Estas son las postalitas cubanas de la 71 a la 105 en la serie Kazán El Cazador, Amo de la Selva, vendida en Cuba en la década de los 1950.

71. Varios enemigos se acercan. Les es imposible apoderarse de Kazán y se resignan con secuestrar a Mary por la que obtendrán una magnífica recompensa.

72. La muchacha es secuestrada silenciosamente.

73. Pero un hombre no duerme, ese hombre es Kazán, quien ve huir a los secuestradores.

74. Kazán dispara contra los enemigos. Sus amigos le secundan y los ponen en fuga.

75. Pero uno de los enemigos, sabiéndose mortalmente herido, trata de ultimar a Mary.

76. Roberto lo impide con certero disparo.

77. Vámonos de aquí. Los disparos deben de haber sido oídos por nuestros perseguidores y pronto llegaran a este lugar, dice Kazán.

78. Y de nuevo emprenden la marcha por la margen del río; el cansancio y el sueño apenas si les permite mantenerse en pie.

79. Kazán no se equivocaba. Horas más tarde eran atacados por fuerzas muy numerosas.

80. Corrieron todos bajo una lluvia de balas por la orilla del río hacia el lugar donde había varias balsas de pescadores amarradas a la orilla.

81. Luego de subir a las balsas, se alejan a toda prisa de la orilla.

82. Margaret, Peter y sus secuaces disparan inutilmente contra sus enemigos; ya es imposible alcanzarlos.

83. Un nativo informa a Margaret que si cortan camino por la colina podran alcanzar a los fugitivos en la Gran Curva del río.

84. Margaret y sus hombres parten de nuevo, en el corazón de la perversa mujer hay un propósito inquebrantable: dar muerte a Kazán y Mary.

85. Llegan un rato más tarde a la Gran Curva y allí toman posiciones.

86. Era ya completamente de día, cuando el nativo señaló hacia el centro del río.

87. Por el centro del río, al alcance de las ametralladoras avanzaban las balsas.

88. Fuego -grita Margaret-. Y las ametralladoras empiezan a vomitar cientos de balas.

89. Kazán no pierde la cabeza ante el inesperado ataque y ordena que todas las balsas vayan hacia la otra orilla.

90. Mientras los fugitivos trataban desesperadamente de alcanzar la otra orilla, enormes cocodrilos se acercan esperando darse un festín.

91. La balsa en que viajan Kazán y sus amigos se vuelca y los cocodrilos se acercan.

92. Todos nadan desesperadamente hacia la orilla seguidos por los cocodrilos.

93. Desde las otras balsas los hombres dirigidos por Otto e Inongo disparan contra los cocodrilos en un desesperado esfuerzo para salvar a sus amigos.

94. Un enorme cocodrilo está a punto de atrapar a Kazán.

95. Otto dispara contra el cocodrilo.

96. Y lo mata.

97. Todos llegan a la orilla. Están salvados por el momento. Es entonces cuando Kazán hace un descubrimiento que le hiela la sangre en las venas.

98. Roberto tiene una grave herida en el pecho.

99. El amo de la selva y Otto Von Dickson le curan rápidamente.

100. Minutos más tarde todos parten de nuevo. Dos nativos llevan la improvisada camilla en que descansa Roberto.

101. Los tambores continúan resonando enloquecidos, trasmitiendo un mensaje. Ahora Margaret ofrece una recompensa fabulosa por la captura de los fugitivos.

102. Como el estado de Roberto se agrava, Kazán decide descansar en algún lugar seguro.

103. Inongo le informa que a tres kilómetros hay unas ruinas abandonadas que los nativos no se atreven a visitar porque las creen hechizadas.

104. Todos se instalan un rato más tarde en las ruinas. Kazán que está casi convencido de que Roberto es su hermano, le exige a Otto la verdad.

105. Luego de grandes vacilaciones, Otto dice: Sí su apellido es Rawlison, Roberto es su hermano. Rawlison es mi apellido, responde Kazán.