Martí fue el hombre responsable de la independencia de Cuba. Cierto que murió muy temprano en la guerra que condujo a la libertad, pero fue él, después de innumerables intentos, quien logró iniciar el movimiento que culminaría en éxito. Máximo Gómez recordaría en la presencia de Maceo aun en la manigua años después de la muerte del Apóstol, “Al igual que la guerra del 68 se reconoce como la de Céspedes, ésta es la de Martí”. Y para que estos dos titanes le reconocieran como su presidente y de más alto mando que ellos, bueno, sólo José Martí.

En las letras, Cuba siempre estuvo presente en los pensamientos del Apóstol. Pero Martí fue más que cubano, porque cultivó la rosa blanca para todos, inclusive quienes lo maltrataban. Fue la América Hispana su predilecta, recordándonos en todo momento que somos hermanos y hasta que no actuemos de tal manera, bueno en esa estamos. Poeta único al extremo que Rubén Darío le llamó Padre, y afirmó que la prosa de Martí era la más bella del mundo.

Nota: Presentamos copia de nuestro ejemplar de esta edición de Bohemia con el propósito de compartir nuestra cultura y algunos datos históricos de Cuba. Tratamos de alejarnos de la política lo más posible, aunque en ciertos casos es imposible ya que es parte de la propia cultura e historia que tratamos de preservar. Lo que sí le aseguramos es que la selección de artículos presentados, y trataremos de llegar a presentarlos todos algún día, no han sido seleccionados basados en ninguna alineación política, sólo en el como fue.