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Guanabacoa


Guanabacoa
Jusepe Bichat
en Ciudades, Pueblos y Lugares Cubanos

Este es el relato que encontramos en el libro Historia de Guanabacoa por Elpidio de la Guardia, editado en 1946 en las páginas 41 a la 46.


Capítulo III
El Indio Jusepe Bichat. -Traslado de la imagen del Santo Cristo del Potosí a la Ermita de la Inmaculada Concepción. -La Ermita de la Candelaria. -Muerte de Bichat. -Conservación de los Cuadros Venerados del Santo Cristo del Potosí. -Colocación de una Cruz en el Lugar Donde Residió el Indio Bichat.

“El indio Jusepe Bichat, ese hombre sencillo y virtuoso que la tradición presenta como un ejemplo de bondades, residía en una humilde choza en el lugar que hoy conocemos por «Loma de la Cruz» y allí, afanoso y solitario, cultivaba un pedazo de tierra que le proporcionaba su sustento.

“Hombre amante de la religión cristiana, a la que en cuerpo y alma se había consagrado, adquirió una preciosa imagen de Jesús Nazareno y colocándola en un pequeño altar, que con gusto él mismo construyera, fervientemente la veneraba y con las mejores y más olorosas flores que por el campo recogía, se esmeraba en adornarla.

“Algunas noches, a falta de otros medios, veíase obligado Bichat a alumbrar su adorada imagen con leños encendidos y ante ella, devotamente postrado, elevaba sus preces, pidiéndole bienandanzas y protección para los hijos de la Villa.

“Escenas tan cristianas, practicadas por el indio en la más completa soledad, dieron pábulo a injustos comentarios entre los vecinos ignorantes, que miraron más tarde a Bichat con cierta sospecha y, temeroso éste de ser despojado de su querido cuadro, decidió trasladarlo a otro lugar más seguro y en el que con mayor tranquilidad pudiera seguir venerándolo.

“Próxima al lugar donde residía Jusepe, existía aunque deteriorada grandemente, la ermita de la «Inmaculada Concepción» que en el año 1644 habían construido los esposos doña Juana Recio y Martín Salcedo de Oquendo, en la estancia del Mayorazgo de Antón Recio(1), quienes la habían dotado de ricas ornamentaciones y que con objeto de que todos los domingos y demás días festivos se celebrasen misas, le habían asignado una capellanía de tres mil pesos de principal sobre el ingenio de Guaicanamar, según testamento otorgado en 9 de Abril de 1644, ante el escribano público de La Habana, don Marcos de la Cruz Barreto. Y a esta ermita que más tarde se conociera con el nombre de Sto. Cristo del Potosí, trasladó Bichatla imagen de Jesús Nazareno.

“«Estuvo la ermita del Potosí -dice don Cayetano Núñez de Villavicencio- bajo el gobierno de un Capellán, que lo era, en el año de 1700, el Prebístero don Baltasar González; y fue su primer beneficiado, como ayuda de parroquia, don José Linares, en 1750, a quien le sucedió don Ignacio de Jesús Valdés; y a éste, don Ciprián Calderón y Milán, quien aparece, por los libros que pertenecían a su archivo que confirió el bautismo en 23 de agosto de 1762 a Juan Bautista, hijo de Antonio y de Eulalia del Pino, habiéndose extraviado indudablemente los anteriores.» La primera inscripción de matrimonio tiene fecha 14 de febrero de 1763, firmada por el Tte. Cura Bdo. don Ciprián Calderón y Milán. Fueron los contrayentes Fernando Vizente del Pino, natural de Guanabacoa y Marcela de los Santos, natural del Partido del Cano. La primera defunción que aparece es la del párvulo Manuel Joseph, ocurrida en 20 de agosto de 1762. Continuó como tal hasta el año 1805, en que el Exmo. Sr. Espada, en fuerza de las solicitudes de este Ayuntamiento y conciliando el mejor servicio de los feligreses, la suprimió por auto de 21 de agosto del mismo año, volviéndose a adscribir a nuestra parroquial, y habilitando a la vez al capellán del Santuario de Regla, que era entonces con José María Cortés, para el desempeño de la cura de almas en aquel pueblo y estancias contiguas.

“Sin embargo de que S. E. Ilma la suprimió como auxiliar, reconociendo el mucho fervor de los devotos y fieles por su ermita y el grandioso tesoro que encerraba, se dignó dejarla como tal, y con permiso para que en ella se pudiese celebrar misa diaria, y también cantaba siempre que se mandase aplicar por algún vecino, el cual ratificó por decreto de 16 de agosto de 1815, no obstante la prohibición que contiene la circular de 14 de noviembre de 1814. En el 1842 estaba al cuidado no sólo de los señores Curas sino del Prebítero don Enrique de Jesús Merino, Capellán que fue de la señora doña Catalina Estrada de Mantilla, por su encargo especial en fuerza de la marcada devoción que constantemente demostró por esa Santa Casa y la efigie de Jesús, en tanto grado, que en vida hizo construir su sepulcro a la entrada de la puerta principal, donde descansa en paz, y también seis bóvedas a su continuación, con el fin de que las limosnas que produjesen, se aplicasen al sostenimiento del Hospital de Mujeres. Si la muerte inexorable no hubiese arrebatado a esa distinguida y piadosa señora, sin duda que se encontraría en otro estado, y no se lamentaría el robo que hicieron la noche del 28 de abril de 1836 del marco de plata, cáliz, patena y otras prendas, pues todo se hallaría suficientemente reparado a la fecha, porque, previendo su prudencia que pudiera suceder un caso tan extraño, se obligó a responder de su importancia con tal de que dejaran allí esos adornos que la piedad lo había consagrado.

“Al poco tiempo de estar instalada la imagen del Santo Cristo del Potosí en la ermita de la Inmaculada Concepción, con la ayuda que le prestaron los vecinos, acometió Bichat su reedificación. En corto tiempo terminó la obra. Una losa de San Miguel, colocada al frente de la que entonces fuera su entrada principal, perpetúa todavía la fecha de ese suceso, ocurrido en el año 1675(2).

“Entre las varias y curiosas tradiciones que se conservan, referente a los milagros y prodigios realizados por la venerada imagen de Jesús Nazareno, descuella, según el Regidor Arrate, la que dio «motivo a pública veneración y culto, experimentando los labradores de los partidos comarcanos continuadamente el beneficio de las lluvias, siempre que con ocasión de alguna prolongada seca le hacían devotas rogativas, concediéndoles improvisos aguaceros, copioso y fértil riego para sus sementeras.»

Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción. Comenzada el 1721 y concluyó en 1748. Foto tomada en Mayo del 2003.
La Ermita de la Candelaria

“Es de creerse que esta ermita se construyó poco tiempo después que lo fuera la primera iglesia, en el mismo lugar que hoy ocupa la parroquial. Allí permaneció muchos años, sin saberse fijamente hasta que fecha, pues la única constancia que hay de su existencia es la de que en el mes de julio de 1655, traídos de La Habana, y obedeciendo a sus deseos, fueron sepultados en ella los despojos mortales del Obispo de Cuba, don Nicolás de la Torre, y que en el año de 1657, el diocesano don Juan Montiel, en visita pastoral que hiciera a la Villa, hubo de concederle varias gracias.

“No cabe duda, pues, con estos antecedentes, que la ermita de la Candelaria, primitivamente, se construyó en el mismo lugar que ocupa la iglesia parroquial, siendo a esta ermita donde pensó trasladar Bichat la imagen de Jesús Nazareno, por habérselo pedido así el Capellán; pero el Obispo de Cuba, don Manuel Montiel, no permitió que se efectuara tal traslado para no despojar al Santuario de tan milagrosa imagen, y únicamente haciéndose una copia fiel de ella, pudo colocarse ésta en la ermita de la Candelaria, quedando el cuadro original en la del Santo Cristo de Potosí.


“Cuéntase que tan perfecta quedó la copia, que después fue difícil distinguirla. Cayetano Núñez de Villavicencio, dice: «Todos los que han visto y examinado estos dos cuadros, pintados en tabla, confiesan su absoluta semejanza, en términos que no podría afirmarse, si se confundiesen, cual de los dos era el original al que aludimos. Sólo una pequeña señal hay para desvanecer las dudas que ocurrieren en el particular, y es una hila que tiene sobre la mano y otra casi imperceptible, en la frente, el que pertenecía al indio, y cierta opacidad que se advierte, después de una contemplación detenida, que se cree es originada del humo de los leños que prendía aquél en su choza para alumbrarle, cuando no podía hacerlo de otra manera, circunstancia que muchas ocasiones dio motivo a que el vulgo indiscreto esparciese en aquella remota época la noticia de que la choza del indio estaba ardiendo y atribuyéndosele a causas de diversas naturaleza.» “Estas dos imágenes se conservan todavía, estando el cuadro original, con su valioso marco de plata, adquirido a iniciativas del inolvidable franciscano Fray Ignacio del Corazón de Jesús Moreno (El Padre Santo) en la iglesia parroquial, y la copia en la de Santo Domingo.”


Muerte de Bichat

“La fecha exacta del fallecimiento de tan virtuoso indio no ha podido averiguarse con certeza, aunque se cree que ocurrió por los años de 1681 a 1685, después de haber pedido que su cadáver se sepultara al pie del altar de su idolatrada imagen, cosa que así se hizo.”


Colocación de una Cruz en el Lugar Donde Residió Bichat

“A mediados del año de 1690, el religioso Manuel Antonio, a quien el pueblo llamara cariñosamente «El Peregrino», pretendió edificar en la Loma de la Cruz un Santuario a Nuestra Señora de Regla; pero tal obra, como el monumento que se pensó levantar por los vecinos en el año 1729, para perpetuar la memoria del indio Bichat, no pasaron de ser unos buenos proyectos.

“No obstante lo dicho, el pueblo de Guanabacoa rindió más tarde, el día 14 de septiembre de 1876, un merecido homenaje a la memoria de Bichat. Ese día, en que la iglesia solemnemente conmemoraba el triunfo de la Santa Cruz, salió de su convento el R. P. de la Orden Seráfica, Fray Manuel de Soto, llevando a cuestas una hermosísima cruz para colocarla en el lugar donde residió el indígena. Documentos que detenidamente hemos examinado con la mayor atención nos han revelado cómo este pueblo, el cuerpo capitular, clero y demás autoridades, acompañaron al padre Soto, presenciando, reverentemente, la colocación de la cruz en la pintoresca loma.

“Y a pesar de que han transcurrido tantos años, se perpetúa aun el lugar, al extremo de que en 1905, cuando se construyeron los estanques de agua que surten a la Villa, se respetó dicha cruz, dejándose en medio de uno de los jardines que embellecen aquel paraje.”


“(1) Por real Cédula de fecha 2 de noviembre de 1570, concedida por el Rey Felipe II, fue creado el Mayorgazgo de Antón Recio, comprendiendo las Estancias “Camaco”, (en cuya superficie se fundó el pueblo de Regla) y “Potosí”, con una vasta extensión de terreno, situadas desde el litoral del referido pueblo de Regla hasta la zona sur de Guanabacoa. Más tarde se le agregó seis caballerías de tierra que fueron mercedadas a Antón Recio, por real Cédula de 27 de junio de 1603. Alcanzando en total una superficie de 19 caballerías y 221 y medio cordeles de tierra, o sean, 257 hectáreas, 94 áreas y 58 centiáreas de las cuales corresponden al término municipal de Regla 46 hectáreas y 16 centiáreas y a Guanabacoa, 211 hectáreas, 24 áreas y 42 centiáreas.

“(2) Después de estar reparada una vez más gracias a la nunca desmentida bondad de los vecinos, se bendijo la Ermita del Potosí al día primero de noviembre de 1926, celebrándose al siguiente día la primera misa en la que ofició el Cura Párroco R. P. Tomás de Soloeta.”



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Última Revisión: 1 de Julio del 2003
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