Antiguamente existía otra iglesia de Jesús del Monte que se encontraba al comienzo de la plazoleta. Esa iglesia se construyó en 1695 y fue la que tomó parte en las Tres Sediciones de los Vegueros. En 1870 se edificó el actual templo en el terreno ocupado por el cementerio que la iglesia antigua tenía en su parte posterior. Tenemos entendido que el nombre de la loma donde está la iglesia es San Juan del Bosque.

A principios del siglo XVIII el tabaco de Cuba era más deseado que los cultivados en otras partes de las Américas. La demanda era alta y las ganancias también, y aquellos con ventajas económicas y políticas, llegando hasta el rey, trataron de monopolizar el costo y embargo de la valiosa cosecha. Tal acción perjudicaba seriamente a los vegueros que en su gran mayoría eran gente sencilla y muy pobre pero gran parte de ellos estaban integrados a la milicia.

La Primera Sedición de los Vegueros: Tomó efecto el 21 de agosto de 1717 cuando los vegueros procedentes de Guanabacoa, San Miguel del Padrón, Santiago de las Vegas, Bejucal y otros lugares limítrofes rodearon la antigua de Jesús del Monte. En total eran de cuatrocientos a quinientos hombres, y esperaban la llegada de más. Muchos a caballo y todos portando armas blancas, algunos traían arcabuces, mosquetes y pistolas.

Se trató de apaciguar la situación, interviniendo la iglesia, pero los vegueros marcharon hacia La Habana y se acamparon en la Plaza de San Francisco, frente a donde celebraba el Cabildo sus sesiones, dando gritos de ¡Viva Felipe V! ¡Muera el mal gobierno; que nos gobierne el cabo subalterno! Las demandas fueron concedidas.

La Segunda Sedición de los Vegueros: Por un tiempo Cuba estuvo tranquila hasta el 14 de junio de 1720 cuando estalló la protesta a los precios fijados y el pago a plazo. Un grupo de sublevados, que sobrepasaba los doscientos, recorrió el partido de Santiago de las Vegas y alrededores de Guanabacoa quemando las casas y cosechas de nueve vecinos inclinados a aceptar las nuevas propuestas.

El gobierno estaba mejor preparado militarmente, la Muralla de La Habana había sido mejor fortificada y el gobernador se sintió seguro para arrestar doce personas involucradas en aquellos acontecimientos. Los sublevados se enfadaron con los arrestos y se congregaron nuevamente en Jesús del Monte e impidieron que La Habana se surtiera de agua y alimentos. El gobierno se preparó para salir de la ciudad a hacerles frente. El obispo fracasó en sus mediaciones. Afortunadamente José Bayona y Chacón, rico hacendado de Guanabacoa, intervino y se logró que aquello terminara sin derramamiento de sangre. No hubo concesiones.

La Tercera Sedición de los Vegueros: Ya no eran los precios fijados y el pago con mercancías y a plazo, sino la sobre producción. Durante la primera semana de febrero de 1723 los vegueros de Guanabacoa, San Miguel del Padrón y Jesús del Monte, formando grupos como de hasta trescientos de ellos, arrancaron todas las cosechas en estas localidades. El propósito era no dejar tabaco a veinte leguas de La Habana y no volver a sembrar por dos años para que el precio subiera.

El problema surgió cuando los sublevados decidieron marchar sobre Santiago de las Vegas, donde, al igual que en Bejucal, no querían destruir la cosecha. La revuelta fue escalando, atacaron la Villa de Guanabacoa y amenazaban a Santiago de las Vegas. El 19 de febrero por la noche salió de La Habana el capitán Barrutia con doscientos hombres hacia Santiago de las Vegas. Los sediciosos, en números de más de seiscientos y en espera que más se les unieran, se encontraban acampados junto al puente de Calabazar. Al otro día, el 20 de febrero, los sediciosos atacaron a Santiago de las Vegas donde el capitán Barrutia tenía organizado a sus hombres con el refuerzo de vecinos de esta ciudad y la de Bejucal.

Avanzaron los sediciosos, el ejército dio la orden de alto, la respuesta fue una descarga cerrada. Un soldado cae seriamente herido, matan un caballo, le cortan la rienda a otro. El ejército responde. Barrutia exclama: “...después de ttanttas amenazas se han conttenttado con havernos vistto las caras ttan de prisa.” Muchos sediciosos fueron heridos antes que huyeran a los montes. Once fueron hechos prisioneros, uno fue encontrado muerto en los montes. Barrutia comienza su marcha de vuelta a La Habana.

En Guanabacoa vuelve a resurgir el motín, en otros lugares hay revueltas. El gobernador Guazo emite la sentencia de muerte para los prisioneros. Barrutia se encontraba en Jesús del Monte cuando recibió la orden. Cuando amanece el 23, los cuerpos de los ajusticiados colgaban de los árboles en los caminos de Guanabacoa, San Miguel del Padrón y Santiago de las Vegas. Tres días más tarde fueron bajados los cadáveres y enterrados, la placa en la tumba de ocho de ellos aun se puede identificar próxima a la iglesia de Jesús del Monte, los otros tres se desconoce donde fueron enterrados.

El gobernador Guazo fue ascendido a mariscal de campo y Comandante General de las Antillas Españolas. Regresó a Cuba a cargo de una flota con dos mil hombres el 13 de agosto de 1726. Su visita se debió a que se sentía enfermo y vino a tierra para ser tratado. Dieciséis días después murió en el preciso lugar donde había firmado la sentencia de los once vegueros.