“Rosita, electa para Presidenta Municipal, quiere poner orden en el lugar y terminar con los abusos, pero los hombres, indignados de ser gobernados por una mujer y para obligarla a renunciar, traman una serie de cosas, capitaneados por dos primos, uno de los cuales ama a la joven. Todo resulta inútil. Sin embargo, unas vacunas contra la tosferina que Rosita ha encargado para que les sean puestas a todos los niños del pueblo, son cambiadas por unos malvados que quieren cobrarse así el que ella les haya obligado a pagar un fuerte impuesto. Como consecuencia enferman los niños y se forma gran alboroto. El enamorado de Rosita, arrepentido por todo lo hecho, acude en su ayuda y logra restablecer la tranquilidad. Rosita comprende que no está hecha para la política sino para el hogar y renuncia. El puesto es transferido a su enamorado con el cual se casa.” |