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“Los Diez Jefes de la Invasión” |
Presentamos “Los Diez Jefes de la Invasión” lo más fiel posible a como aparecen en la revista Carteles, edición que circuló el 6 de Febrero de 1944. |
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“DWIGHT D. EISENHOWER, el general en jefe de todas las fuerzas aliadas, tiene más experiencia en el mando de grandes operaciones mixtas, terrestres, navales y aéreas, que ningún otro hombre de la Historia. Su capacidad quedó demostrada en la campaña del norte de Africa, en Sicilia y en Italia. Rudo, recio y sin piedad con el enemigo, sus tropas le consideran un jefe justo y considerado. Planeador cuidadoso, sabe esperar hasta tener al enemigo en condiciones favorables. Los alemanes dicen que nunca lanza un ataque hasta tener un 90 por 100 de probabilidades de triunfar. Hombre de tremenda energía nerviosa, el general "Ike" es capaz de realizar cada día una cantidad enorme de trabajo. Le gusta visitar los frentes, comer la comida del soldado y ver por sí mismo cómo van las cosas. Domina el arte de fundir elementos diversos en un equipo de combate y no tolera animosidades nacionalistas ni prejuicios de raza. En una ocasión dijo que todo oficial sorprendido en conversaciones antibritánicas o derrotistas sería enviado a los Estados Unidos en el barco más lento que hubiera y sin convoy -y es capaz de hacerlo-. Es uno de los pocos generales del Ejército de los Estados Unidos que dice ser "el mejor teniente coronel del Ejército". Ese era su verdadero grado hasta hace poco, que fue ascendido a mayor general permanente. |
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“Sir ARTHUR TEDDER, como segundo del general Eisenhower, ocupa el puesto más elevado del alto mando que hasta ahora se ha confiado a un aviador. Este escocés tranquilo y sardónico, de rostro surcado y sonrisa burlona, es responsable del apoyo aéreo constante que tanto contribuyó a la victoria del norte de Africa. La mayor parte de su vida se la ha pasado en la RFA. Los hombres a sus órdenes le llaman "el Jefe". Los ojos del mariscal del Aire son luminosos y penetrantes y tiene un humor incisivo y una capacidad inagotable para el trabajo, a pesar de su aire de cansancio. Es un hombre chiquito, de los que pasan inadvertidos en una habitación llena de gente, pero son pocos los que, en los Estados Unidos y en Inglaterra saben más que él de las posibilidades y limitaciones del arma aérea. Tedder reorganizó el mando aéreo del Oriente Medio después de los desastres de Grecia, y Creta y perfeccionó con éxito el uso de la fuerza aérea como artillería ofensiva de primera línea coordinada con las tropas y usándola inclusive como un arma antitanque. Pintor aficionado, lleva sus acuarelas donde quiera que va. Entre sus labios hay casi siempre una pipa. Su hijo mayor murió combatiendo a la "Luftwaffe" en los cielos de Inglaterra y su primera esposa pereció en un accidente de aviación al estrellarse el aeroplano en que viajaba. |
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“Sir BERTRAM HOME RAMSAY, escogido para mandar las fuerzas navales aliadas a las ordenes del general Eisenhower, puede ponerse encima cualquier cosa sin dejar de lucir lo que es: un oficial naval británico. Es alto y delgado, de nariz fina, pelo gris y ojos que parpadean con frecuencia, cansados de atisbar desde los puentes abiertos. Después de cuarenta años en el mar, el almirante Ramsay se retiro en 1938, pero le llamaron de nuevo al servicio activo un mes antes de que estallara la guerra. Se le dio mando en tierra, en Dover, donde vivió la vida plácida del marino desembarcado hasta mayo de 1940, cuando recibió la orden de organizar la evacuación de la fuerza expedicionaria británica en retirada sobre Dunkerque. Ramsay organizo una enorme armada de botes que cruzo el Canal de la Mancha, burlándose de los cañones y los aeroplanos alemanes y salvo a 300,000 hombres. Ahora su misión consiste en llevar a esos hombres y a un ejército varias veces mayor al otro lado del Canal de la Mancha para que reanuden la batalla que el Ejército ingles se vio obligado a romper en la fase inicial de la guerra. Todos los aspectos de la lucha en aguas estrechas le son familiares. Como oficial del Estado Mayor del almirante Cunningham en el Mediterráneo, ayudo a organizar la gran armada de la expedición norteafricana. |
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“TRAFFORD L. LEIGH-MALLORY, que mandará las fuerzas aéreas aliadas en la próxima invasión, no luce lo que es. Sin su uniforme de mariscal del Aire se le tomaría fácilmente por un abogado o un hombre de negocios. Hijo de un cura, estudiaba Derecho cuando estalló la guerra en 1914, pero dejó la carrera para ingresar en la fuerza aérea de la que nunca se ha separado. Su hermano Jorge murió en 1924, en un esfuerzo fracasado por escalar el Everest. Hombre quieto, de voz suave, tiene el genio de las frases sonoras y escribe con letra clara, precisa y apretada, tan característica, que las iniciales "L. M." con que firma sus memorándums y órdenes son superfluas. Acaba de pasar los cincuenta y tiene escasos intereses fuera de su oficio. Nada le es nuevo o extraño en la misión que se le ha confiado. Entre guerra y guerra ha pasado la mayor parte de su tiempo experimentando la fuerza aérea en cooperación con los elementos terrestres y desempeñó un papel importante en la derrota de la "Luftwaffe" en la Batalla de Inglaterra. Se le conoce mucho por haber organizado la protección aérea del "raid" a Dieppe, en el verano de 1942, cuando la "Luftwaffe", lanzada a la lucha por el desembarco de "pisa y corre" que los alemanes tomaron por el comienzo de una invasión en gran escala, fue derrotada por los escuadrones de caza británicos. |
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“OMAR N. BRADLEY fue el general alto y flaco que mandó el segundo cuerpo norteamericano en la toma de Bizerta, el 7 de mayo. Dos días más tarde 25,000 soldados alemanes depusieron las armas, rindiéndose incondicionalmente. Eso marcó el término de la resistencia enemiga en Túnez. Por su parte en la campaña, el general Bradley recibió un "bien hecho" del general sir Harold R. L. G. Alexander, las tres estrellas de teniente general y el codiciado mando de las tropas norteamericanas en el asalto final a la Fortaleza de Hitter. El general Bradley, nacido en 1893, se graduó en West Point en 1915. El profeta de la clase notó que su principal característica era "llegar a donde hay que llegar". Le gusta la caza, la pesca, el "golf" y el "bridge" y ama a sus soldados. |
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“Sir BERNARD LAW MONTGOMERY continúa la tradición de Cromwell. La guerra es una cruzada para este soldado profesional que mandó al victorioso octavo ejército británico desde las puertas de Alejandría a través de 1,400 millas de desierto, hasta Italia. Con él a la cabeza, los ejércitos británicos estarán mandados por un general que no sabe tolerar la derrota. Hombre bajo, seco, ascético, de carácter espartano, ni bebe ni fuma. La milicia es su religión y los libros de estrategia y la Biblia son su lectura favorita. No es excesivamente modesto y el pronombre personal se destaca con frecuencia en sus escritos y en su conversación. Es un actor que ha hecho de la boina su indumento personal. Y tiene el don de trasmitir a sus hombres su con fianza invariable en sí mismo. |
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“CARL A. SPAATZ ayudó, como jefe de la "Spaatzwaffe", a dirigir los bombardeos aéreos que produjeron la rendición rápida de Pantelaria. Cree que a Alemania se la puede vencer también por medio de bombardeos aéreos solos. Como jefe de todas las fuerzas aéreas estratégicas norteamericanas a las órdenes del general Eisenhower, su misión consistirá en aplastar el corazón del Reich para que la "Wehrmacht" no pueda resistir a los invasores. De rostro serio, tímido y brusco de lenguaje, este teniente general de 52 años, nacido en Pensilvania, odia el trabajo de oficina. Es piloto de caza y prefiere volar. Cuando sus aeroplanos salen a una misión se preocupa mucho, fuma cigarrillos uno tras otro y consume el café por litros. Suele jugar "poker" mal, al principio.... |
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“Sir ARTHUR HARRIS viene tratando constantemente, desde marzo de 1942, de obligar a Alemania a rendirse por medio de los bombardeos. Si no lo ha conseguido todavía es, según el, porque nunca ha tenido los grandes bombarderos necesarios para el empeño. Este mariscal del Aire, que mandará las fuerzas aéreas estratégicas inglesas en la invasión, cree que hay unas cincuenta ciudades básicas en Alemania que, una vez destruidas, dejarían a los nazis sin posibilidad de continuar la guerra. Fue el quien preparo y ejecuto la técnica del "raid de saturación" usada por primera vez en Colonia, y dirigió la destrucción de las represas de Mohne y Eder. De pelo gris, robusto y cincuentón, tiene una naturaleza fiera y don para hacer frases eficaces. Es casado y tiene una hija. |
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“JOHN HENRY D'ALBIAC, vicemariscal del Aire, nombrado para mandar las fuerzas aéreas tácticas británicas, llamó por primera vez la atención del público por jugar bien una mala mano. En Grecia, donde mandaba escuadrones viejos y en inferioridad numérica, demostró habilidad para inspirar hazañas épicas a sus pilotos. En su nueva misión mandará la mayor fuerza de cazas y bombarderos medios del mundo. D'Albiac pertenece a la escuela según la cual, la fuerza, aérea es más eficaz cuando se la coordina estrechamente con las fuerzas terrestres. Veterano de la última guerra y graduado del Colegio Imperial de Defensa, luchó en la India, perfeccionando con las viejas "bañaderas" las tácticas hoy en uso en Europa. En su pecho luce la Orden del Servicio Distinguido. |
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“JAMES H. DOOLITTLE, nuevo jefe de la octava fuerza aérea, es generalmente conocido como "el hombre que bombardeo Tokio". El general es un aviador audaz y valeroso que no vacila en correr riesgos para conseguir algo, cuando vale la pena, pero sólo después de convencerse de que se ha hecho todo lo posible por ayudarle a alcanzar su objetivo. Con frecuencia abandona su oficina para mandar personalmente sus formaciones de bombardeo. Uno de los más grandes pilotos de todas las épocas, es también uno de los primeros ingenieros aeronáuticos del mundo. Graduado del Instituto Tecnológico de Massachusetts, Doolittle contribuyó mucho al perfeccionamiento de los vuelos a la ciega. En el Norte de Africa aprendió que los aeroplanos pueden resistir más castigo que quienes los tripulan.” |
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