en 1931 en La Habana, Cuba. Tratamos de mantener el formato original. Presentamos el texto lo más fiel posible a como aparece en el libro, efectuando menores actualizaciones en la acentuación y ortografía.


“Nosotros damos el nombre de inconsciente personal a aquel lugar de nuestro psiquis profundo en donde van acumulándose -a veces indefinidamente todas las impresiones, deseos, estímulos, aspiraciones, etc., que en el momento de su concerción o a la hora de su realización no pueden lograrlo- por cirunstancias de lugar, oportunidad, correcciones sociales u otras razones ajenas a nuestros deseos del momento.


“Es fácil comprobar -de acuerdo con la psicología clásica- que el hombre actúa en su vida dirigido por los mecanismos mentales que ordena la conciencia despierta; esta prepara y distribuye oportunamente los mecanismos mentales correspondiente al acto de vestirse, realizar un trabajo manual, leen un libro, etc., obra durante todo el tiempo que el sujeto está en estado de vigilia y regula de tal manera, sus acciones que ella de por sí es la determinante del estado de cordura o salud mental de los hombres.


“El inconsciente personal podemos suponerlo rodeando y envolviendo a la conciencia despierta, la envuelve y está como penetrando dentro de ella, su capacidad de recepción es mayor que el de la con ciencia; generalmente conserva en estado latente una enorme cantidad de energía que puede poner a contribución de la conciencia cuando esta, ante un estímulo poderoso de los instintos, así lo exige.


“Muchos héroes le deben su fama a esa energía acumulada en el inconsciente personal, durante ciertos hechos de armas o como consecuencias de las privaciones de la campaña, su instinto de conservación fue estimulando en un cierto sentido egoísta, y más tarde ante un inminente peligro -por el miedo al que dirán de los compañeros- o por circunstancias variadísimas que tienen su asiento en el concepto de la propia personalidad, se lanzan al peligro en un estado de enardecimiento que ha hecho decir a muchos pensadores que el valor temerario es fruto de una normalidad más bien que de un estado permanente de la individualidad.


“Si nosotros tuviéramos en armonía nuestro inconsciente personal por la conciencia despierta habría continuamente un libre y normal cambio de impresiones psíquicas, una fácil entrada y salida de energía, un acuerdo espiritual entre esas dos capacidades del alma humana tan beneficiosa y útil para el que la disfrutara, que el hombre sería extraordinariamente más superior, más apto y eficaz en su labor diaria de tal modo maravilloso y simplificada que nadie se ocuparía por un otro lugar de felicidad porque la mayor cantidad de paraíso imaginable por la conciencia sería obtenido en este mundo sin grandes sacrificios ni violencias y las gentes al obtener el equilibrio entre todas sus potencias interiores -que son sus verdaderos enemigos cuando están en pugna- viviría tranquila, sin preocupaciones inútiles, fuente de la mayoría de nuestras miserias y desdichas.


“Podemos suponer al inconsciente personal como lo indica el dibujo rodeando a la conciencia despierta, por ésta nos ponemos en comunicación con el mundo exterior y de ella van al inconsciente personal todos aquellos deseos, intenciones y aspiraciones que por las circunstancias apuntadas anteriormente no podemos llevar a una realización.


“Continuamente nuestra mente está aspirando y el corazón sintiendo a su manera e interpretando caprichosamente los problemas del afecto y la personalidad, estamos enviando en esa misma proporción al inconsciente personal complicaciones y más complicaciones porque ya hemos dicho que los deseos reprimidos y las aspiracíones no satisfechas que van al inconsciente no han de tener allí una realización; se acumulan, se repliegan y mezclan unas con otras, giran en torno de esos conglomerados de energía que estaban latentes y pugnan por salir en cualquier oportunidad, hacen el mismo efecto de cuerpos extraños y su permanencia agota la energía personal inutilizando en más de la mitad la eficiencia individual.


El inconsciente personal en «Nueva Psicología» por Jorge Thenon y J. Marín editado en 1931 en La Habana, Cuba.

“Cada persona está mandando a su inconsciente personal mandatos y disposiciones que no pueden tener una satisfacción inmediata desde la edad de cuatro años de acuerdo con la educación y el medio de la vida, el hombre llega a los veinticinco con el inconsciente personal más o menos abarrotado de esas complicaciones aniquiladoras a las que los analistas llamamos Complejos.


“El mundo exige al hombre el máximum de su esfuerzo para el que agota toda su energía, la preparación que se recibe tiende a librarnos de la miseria, el problema del hombre moderno es de capacidad para ganar dinero y no se ocupa del cultivo de su personalidad interior, de esa que no necesita trajes de m o da ni grita, ni se exhibe pero que es la verdadera dueña de nosotros porque la felicidad verdadera, la tranquilidad de espíritu depende de la armonía interior, del conocimiento de nuestra íntima personalidad.


“Esos complejos del inconsciente personal perturban y causan ese sentimiento de infelicidad y tristeza que nos asalta continuamente, a veces en las horas que debiéramos ser más felices nos imaginamos satisfechos porque el mundo nos aplaude y sin embargo hay un peso agobiador, una, presión sobre el pecho una voz interior que quisiera gritar muy alto, suspiros de liberación... es la voz del inconsciente personal perturbado y repleto de Complejos.


“Hay una falsa personalidad atrás de nuestra conciencia, una individualidad que se compone de temores, angustias, miedos inconcebibles, sentimientos inconfesables, que no sabemos razonar ni averiguamos de dónde vienen, sobresaltos que encadena nuestra íntima personalidad y a la cual nuestra ignorancia pretende ponerle un freno con los medios aparatosos de la ostentación o razonando contra las calamidades del exterior, pero pocas veces buscando en nuestro interior las verdaderas razones de nuestras inquietudes.


“Si representamos, en el círculo exterior de que nos valemos pura dar una idea más clara del inconsciente personal, por líneas de fuerza de la preocupación. -esos deseos y reprensiones que se acumulan en el inconsciente personal; podemos suponer sin temor a equivocarnos que en cualquiera de las personas que creemos normales (nosotros mismos) que no hemos tenido la oportunidad de analizarnos es inconsciente personal se encontrará aun más cargado de Complejos que pequeñas líneas contiene el dibujo.


“Si tan llenos de inquietudes están los hombres de apariencia exterior normal: en qué condiciones no vivirán los individuos que padecen tics, manías, aprensivos, melancólicos, etc.?


“Si todos los hombres tuvieran en armonía su inconsciente personal con su conciencia despierta, otro sería el modo de ver las cosas y enfocaríamos con más acierto los problemas de la felicidad y nuestra propia personalidad,, los temores y preocupaciones, ocuparían la menor cantidad de nuestro pensamiento, de lo contrario a como nos sucede actualmente.


“Pero el hombre moderno se ocupa de todo... menos de su personalidad y sin que se de cuenta su psiquis lo domina, lo esclaviza y -rico o pobre- aleja cada día más las posibilidades de un verdadero triunfo permanente.


“Hemos hablado de la influencia directa -a veces inexplicable- que el inconsciente personal ejerce sobre nuestra vida; el está acumulando y perturbando continuamente la mayor parte de nuestras mejores empresas, su arreglo, es decir: buscar la armonía entre ese inconsciente personal perturbado y nuestra conciencia despierta para que de ella surja un estado de tranquilidad intima normal; es lo que procura el psicoanálisis y en la mayoría de los casos lo obtiene.


“Hay además del inconsciente personal otra zona que podemos supener por fuera de él, ocupa las capas más profundas de nuestro psiquismo, allí se albergan las ideas y sentimientos comunes a todos lo hombres de todos los pueblos y en todas las edades referentes a la dignidades, a los dioses y demonios al bien en su origen y al mal, le llamamos a esa zona del inconsciente Ancestral o Colectivo. Ancestral porque en él parece que llegamos a encontrar lo que haya de herencia psíquica, colectivo porque lo descubrimos en todos los hombres.


“En el próximo trabajo hablaremos del inconsciente ancestral y de su influencia en nuestra vida cotidiana.”


El inconsciente personal en «Nueva Psicología».





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Última Revisión: 1 de Octubre del 2005
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