Caney es la ciudad cabecera del término municipal por su propio nombre en la provincia de Oriente, Cuba.

Antiguamente llamado San Luis del Caney. Fue fundado por la raza aborigen según unos y en los primeros días de la colonia según otros. Su nombre actual es el de su primitivo origen. Su ayuntamiento fue creado en 1629 y desde entonces ha seguido sin interrupción. En 1812 al crearse por ley de la monarquía española los ayuntamientos constitucionales se reorganizó. En ese mismo año, con el objeto de reconcentrar a los indios que no tuviesen albergue el rey les mercedó, para ellos y sus descendientes, los terrenos conocidos por Comunidad India del Caney. En 1849 la Junta Superior de Hacienda informó falsamente a la corte que la raza india se había extinguido y el Estado volvió a incautarse de dichas tierras, sin que surtiesen efecto las protestas justas del pueblo, que murieron en el despacho del gobernador.

La primera iglesia se construyó en 1702. A este pueblo, desde tiempo inmemorial, acudían a tomar baños de los ríos Jagüey y Magiel, que surten al pueblo de aguas potables, muchos habitantes de Santiago y los mismos gobernadores de esa ciudad residían en San Luis del Caney gran parte del año. No obstante su ventajosa y excelente situación topográfica, la suavidad de su clima, lo sano de sus aires, la pureza de sus aguas, la facilidad de comunicaciones que en todo tiempo hubo, el Caney no progresó lo que era de esperar y desear. En 1858 sus habitantes eran 565 de todas clases. El Caney, tan próximo a la ciudad de Santiago de Cuba, fue un testimonio vivo y eterno de la raza autóctona.