“Se ha dicho que el estudio de la Naturaleza constituyó la primera atención cultural del hombre primitivo, y que la Mineralogía fue la primera rama descriptiva de la Historia Natural que cultivó la humanidad. De igual modo podemos decir que la MINERIA propiamente dicha comenzó, por lo menos en Europa, hacia el final de la Edad Neolítica, hace unos 12,000 años, y que su advenimiento coincidió con el final de la Prehistoria.

“En efecto, la primera manifestación de actividad minera de que tenemos noticia, como actividad industrial organizada, se remonta a la edad neolítica, cuando el hombre establece los primeros "talleres" de trabajo, de la piedra y del barro, junto a las canteras, las barreras y los gredales que le suministran materiales apropiados para fabricar numerosos objetos líticos y cerámicos, los cuales utiliza en diversos menesteres de caza y de cocina, o como armas, adornos y símbolos bien pulimentados, o como monumentos megalíticos ligeramente desbastados.

“A partir de ese instante la minería se desarrolla notablemente entre todos los pueblos que ocupan las márgenes del Mediterráneo y la Europa Central, mientras que progresa muy lentamente entre los pueblos del Asia Central, Africa del Sur, India, Australia, Asia Nor-oriental y América.

“Minería prehistórica. -Sin embargo, desde muchos miles de años anteriores a la Edad Neolítica, según nos lo revela el estudio de la Prehistoria, los primeros hombres verdaderos o epiglaciares y también los seres paleolíticos parecidos al hombre, que vivieron en los últimos pisos interglaciares, explotaron, por así decirlo, ciertas rocas para obtener de ellas fragmentos pétreos con la dureza y la forma que les convenían para determinados usos.

“Vamos a pasar revista brevemente a los datos que acerca de esto nos ofrece la prehistoria en sus dos grandes etapas: la de la "piedra tallada" o paleolítica, y la de la "piedra pulimentada", mesolítica o epiglaciar y neolítica:

“1. -En niveles correspondientes al segundo piso interglaciar y al tercer glaciar se han encontrado lascas o astillas de pedernal o sílex, de forma irregular, que constituyen ejemplares del período prechelense (fig. 1). El hombre primitivo utilizó esa clase de piedra para hacer sus primeros utensilios cortantes, porque observó que al romperse daba fragmentos duros con aristas delgadas y vértices agudos.

“2. -En niveles correspondientes al tercer interglaciar se han encontrado hachas de mano con forma de almendra y bordes en zig-zag (período chelense, fig. 2); hachas en punta de lanza, delgadas y con los bordes rectos (período achelense, figs. 3 y 4); puntas de lanza, flechas, raspadores, cuchillos y sierras (período musteriense, figs. 5 y 6). Todos de sílex y de cuarcita. También se ha comprobado que hacían uso del ocre o hematita roja y del polvo de óxido de manganeso para colorear y hacer trazos en las rocas de los barrancos y del interior de las cuevas.

“3. -En el último glaciar y en el postglaciar se encuentran con frecuencia esos mismos objetos, pero ya con formas elegantes y de hechura más delicada, correspondientes al período auriñaciense (figs. 7 y 8).

“4. -En los primeros niveles epiglaciares, correspondientes ya a la edad mesolítica, junto a los restos de los primeros seres verdaderamente humanos (razas de Cromagnon, de Grimaldi y Azilios), se encuentran puntas de sílex en forma de hoja de laurel y otras con muescas (figs. 9 y 10), utensilios y adornos de uso personal (fig. 11) y picos de cuarcita (fig. 12) que corresponden respectivamente a los períodos solutrense, magdaleniense y aziliense.

“5. -Ya en los pisos de la edad neolítica todos los objetos de piedra que se encuentran son pulimentados. Además, no sólo están hechos de pedernal y de cuarcita, sino también de diorita, ofita, nefrita, fibrolita, cuarzo y jade (figs. 13, 14 y 15). De esta edad son los dólmenes, menhires y cromlechs de las grandes piedras (figuras 16 y 17).

“Las figuras a que se alude en los párrafos precedentes (véanse las láminas la y Ib), son reproducciones de los objetos de piedra que fabricaban aquellos antepasados nuestros, a los cuales nos vamos a referir en seguida. Obsérvese cómo la forma, el acabado y el pulimento de estos utensilios progresa a medida que son menos profundos los niveles o pisos en que se les encuentra; y cómo su variedad de formas y aplicaciones, así como su naturaleza mineralógica (en relación con la dureza y el grado de friabilidad de la substancia pétrea correspondiente), marcan también ese progreso de los seres prehistóricos desde el tipo casi humano de Heidelberg hasta el verdadero hombre u Horno Sapiens.

“Las figuras de la lámina II reproducen los cuatro principales restos fósiles del anthropos prehistórico. La primera representa la. mandíbula casi humana más antigua que se ha hallado; corresponde al período prechelense y perteneció a un individuo postpliocénico que vivió hace unos 200,000 años, cuando se depositaron los terrenos del segundo piso interglaciar. Se le llama "hombre de Mauer", por haberse encontrado en un lugar de ese nombre cerca de Heidelberg, a orillas del río Neckar, en Alemania.

“La segunda representa el cráneo de otro individuo más cercano pariente del hombre actual, que vivió en la edad paleolítica, hace unos 60,000 años y cuyos restos suelen encontrarse en terrenos de los pisos tercero al último glaciar. Se le llama "primigenio" y también "hombre de Neanderthal", porque fue en ese lugar de Prusia, cerca de Duseldorft, donde primero se encontraron sus restos, pero iguales se han hallado en los pisos correspondientes de Francia, España, Inglaterra, Bélgica y Croacia.

“La tercera y la cuarta figuras representan los cráneos de las razas de Cromagnon (blanca) y Grimaldi (negra), respectivamente, que hicieron vida troglodita en la edad mesolítica, en una época distante de ahora entre veinte y treinta mil años.

“La lámina III presenta un cuadro mixto de geología, antropología y arqueología el cual preparamos expresamente para el curso que con el título de este libro dictamos en la Escuela de Verano de la Huniversidad de La Habana en su Sesión de este año (1944). En él se muestra, al primer golpe de vista, el proceso evolutivo de la industria lítica en la prehistoria de la humanidad, conforme a lo que hasta ahora se sabe. Para su debida interpretación cronológica debe ser leído de abajo a arriba.

“En su parte cimera figura un esquema de la evolución de la Minería en los tiempos protohistóricos y en los históricos, lo cual constituirá el asunto del capítulo siguiente.

Tratamos de mantener el formato original. Presentamos el texto lo más fiel posible a como aparece en el libro, efectuando menores actualizaciones en la acentuación y ortografía.