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“EL MAXIMO ADALID DE LA POESIA SIBONEISTA” |
en “2 Vidas que Parecen 2 Novelas” |
Presentamos el editorial acerca del poeta cubano José Fornaris Luque lo más fiel posible a como comienza en la página 140 de la Bohemia publicada el 24 de Agosto del 1952; Año 44, Número 34. |
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EL MAXIMO ADALID DE LA POESIA SIBONEISTA |
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La poesía siboneísta tenía en la forma mucho de artificioso e imaginativo, pero en el fondo fue una especie de protesta del alma autóctona contra la opresión colonial.
El máximo corifeo de este movimiento literario, José Fornaris Luque, nacido en Bayamo, el 18 de marzo de 1827, muere en La Habana el 19 de septiembre de 1890. Hizo sus primeros estudios en su ciudad natal y en el Seminario de San Basilio el Magno, de Santiago de Cuba, graduándose luego de Licenciado en Derecho en la Universidad de La Habana. Al cesar como Regidor del Ayuntamiento de Bayamo, se pone en contacto con los patriotas del 51. Por ello, al año siguiente, el poeta es deportado por conspirador, a Palma Soriano, junto con Carlos Manuel de Céspedes y Lucas del Castillo. Aquí compuso los versos de su libro: “Lira Intima”. Colabora, más tarde, en periódicos y revistas defendiendo la causa cubana y es profesor de Literatura griega, Latín e Historia. |
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En 1855 publica Fornaris sus famosos “Cantos del Siboney”, que desde el primer momento obtuvieron un éxito clamoroso y pronto alcanzaron cinco ediciones. “Su lira expresa un crítico, era arma de combate contra el opresor. Fornaris, que en el período anterior al Grito de Yara es un revolucionario exaltado, posteriormente refrena sus arrestos patrióticos pretextando hallarse enfermo, y emigra de Cuba en 1871, viajando por Europa, hasta fijar su residencia en Paris, donde se dedica a dar lecciones y a editar nuevos libros. Entre ellos hay diversos textos sobre Retórica, Poética e Historia Universal”.
El bardo sufre por este tiempo una crisis espiritual colmada de triste desencanto. “Su inacción durante la década revolucionaria del 68, en que se concretó a escribir unas cuantas poesías patrióticas, menguó su gloria” observa un biógrafo.
La poesía siboneísta creó escuela y tuvo cultivadores tan destacados como “El Cucalambé” y Francisco Orgáz. Según se ha dicho, “fue una poesía de muy pocos alientos que, de no responder a un móvil especial, muy apreciado en aquellos instantes de opresión e injusticias, apenas hubiera tenido eco en nuestra historia literaria. Pero la poesía siboneísta era algo más que una simple evocación del cacique del Camagüey y de Habanaguey, de Hatuey y de Guarina, de Doreya y de Ornofai, y algo más, también, que exaltaciones líricas a la hamaca, la canoa y la torcaz guanara. Ella fue, por encima de todo, un pretexto hábil para cantar las penas y las ansias del pueblo cubano, sojuzgado, sin más voluntad que la del amo y sin otro recurso para desahogar su cólera y su llanto, que la reunión secreta entre un pequeño grupo de afines, procurando esquivar la sorpresa fatal”.
Hay que anotarle también a Fornaris la original costumbre que introdujo después bastante abandonada, de escoger los ejemplos retóricos entre la obra de los poetas cubanos...
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Última Revisión: 1 de Julio del 2003 |
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