Prestigio y Tradición de la |
Escuela Politécnica de Guatemala |
Carteles |
11 de Mayo de 1952 |
Tratamos de reproducir el artículo “Prestigio y Tradición de la Escuela Politécnica de Guatemala” por José R. Castro lo más fiel posible a como aparece en la revista Carteles, edición que circuló el 11 de Mayo de 1952. |
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“Prestigio y Tradición de” |
“Escuela Politécnica de Guatemala” |
“Por José R. Castro” |
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“Breve historia. -Un episodio emocionante. -Un Caballero Cadete de Cuba en la Academia de la tierra del Quetzal. -Vínculos de unión y tradición entre Cuba y Guatemala. -El Cadete N° 497, Jacobo Arbenz Guzmán. -Fragua del honor y de la disciplina militar. |
“Por el amplio y pintoresco Paseo de la Reforma, en la Nueva Guatemala de la Asunción, los árboles se yerguen majestuosos y los pájaros vuelan y cantan sobre los sotos verdeantes y las jacarandas en flor. Allí se yerguen, en medio de una especie de pradera turgente, suntuosos chalets y edificios públicos que albergan el regimiento motomecanizado, el Instituto de Nutrición y otros. Y por uno de los vados se levantan los muros amarillos, de suntuosas almenas coloniales, de la academia militar conocida desde los tiempos de su fundación con el nombre de Escuela Politécnica, que ha dado los mejores frutos a Guatemala, traducidos en militares nutridos de verdadera cultura y patriotismo, que a través de las edades, y con muy raras excepciones, han sido orgullo del país, desde diversos ángulos de la vida nacional. |
“Este instituto de pedagogía militar, el mejor de la América Central y uno de los más prestigiosos de la América Latina entera, es orgullo de Guatemala y su nombre es pronunciado con el mismo legítimo blasón con que los norteamericanos hablan de West Point o los franceses de Saint Cyr. Y es que, sin temor de caer en hipérboles, este centro docente ha ofrecido hombres que, forjados en las recias disciplinas de la academia, acendraron su carácter y sus convicciones democráticas para ofrecer a Guatemala los sazonados frutos de una educación eficiente y moderna. |
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“Breve historia. |
“El 15 de septiembre de 1873, en conmemoración de un aniversario de la independencia de Centroamérica, se dispuso en Guatemala la creación de una academia para la enseñanza militar de la juventud que con el nombre de Escuela Politécnica de Guatemala principió a funcionar donde quedaba el antiguo Convento de la Recolección. Allí se construye todo lo necesario para el establecimiento que debería tener todo el apoyo del licenciado Miguel García Granados y del general Justo Rufino Barrios, los dos campeones del liberalismo centroamericano que, en aquellos tiempos oscurantistas del último cuarto del siglo XIX, llevaron a cabo reformas que escandalizaron a los cándidos espíritus nutridos en las fuentes de Felipe II y Torquemada. |
“Desde aquella lejana fecha la Escuela Politécnica ha sufrido transformaciones fundamentales, tanto en el orden material como en la estructuración de sus planes de estudio, hasta llegar a lo que es ahora: un centro digno de especial mención en la América Latina y una fragua de acerados caracteres y de militares de verdadera cultura, que desde los años mozos abrazan la carrera de las armas para graduarse de servidores de la patria, de la ley, de la justicia, de la Constitución y del pueblo. |
“En la actualidad, la Escuela Politécnica se encuentra bajo la dirección del joven militar, Mayor Ernesto Paiz Novales; figurando como subdirector el Mayor Rolando Chinchilla; como secretario el Mayor Jaime Rabanales, y como jefe de estudios y comangante de la compañía de Caballeros Cadetes, respectivamente, los Mayores Doroteo Reyes Ariel Rivera, todos ellos producto de ese mismo prestigioso establecimiento de enseñanza politécnica. |
“Tiene un plan de estudios que comprende materias de tanta importancia como la Historia Militar de la América Central, matemáticas, física, química, gramática, etc. Y el mismo dura cinco años en Guatemala más diez meses de práctica en una escuela militar que los Estado Unidos tienen establecida en la Zona del Canal de Panamá, donde los jóvenes graduados hacen prácticas de construcción de puentes de campaña y otras experiencias que les son necesarías para la vida de ejercicio cuando el deber los llama a cumplimiento de las obligaciones para con la patria. |
“A los 78 años, que la Escuela, Politécnica de Guatemala acaba de conmemorar con suntuosa festividades, se yergue orgullos de su tradición y de su historia. Y cuando vemos a los caballero cadetes luciendo sus vistosos uniformes, llenos de juventud y de entusiasmo, evocamos la expresión del poeta borinqueño sobre un militar sudamericano: Tiene la prestancia, decía, del caballero, que sabe llevar una flor en el ojal y del hombre que sabe llevar una espada. Y entrando en los salones... arrojaba la espada, pero entrando a los combates... ¡arrojaba la flor! |
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“Anécdota emocionante: |
“Corría el año de 1896. Estaban cercanos los días en que José Martí había llegado de México a unir su verbo revolucionario e independentista a los fervoroso entusiasmos de don José María Izaguirre y del poeta José Joaquín Palma. Y hacía sólo un año que los cubanos se habían lanzado a la manigua a una nueva lucha por el ideal de la emancipación. Pocos años antes el presidente de Guatemala, general Justo Rufino Barrios, había promulgado un decreto reconociendo el derecho de Cuba a integrar una república más en el concierto de las naciones hispanoamericanas. Y un nutrido grupo de emigrados cubanos paseaba por las calles de Guatemala la bandera de la estrella solitaria de Narciso López y Teurbe Tolón. |
“Este hecho irritó a los españoles realistas que vivían en la tierra del Quetzal y se organizaron para arrebatar a los exilados la bandera de Cuba y escarnecerla. Y así salieron a su encuentro por una de las casas de Guatemala. |
“Un grupo de caballeros cadetes de la Escuela Politécnica paseaba en día de asueto, y ante el atentado de los españoles contra los cubanos, desenfundaron sus espadines y se colocaron haciendo valla para defender a los que con todo derecho llevaban su bandera. Los custodiaron y desfilaron con ellos y con su gloriosa bandera hasta la Escuela donde le rindieron homenaje de respeto y de cariño. |
“El general Romillo, militar español, director de ese establecimiento, presentó inmediatamente su dimisión lo mismo que otros profesores españoles de la Escuela Politécnica, pero los caballeros cadetes de Guatemala, haciendo honor a sus nombres de caballeros y de cadetes, no permitieron que fuese humillada por los españoles la insignia cubana. Esto produjo reclamaciones diplomáticas y otros contratiempos al gobierno de Guatemala que, públicamente, aprobó la hermosa conducta de aquel puñado de jóvenes henchidos de los más generosos ideales americanistas. |
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“Un cubano en Guatemala. |
“Se encuentra de vacaciones en La Habana el caballero cadete de la Escuela Politécnica de Guatemala, Oscar Humberto Morales, joven cubano que estudia en aquel establecimiento de enseñanza. Su padre adoptivo, el profesor Enrique Hamel, que fuera instructor de la Escuela Politécnica de Guatemala solicitó per medio del Estado Mayor del Ejército de Cuba una beca para este joven cubano que ahora es uno de los alumnos distinguidos de aquel establecimiento y que ha paseado orgulloso por las calles de La Habana su uniforme y su espadín. |
“Siguiendo las normas protocolares, el caballero cadete Morales a su llegada a esta ciudad visitó al jefe de las Fuerzas Armadas, general Francisco Tabernilla Dolz, en compañía del señor Luis Alberto Benítez, secretario de la Embajada de Guatemala. Fue recibido con los honores merecidos en la Ciudad Militar de Columbia por el jefe del Ejército acompañado del teniente coronel Manuel Carrillo y del capitán Carlos Tabernilla. |
“Después el joven cadete hizo una visita de cortesía a la revista Carteles, cuyas campañas por el acercamiento entre Cuba y Guatemala han sido notorias durante muchos años, lo mismo que su contribución al intercambio cultural de los países comprendidos en la cuenca del Caribe. El cadete cubano de Guatemala fue recibido por el director de esta revista, el señor Alfredo T. Quílez, con quien departió ampliamente, informándole de las nuevas orientaciones y de la disciplina, empeños y generosas iniciativas de la Escuela Politécnica de Guatemala donde el hace sus estudios. |
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“Unión y tradición. |
“Desde la era finisecular, los vínculos de fraternal acercamiento entre Cuba y Guatemala han sido ostensibles: el arribo a aquellas playas centroamericanas de los heroicos combatientes revolucionarios: poetas, escritores, periodistas y educadores, que llevaron a Guatemala la simiente de las nuevas ideas pedagógicas y el fervor del patriotismo encendido en los corazones. Los nombres de José Joaquín Palma, de José María Izaguirre, de José Martí, en Guatemala. Los de Máximo Gómez, Tomás Estrada Palma, Antonio Maceo, Juan Ríus Rivera, Carlos Roloff y otros en Honduras. En fin: toda una cadena de acontecimientos y de gloriosos nombres que hacen de Cuba y Centroamérica el epicentro de una amistad indestructible. Y más tarde, los educadores cubanos en la Escuela Politécnica de Guatemala, dos de los cuales se distinguen por su cariño para aquel centro docente: son ellos Carlos Manuel Palma, hijo del poeta bayamés autor del Himno Nacional de aquel país y Enrique B. Hamel, profesor de Cultura Física de dicha escuela durante algún tiempo, en 1949. |
“Hemos hablado someramente del prestigio y la gloriosa tradición de la Escuela Politécnica de Guatemala. En los anales de su existencia hay un episodio que debe recordarse brevemente en estas páginas: Corrían los primeros años del presente siglo y Guatemala gemía bajo la dictadura de un buitre togado: el licenciado Manuel Estrada Cabrera que, anulando todas las libertades ciudadanas, se había perpetuado en el poder con menosprecio de la Constitución Política y demás leyes de la República. Entonces un grupo de jóvenes cadetes al ver como se violaban los más sagrados principios humanos, dispuso acabar con el sátrapa. Fallaron en su intento y un numeroso grupo de jóvenes estudiantes de la Escuela Politécnica murieron bajo las morbosas furias del chacal. Este episodio de honor y gloria es recordado en la historia de Guatemala, con el nombre de "Los Cadetes"... |
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“También recuerdan los estudiantes de la Politécnica de Guatemala, como un nombre sagrado, el del cadete Adolfo Hall, que murió en los campos de batalla de Chalchuapa, el 2 de abril de 1885, luchando al lado del general Justo Rufino Barrios por el más noble de los ideales de aquellos pueblos: la Unión Centroamericana. En el propio campo de la lucha, antes de morir, fue ascendido a coronel. Su nombre encabeza la lista de los alumnos de la Escuela y cuando en las festividades hay pase de lista, gritan: "¡Cadete Hall!" Y sus compañeros contestan: "¡Ausente!". ¡Murió gloriosamente por la patria! |
“La disciplina de la Escuela es tan rígida, que se narra que cierto día de San Miguel celebraba su santo el presidente de la República, licenciado Miguel García Granados y su hijo del mismo nombre que estudiaba en dicho establecimiento. La primera dama de la nación habló por teléfono con el director del plantel solicitándole que le enviara a su hijo a Palacio para celebrar con su padre el día de su santo, pero el director contestó que no podía porque estaba bajo arresto. Entonces llamó el presidente García Granados y el mismo director le contestó en la misma forma, agregando que sentía mucho no acceder a los deseos del señor Presidente porque este hecho quebrantaría la moral y la disciplina de la Escuela, pero que si el mandatario no estaba de acuerdo, inmediatamente le presentaría su renuncia del cargo. El gobernante dejó las cosas así y no pasó con su hijo el día de su santo... |
“Cadete 497. |
“La Escuela Politécnica ha dado grandes figuras a Guatemala. La profundidad de los estudios hace de los caballeros cadetes militares verdaderamente cultos, llenos de civismo, de valor, de ideales patrióticos, de nobles sentimientos humanos. Basta con decir que de ese establecimiento surgió el cadete 497, teniente coronel Jacobo Arbenz Guzmán, actual presidente de Guatemala, modelo de disciplina, de orden, de amor al trabajo, de respeto a la ley y otras cualidades que se infiltran en ese centro de educación. |
“Con el grado de capitán y un cañón de 105 milímetros el cadete 497 rescató las libertades públicas conculcadas en Guatemala durante décadas. Con el grado de mayor del Ejército el cadete 497 ejerció cinco años el cargo de ministro de la Defensa, significándose como el símbolo de la lealtad, de la consecuencia, de la hidalguía y del honor. Con el grado de teniente coronel el cadete 497 llegó a la presidencia de Guatemala en hombros de las inmensas muchedumbres desvalidas, de los maestros de escuela, de los universitarios, de los obreros, de los campesinos, de todos los que han hambre y sed de justicia social. Y con el cargo de presidente constitucional libra una batalla titánica en defensa de los postulados de la soberanía nacional contra la absorción de los grandes emporios extranjeros, defiende el territorio de Belice de la codicia extracontinental, propugna los magnos ideales de la unión de Centroamérica y continúa la obra revolucionaria del educador Juan José Arévalo, que conduce a Guatemala por los senderos de la liberación y cultura. |
“Y es que, como hemos dicho anteriormente, la Escuela Politécnica de Guatemala es fragua de disciplina, de honor y de dignidad humanas, bajo los recios procedimientos donde se pule los altos espíritus. |
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“Despedida del cadete. |
“El joven cadete cubano de la Escuela Militar de Guatemala visitó al embajador doctor Raúl Osegueda. Y cambió impresiones manifestando sus agradecimientos en nombre de la juventud de su país, hacia aquel establecimiento de Guatemala que es, sin hipérbole, considerado como un de los mejores y más prestigiosa de la América Latina. Prueba de ello es que tiene estudiantes de El Salvador, de Honduras, de Nicaragua, de Costa Rica, de Panamá, de Colombia, de Cuba, de Chile, país este último que se significa en el Continente por sus magníficos planteles de educatión militar. |
“El cadete número 12, Osca Humberto Morales, ha visitad con licencia durante cuatro semanas su patria, que es la tierra de los Martí y de los Maceo. Regresa a Guatemala con el corazón rebosante de entusiasmo y en sus diecinueve años fulgen las esperanzas...” |
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